Pedro Sánchez tiende la mano a todos al ver inviable el gobierno de izquierdas

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El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez (d), es aplaudido por su grupo parlamentario tras su intervención en la primera jornada de la sesión de su investidura, esta tarde en el Congreso de los Diputados. EFE

Efe – El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha hecho hoy un llamamiento a los 350 diputados del Congreso para hacer posible «el gobierno del bien común» y no prolongar el bloqueo político, tras advertir a Podemos de que no es viable el cambio solo de la mano de los partidos de izquierdas. Madrid, 1 marzo 2016. Fotografía: El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez (d), es aplaudido por su grupo parlamentario tras su intervención en la primera jornada de la sesión de su investidura, esta tarde en el Congreso de los Diputados. Efe.

Sánchez ha reafirmado en el discurso de su primer intento de investidura que el acuerdo con Ciudadanos es «el indispensable principio de la solución» y que solo a partir de esta base será posible desbancar a Mariano Rajoy del poder. «Si la mayoría de los españoles y diputados de la Cámara quiere un cambio de gobierno, ¿por qué no lo llevamos adelante? Sólo hay dos alternativas: o no hacer nada y dejar a Rajoy y su gobierno en funciones o apostar por un cambio nacido del diálogo y el acuerdo», ha resumido Sánchez la disyuntiva en la que está sumida España.

Sánchez ha reconocido que en la primera votación de mañana, miércoles, no obtendrá la mayoría absoluta, ya que solo contará con los votos de PSOE y Ciudadanos (130), pero ha considerado posible lograrlo en la segunda prevista este viernes, para lo que necesitaría al menos la abstención de Podemos o la del PP. Tras reiterar que no está dispuesto a una gran coalición con el PP, el candidato socialista se ha dirigido al líder de Podemos, Pablo Iglesias, para que renuncie a la coalición de izquierdas como llave de la investidura, al subrayar que es una «falsa esperanza».

«Podemos discutir sobre sillas, cargos, vicepresidencias y reparto de poderes para cada uno. Pero es absurdo llegar allí. Que todos los votantes de izquierdas lo sepan. No hay mayoría suficiente para sumar un gobierno de izquierdas. No suma. Lo siento, pero no suma», ha sentenciado. Recurriendo a un símil gastronómico, Sánchez ha remarcado que «los sabores auténticos son los que mejor se entremezclan», por lo que ha invitado a Iglesias a construir el cambio desde el «mestizaje ideológico».

La fórmula pasaría por primar «el bien general y el sentido común» sobre «las siglas y las ideologías», para lograr que «la mayoría sea el resultado de la unión de minorías diversas». «Y eso se configura a partir del diálogo, no de la imposición. Se modela a partir del acuerdo, no del asalto», ha aseverado Sánchez, quien ha incidido en que los socialistas «no tienen líneas rojas».

Para no dejar lugar a dudas en dónde quiere cimentar su gobierno, Sánchez ha elogiado «la valentía y el coraje» de Ciudadanos y de su líder, Albert Rivera, lo que ha suscitado el aplauso sarcástico de Iglesias y de la bancada de Podemos. Buena parte de la hora y media que ha durado su discurso, plagado de referencias al cambio, el diálogo y el acuerdo, Sánchez ha desglosado más de un centenar de las medidas recogidas en el pacto con C’s, sin anunciar ninguna nueva.

Ha hecho especial hincapié en las iniciativas sociales, como el ingreso mínimo vital, o en la derogación de los principales puntos de la reforma laboral. A cada bloque de propuestas, el líder del PSOE ha rematado con una frase dirigida especialmente a los diputados de Podemos, que ha repetido una decena de veces. «Todo esto lo podemos hacer la próxima semana», ha animado Sánchez para hacer ver que «el puzzle no es irresoluble» y que el cambio solo pasa por responder «sí o no» a su investidura.

«En ese momento, sabremos dónde realmente está cada uno», ha retado a los partidos de izquierda, a quienes ha hecho hincapié en que no es tiempo «ni de imposiciones, ni de frentismos», y que «encastillarse no puede ser una alternativa».

Sánchez ha admitido que a tenor de las posturas expresadas por las diferentes formaciones en los últimos días, se sabe «de antemano el resultado de la votación final», pero ha apuntado que «sea cual sea ese resultado, el PSOE se siente orgulloso» después de asumir la encomienda del Rey para intentar formar gobierno tras el «escapismo» de Rajoy por declinar a hacerlo.

«Hemos cumplido», ha proclamado Sánchez para valorar el papel de los 90 diputados del PSOE, a los que ha recordado que «cualquier fórmula de gobierno» pasa por su partido. El candidato socialistas ha reprochado al PP su «error» de insistir en que debe gobernar el más votado, porque «la minoría mayor no es una mayoría». No obstante, ha tendido la mano al PP para «dialogar y acordar los grandes asuntos de Estado», como la educación, las pensiones, la lucha contra el terrorismo o la cultura.

Aunque ha alertado de que la corrupción ha alcanzado «un nivel insoportable» en los últimos años, el líder socialista no ha querido cebarse en los casos que afectan al PP para no alimentar el «y tú más». Se ha comprometido a impulsar una «auténtica revolución» en materia de regeneración democrática, acompañada de una reforma en el nombramiento de los cargos de órganos institucionales, como el del fiscal general del Estado o el gobernador del Banco de España.

Sobre Cataluña, Sánchez no ha hecho ninguna referencia al referéndum que defiende Podemos y ha reiterado que la solución a la crisis de convivencia pasa por el diálogo con la Generalitat y por la reforma de la Constitución para apostar por el modelo federal. «No es aceptable que dos Gobiernos democráticos hayan vivido durante años de espaldas uno de otro, sin comprender la ruina colectiva que provoca tal enfrentamiento», ha subrayado el líder del PSOE, quien se ha comprometido a reactivar la comisión bilateral Estado-Cataluña, que no se reúne desde julio de 2011.

Desde la defensa de la ley y la «lealtad institucional», ha apelado a construir «una España en la que quepan todos» y ha tendido puentes a los independentistas, a los que ha recordado la historia común «durante siglos». Al referirse a los asuntos pactados con Ciudadanos sobre la reforma de la Constitución, Sánchez se ha saltado la referencia que había en su discurso a la supresión de las diputaciones provinciales, una medida impuesta por el partido de Rivera y que ha causado profundo malestar en las filas socialistas.

La apuesta por otro modelo económico ante el «fracaso» de la política del PP ha sido otro de los ejes de la intervención del candidato socialista, quien ha considerado prioritario centrase en la creación de empleo y en reducir el déficit sin recortar en gasto público.