
Barcelona (Cataluña) Reino de España/ San José (Costa Rica), jueves 14 de noviembre de 2024 (Lasvocesdelpueblo).- «La extranjerización es la primera maldad de las muchas maldades que el antisemitismo incluye. Es convertir a un pueblo en alguien que no solo contiene culpas, muchas específicas y otras casi inconcebibles o enigmáticas, para poder convertirlos en los chivos expiatorios de todo lo que nos ocurre». Así denunció en su intervención la ciudadana no judía Pilar Rahola Martínez.
VÍDEO. SAN JOSÉ (COSTA RICA), 14 DE NOVIEMBRE DE 2024.
La ciudadana española, natural de Cataluña, Pilar Rahola Martínez, intervino hoy en acto de la conmemoración de la llamada «Novemberpogrome 1938» judía, bajo lema «Kristallnacht 2024«, en San José (Costa Rica), invitada por la organización de este evento histórica de la familia internacional judía —coorganizado por parte del Centro Israelita Sionista de Costa Rica (CIS) y Movimiento Combate antisemitismo (CAM), en inglés, «Combat Antisemitism Movement—. «No se explica Europa sin los judíos, no se explica, pero no se explica Europa sin el odio a los judíos. Y esa dualidad nos destruyó. No hemos ido nada más. Después de Auschwitz hemos naufragado. ¿Qué somos ahora? Un continente con profundos problemas de identidad y que está repitiendo los esquemas de los años 1930″.
1.- Lo que ocurre con el antisemitismo, y vuelvo a hablar a los no judíos, pensémoslo, es que los convertimos en extranjeros, en parias, no son de ningún lugar. Hay una paradoja que explica Amo…, que es extraordinaria, que dice: Mis padres se fueron de unas ciudades donde decían: «¡Váyanse a Palestina!». Y ahora mis nietos van a ciudades que les dicen: «¡Váyanse de Palestina!». O sea que no son ni de un lugar ni de otro. Y cuando no eres de ningún lugar quizás ya no eres nada, no perteneces a nada.
2.- Y así los fuimos convirtiendo en ese pueblo paria que podíamos, como lo agraviábamos, los expulsábamos, los señalábamos, los estigmatizábamos, al final, ¿por qué? Porque no podíamos matarnos. Y llegamos a ese punto, esa Kristallnacht nos llevó al exterminio de tres cuartas partes de la población judía de Europa; tres cuartas partes de un patrimonio humano, cultural de vida, de cultura de conocimiento, que había formado Europa y que destruía Europa.
3.- No se explica Europa sin los judíos, no se explica, pero no se explica Europa sin el odio a los judíos. Y esa dualidad nos destruyó. No hemos ido nada más. Después de Auschwitz hemos naufragado, ¿qué somos ahora? Un continente con profundos problemas de identidad y que está repitiendo los esquemas de los años 1930. El extranjero.
4.- Fíjense en mi primer viaje a Buenos Aires (Argentina). Llegué a Buenos Aires, perdonen la anécdota personal, pero a veces explican cosas. Era mi primera vez y yo era la oradora del acto de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), otro gran honor. Y llegué al aeropuerto y tomé un taxi. A mí me gusta mucho hablar con los taxistas, se acostumbran a ser gente muy sabia, que te da mucha información del país al que llegas. Pero ese me salió mal. Empecé a hablar con él y me preguntó: ¿Y usted qué viene aquí de turista y tal? Y yo, inocente, dije: No, no, yo vengo a hablar en el acto de AMIA. ¡Uy, AMIA!, me dijo. Esto fue una auto-explosión. Estos judíos se mataron para hacerse víctimas. Bajé del taxi. Pero fíjense ustedes, las víctimas de la AMIA no eran argentinos, eran judíos. Esta repetición, este concepto, tiene que ver con esa idea de la extranjerización.
5.- (La extranjerización) es la primera maldad de las muchas maldades que el antisemitismo incluye. Es convertir a un pueblo en alguien que no solo contiene culpas, muchas específicas y otras casi inconcebibles o enigmáticas, para poder convertirlos en los chivos expiatorios de todo lo que nos ocurre. Si hay una crisis económica, si hay una crisis territorial, si hay una crisis religiosa, es igual. Siempre hay ese chivo expiatorio que te ayuda, que te sirve para echarle tus culpas. Y el antisemitismo se fue formando, se fue cajando, ante esa idea lenta del otro, el extranjero, el extraño, el que no se integra, el que no es de los nuestros.
6.- Primero fue todo el fenómeno católico. Después fueron los diferentes fenómenos económicos y sociales. No olvidemos nunca que el alcalde de Viena en 1900 gana por un discurso antisemita. Es decir, tardamos mucho en llegar a los Kristallnacht, pero ¿imaginábamos que no llegaríamos? ¿Imaginábamos que después de demonizar, criminalizar y señalar a todo un pueblo durante siglos, no habría un momento que los mataríamos? Pues bien, eso que pasó en aquellos años y que dijimos muy solemnemente: Nunca más.