Protesta semilla del «Procés» de 2007 con PSC-PSOE, ERC, ICV, CiU y Ómnium. No había nacido ANC

0
524
FOTOGRAFÍA. BARCELONA (ESPAÑA), 10.07.2007. Varios miles de separatistas y comunistas asistan a la manifestación del 10-Julio en protesta por la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto separatista de Cataluña de 2006, hoy, 10 d ejulio de 2007, por las calles del centro de Barcelona. el Gobierno tripartito comunista del PSC-PSOE, ERC, ICV-EUiA encabeza la marcha secesionista contra España. Los separatistas reclaman ser una nación de Europa a gritos «Somos una Nación (som una nació)» o «Cataluña es una Nación», son las nuevas ocurrencias separatistas. Efe 

Lasvocesdelpueblo y Agencias – El pasado 7 de noviembre del 2007, el entonces socialista presidente del Gobierno tripartito comunista de la Generalidad de Cataluña, José Montilla (PSC-PSOE), advirtió de que en Cataluña crecía la «desafección emocional» hacia España. Apenas tres años después, el 10 de julio de 2010, ese malestar se hizo evidente con una manifestación separatista que llenó las calles del centro de Barcelona. Barcelona (España), viernes 10 de julio de 2020. 

El punto de inflexión que, según algunos analistas, anticipó el denominado Proceso golpista de la Generalidad —el «Procés» en lengua regional— se desencadenó días antes, el 28 de julio, cuando el Tribunal Constitucional tumbó 14 artículos separatistas de la reforma secesionista del entonces Estatuto de autonomía de Cataluña, el pasado año 2006. la justicia también reinterpretó otros 27 artículos, con los que el separatismo quiso usar para ocultar su golpe de estado separatista los próximos años.

Tras pronunciarse el Alto Tribunal, la entidad secesionista Òmnium Cultural —no existía aún la entidad separatista Asamblea Nacional Catalana (ANC)— convocó una manifestación a la que enseguida se sumaron no solo todos los partidos del Parlamento de Cataluña salvo PP y Ciudadanos (Cs), sino también sindicatos, patronales y entidades, estos últimos, todos pro separatismo.

Fuentes de Òmnium consultadas por Efe diez años después han destacado que la manifestación ya se preparaba de antes porque «temían» la decisión del Tribunal Constitucional y querían una respuesta «transversal».

Pero el Gobierno tripartito comunista de PSC-PSOE, ERC e ICV-EUiA agotaba sus días —en noviembre habrían elecciones— y pese a la proclamada voluntad de unidad, entre la publicación de la sentencia y la manifestación surgieron no pocas discrepancias sobre quién debía encabezarla y cuál debía ser su lema.

Tras mucho debate, se acordaron dos cabeceras: una presidida por una señera (bandera oficial de Cataluña) y formada por el presidente de la Generalidad de Cataluña, José Montilla (PSC-PSOE), los expresidentes Jordi Pujol y Pasqual Maragall, y los expresidentes del Parlamento de Cataluña Ernest Benach, Joan Rigol y Heribert Barrera.

La segunda estaría encabezada por entidades separatistas o pro separatismo —una pauta que el separatismo adoptaría a partir de 2012 en sus manifestaciones multitudinarias– con el eslogan «Somos una Nación. Nosotros decidimos» (Som una nació. Nosaltres decidim).

Diversas fuentes que participaron en las negociaciones previas coinciden en lamentar el ambiente preelectoral que dificultó el acuerdo, sobre todo entre los integrantes del Gobierno tripartito comunista de la Generalidad de Cataluña y la Convergencia y Unión (CiU) de Artur Mas, en la oposición pero con las encuestas de cara.

«CiU no jugó limpio esos días. Querían usar todo el malestar popular contra el gobierno de izquierdas. Pero para nosotros era muy importante que estuviera el PSC-PSOE porque reforzaba la idea de una reivindicación de país», recuerda el exlíder de ERC, Joan Puigcercós.

En la misma línea, fuentes socialistas presentes en aquellas negociaciones aseguran que CiU intentó convertir la marcha contra la sentencia sobre la reforma separatista del Estatuto de Cataluña en una manifestación «contra Montilla».

Consultado Montilla, reivindica que hizo «lo que tocaba hacer» al encabezar la marcha: «No me arrepiento En ese momento el presidente de la Generalidad tenía que hacer lo que yo hice».

La única condición que puso, detalla, es que «no iría detrás de ninguna pancarta» porque «la manifestación tenía que estar encabezada por una señera (bandera oficial de Cataluña)» como símbolo que mejor aglutina a los catalanes.

Artur Mas, entonces jefe de la oposición y que había pactado con el presidente del Gobierno socialista José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE) el desbloqueo del Estatuto separatista, evita hoy entrar en polémicas y destaca que la manifestación abrió una etapa de «cambio profundo» en la política catalana que se constató con una victoria de CiU meses después.

Con el tiempo la etapa tras la sentencia del TC recibiría el nombre de «Procés»

Y es que, aunque algunos sitúan su origen en la Día del separatismo de 2012 —Diada de Cataluña, 11-S 2012—, aquel sábado de julio, víspera de la final del Mundial que ganó España, dejó detalles del tsunami que venía.

Para algunos testimonios, los gritos de «independencia» y las banderas separatistas «Estrelladas» que se vieron el 10J fueron los primeros indicios del viraje secesionista que después haría parte de la sociedad catalana.

Otra imagen de la manifestación fue la de personas increpando a Montilla al final de la marcha. «Me incomodó muchísimo porque era consciente que había sectores cerca de la cabecera que sólo querían erosionar al presidente de la Generalidad de Cataluña», recuerda el republicano Joan Puigcercós.

Tampoco gustaron los gritos de «fuera Montilla y fuera el PSC» a los organizadores, aunque el hoy vicepresidente de Òmnium, Marcel Mauri, cree que fue «un episodio anecdótico».

Coincide en ese diagnóstico Montilla, que resalta que quienes le increparon era «una minoría», pero niega que le intentaran agredir o que se tuviera que marchar escoltado de la manifestación, como recogieron algunos medios de comunicación.

«No me marché. En un momento del recorrido, la manifestación quedó bloqueada y la cabecera se disolvió. Me venían a recoger en la consejería de Justicia y me fui andando hasta ahí», explica.

Esa fue la última gran movilización separatistas relacionada con las reivindicaciones secesionistas del golpismo en Cataluña en la que tomó parte el PSC-PSOE.

«Lo que nos tenemos que preguntar es, ¿el autogobierno de Cataluña es mejor ahora que hace diez años? ¿el país está mejor, más unido? Creo que no», dice el socialista Montilla.

Este individuo del tripartito comunista de 2007 en Cataluña afirma que «el camino que escogió el nacionalismo fue el equivocado».

Este miembro del PSC-PSOE en Cataluña explica que: «Las intenciones son una cosa, pero el resultado ha sido otro», sostiene Montilla diez años después de la tarde en la que, según no pocos, «comenzó todo lo que vino después».