Sánchez quita el veto y desactiva la guerra contra VOX, «se reunirá y negociará con VOX»

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Redacción – El PSOE y su candidato a la investidura, actual presidente del Gobierno en funciones del Reino de España, designado éste miércoles por su Majestad el Rey Felipe VI de España como candidato oficial a la investidura para la XIV Legislatura de España, Pedro Sánchez Pérez-Castejón, han quitado todos sus vetos a los simpatizantes, militantes y los 3.640.063 votantes de la tercera fuerza política de España que lidera Santiago Abascal Conde (VOX), éste miércoles, 11 de diciembre de 2019; con eso, PSOE y su secretario general Sánchez han desactivado su guerra contra el partido de los verdes de España y han anunciado que los negociadores del PSOE se reunirán con el equipo de negociadores del partido de Santiago Abascal Conde o la dirección de Nacional de VOX urgentemente para que los 52 diputados de VOX en el Congreso de los Diputados se abstengan y facilitan la investidura del candidato Sánchez. Un giro inesperado de los ‘rojos’, hasta ahora enemigos jurados de los millones y millones de familias españolas votantes de VOX, simplemente por la irrupción con mucha guerra de VOX en la política española. Así recoge el diario El País bajo titula: «Pedro Sánchez incluye a Torra, Vox y Bildu en su ronda para lograr la investidura», este miércoles. Asimismo, Sánchez ha también quitado su veto al presidente de la Generalidad de Cataluña, Joaquim (Quim) Torra Pla, a la CUP y Bildu del terrorista asesino d ela masacre del centro Hipercor de Barcelona, Arnaldo Otegi. Ese giro a 180 grados del candidato Sánchez viene por las amenazas de uno de los dos principales socios del PSOE en las negociaciones de la investidura de su candidato: ERC, de éste miércoles con votar «un «no» rotundo a Sánchez» si el PSOE no permite «ejercer la autodeterminación (el referéndum de independencia en Cataluña) y la amnistía de los presos del Procés» —en palabras del portavoz de ERC en el Parlamento de Cataluña, Sergi Sabrià, éste miércoles—. Además, en rueda de prensa posterior a su encuentro con el Rey, el líder de VOX, Santiago Abascal ha dicho que ha expresado al Felipe VI su rechazo a una investidura del secretario general del PSOE y su apoyo a «cualquier gobierno, sea el que sea, integrado por el partido que sea» que intente restaurar el orden constitucional en Cataluña. Si ese gobierno estuviera liderado por Sánchez, Abascal ha asegurado que también le respaldaría, pero ha dudado de que el secretario general socialista esté decidido a ello. Es «política ficción», porque conllevaría un «arrepentimiento» y un «cambio radical» de Sánchez, pero, «si de repente cae del caballo y se decide a la restauración del orden constitucional en Cataluña, para esa acción política puede contar con el apoyo de Vox», ha reiterado. Y parece ser que Sánchez estaba escuchando al líder de VOX y haya decidido cambiar.  Barcelona (España), jueves 12 de diciembre de 2019. 

Así explica el diario El País: El Rey ha encargado este miércoles a Pedro Sánchez que busque los apoyos para una investidura que aún no tiene fecha. El presidente en funciones, que ganó las elecciones y es el único en condiciones de formar una mayoría, transmitió a Felipe VI que cree que podrá lograr los votos necesarios y el jefe del Estado actuó en consecuencia. Sánchez, sin embargo, no tiene aún cerrados esos apoyos. Le falta sobre todo la abstención de ERC.

Para lograrla, Sánchez dio un paso inesperado: anunció que hablará con «todos los presidentes autonómicos», esto es, retomará el diálogo con Quim Torra, algo que reclaman los independentistas.

Sánchez ha decidido moverse en todas direcciones para buscar la investidura.

El lunes se verá por separado con Pablo Casado e Inés Arrimadas, a los que pedirá la abstención. Y Adriana Lastra, la portavoz parlamentaria del PSOE, se reunirá «con todos los partidos políticos del Congreso», según el presidente, lo que comprende también a EH Bildu y VOX, hasta ahora excluidos de estas rondas.

«Este encargo es consecuencia del mandato expresado por los españoles de forma mayoritaria. Lo asumo con honor y gratitud. Los ciudadanos quieren que gobiernen los socialistas, no hay alternativa posible. En cinco procesos electorales este año ha ganado el PSOE. Todos debemos actuar con responsabilidad», señaló Sánchez como mensaje no solo a ERC, sino también al PP y Cs para que se abstengan y permitan la investidura.

Ahora el líder socialista tiene que afrontar las negociaciones para garantizar su éxito. Ya ha avanzado para comprometer los apoyos de Unidas Podemos, PNV, Más País, Compromís, BNG, PRC Nueva Canaria y Teruel Existe, pero falta cerrar el más difícil: la abstención de ERC. El PP dejó claro que su voto será negativo.

El ritual se cumplió. La presidenta del Congreso, Meritxell Batet, se reunió con el Rey una vez finalizada la ronda con los líderes políticos. Este le transmitió que Sánchez había recibido el encargo.

En manos de Batet está ahora fijar la fecha de la sesión de investidura. Todo dependerá de cuándo Sánchez comunique a la presidenta del Congreso que dispone de los respaldos necesarios.

Al contrario de lo que hizo en julio, el presidente del Gobierno en funciones ha decidido que esta vez no acudirá a un pleno de investidura hasta que no tenga el éxito garantizado. Si la investidura resultase fallida, sería la tercera vez que el candidato socialista pasara por ese amargo trance. Sánchez no quiso adelantar ningún posible calendario.

Sánchez podría ser presidente en funciones eternamente

«Lo primero es el qué, lo segundo es el cuándo. Queremos la investidura cuanto antes, pero no depende solo de nosotros», declaró el líder socialista en una comparecencia ante los medios en La Moncloa tras regresar de La Zarzuela de su audiencia con Felipe VI. Sánchez sí insistió: «No puede ni debe haber terceras elecciones».

Si no llegase a haber una primera sesión de investidura, los plazos para celebrar nuevas elecciones desde ese acto parlamentario no empiezan a correr y Sánchez podría ser presidente en funciones eternamente.

La legislación no prevé otra opción. Para que haya nuevas elecciones tiene que haber primero una sesión de investidura y que el candidato lo intente a lo largo de ocho semanas. Transcurridas, los comicios se convocan automáticamente.

El PSOE tiene cerrado ya el apoyo de Unidas Podemos y ambos están manteniendo una gran reserva sobre el contenido de sus acuerdos. Más secretismo aún hay alrededor de las negociaciones con ERC.

Con estos, los socialistas tienen que extremar el cuidado para que todos los compromisos a los que lleguen con los independentistas no hagan saltar los resortes del marco constitucional.

Los republicanos, por su parte, tampoco pueden dar muestras de excesivo acercamiento al PSOE, vigilados como están por Junts per Catalunya, que ya ha declarado su voto de rechazo.

ERC ha dejado claro que no tiene prisa para cerrar el acuerdo que garantizaría su abstención y permitiría la investidura de Sánchez. Está pendiente de su congreso, entre otros acontecimientos, que se celebrará el próximo 21 de diciembre.

Las comparecencias de los representantes de los grupos políticos tras sus audiencias con el Rey no aportaron novedades. Todos se reafirmaron en sus posiciones.

Podemos, Izquierda Unida y En Comú Podem dejaron claro que forman parte de la negociación para un Gobierno de coalición, por lo que están en el mismo barco que el PSOE.

El PNV no aclaró aún su postura, aunque se inclina por facilitar el desbloqueo.

El líder del PP, Pablo Casado, subrayó que en ningún caso buscará algún tipo de entendimiento con los socialistas. Su solución para que la investidura no dependa de los independentistas sería responsabilidad de otros grupos: Casado invitó a abstenerse a Ciudadanos y Navarra Suma, la coalición de los partidos de derecha en esa comunidad autónoma.

Los aliados del PSOE metieron presión a ERC para que acelere las negociaciones a fin de despejar el panorama cuanto antes.

El portavoz de En Comú Podem, Jaume Asens, lo manifestó en tono grave: «Cada día que pasa sin Gobierno es un día más que los enemigos del Gobierno se organizan. Es tiempo que gana la derecha y la extrema derecha».