Sin noticias de un nuevo Gobierno en España. ¿Culpa del sistema o de los partidos?

0
685
FOTOGRAFÍA. MADRID (ESPAÑA), 07.05.2019. El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez (d), se reúne con el líder de Podemos Pablo Iglesias, esta tarde en el Palacio de la Moncloa, dentro de su ronda de contactos con los principales líderes políticos de cara a la investidura. Lasvocesdelpueblo.

Efe – Dos meses y medio después de las elecciones generales, España sigue sin noticias de un nuevo Gobierno. Mientras otra cita con las urnas comienza a asomarse por el horizonte, ha resurgido el debate sobre la causa del bloqueo: ¿Es el sistema o son los partidos? ¿A quién echamos la culpa? Madrid (España), sábado 13 de julio de 2019.

Cuatro expertos en el ámbito político consultados por Efe coinciden: los partidos.

La politóloga Verónica Fumanal asegura que un debate como el que se ha planteado ahora responde al «oportunismo» porque apunta a reformas, como la de la Constitución, que exigen una aprobación parlamentaria de tres quintos, una horquilla actualmente inalcanzable, dadas las circunstancias.

El profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Autónoma de Madrid Ángel Rivero achaca el bloqueo a «la falta de cultura negociadora» de las formaciones políticas, en tanto que el catedrático de Sociología de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) Manuel Herrera resalta la escasa, por no decir nula, tradición de acuerdos en España, excepto los históricos Pactos de La Moncloa, hace 40 años.

Pero era «otro contexto» y sobre todo eran «otros dirigentes políticos», y Herrera echa de menos aquella altura de miras, igual que el catedrático de Historia del Pensamiento Político en la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) Manuel Álvarez añora más reflexión en las propuestas que ha escuchado esta semana, que tilda, también, de «oportunistas».

¿Qué propuestas? Ha habido varias

No han sido propuestas concretas, dejan entrever incluso una cierta precipitación, como señala Álvarez, pero la coyuntura en la que surgen y la entidad de quienes las han enarbolado invitan a tenerlas en cuenta.

Ni más ni menos que el candidato a la investidura, Pedro Sánchez, ha abogado por encontrar un método que facilite la gobernabilidad del partido más votado.

Lo comentó en una entrevista en TVE, en la que incluso se refirió al sistema que impera en los ayuntamientos, donde un día concreto de un año electoral concreto (recuérdese el pasado 15 de junio), sí o sí sale un alcalde o alcaldesa.

Pero no se refería el presidente en funciones a trasladar ese modelo al Parlamento. Su idea no buscaba tanto la precisión como la reflexión.

Reflexionar sobre un cambio en el sistema conduce al artículo 99 de la Constitución, el que regula lo que hay que hacer para que haya investidura e incluso si no sale la investidura.

Si así fuera, si la investidura se mete en un atasco, este precepto marca un plazo de dos meses a contar desde la primera votación del debate del Congreso, de manera que, si pasado ese tiempo no aparece un candidato con apoyos suficientes, se disuelven las Cortes y a elecciones.

La pregunta que cabe hacerse es si esta redacción es un impedimento o un potencial campo de impedimentos.

Los expertos consultados no lo creen. En este artículo no sólo se abre un plazo de negociaciones, dos meses, sino que además se coloca al final del camino un desenlace: repetición electoral.

Son «incentivos», como apostilla el catedrático Álvarez antes de decantarse a favor de incorporar al sistema factores que inciten al diálogo entre las fuerzas políticas; por ello, se manifiesta en contra de otra opción que esta semana ha salido a la palestra: la prima de escaños por ganar los comicios.

La sugerencia de Sánchez no es la única en el PSOE. El martes pasado, el secretario general del grupo socialista en el Congreso, Rafael Simancas, alimentó el debate al poner como referentes los sistemas de las asambleas asturiana y vasca, donde han disipado el riesgo de bloqueo debido al sistema de votación del candidato.

Asimismo, hace semanas, el diputado del PSOE Odón Elorza propuso a la Ejecutiva de su partido que fuera el Congreso el que decidiera quién se somete a la investidura, no el rey. Si al menos un décimo de los diputados respalda a alguien, ese alguien será el candidato.

El PP, de la mano de su líder, Pablo Casado, se sumó al debate el martes pasado tras la reunión con Sánchez y constatar que el embotellamiento político no parece despejarse.

Habló de esa opción de la prima de escaños, que es la se ha usado hasta las últimas elecciones en Grecia, y promovió la discusión sobre dotar a España de mecanismos que eviten el bloqueo.

Y nada más apetecible en política que el intercambio de impresiones, así que esta semana no han cesado las opiniones de PSOE, PP, Cs, Unidas Podemos o PNV.

Pero los expertos consultados por Efe no solo no creen que el sistema es apto tal y como está ahora, sino que ven en el debate una cortina de humo.

Rivero opina que se trata de una confrontación «sobrevenida» que los partidos han destapado para «excusar su responsabilidad»; el profesor no ve mal que surja «un nuevo orden político» dentro del sistema que despeje los bloqueos, pero hacerlo ahora suena a «tacticismo de vuelo bajo».

Herrera acusa a los políticos actuales de «no estar acostumbrados a pactar» a no ser que les muevan determinados intereses «estratégicos». Álvarez, por su parte, pone el acento en el «peligro» de que debates «oportunistas» como el de esta semana aviven el sentimiento «antipolítico» de la ciudadanía.

Son debates, remarca Fumanal, que hablan «de la política y de los políticos», no de los ciudadanos, y además son «puntuales»: se producen durante y después de la campaña electoral, y luego se diluyen en «un segundo plano».

Detrás, la falta de cultura de pactos. La politóloga lamenta que en España se siga interpretando el pacto como «una cesión». Mientras tanto, sigue la cuenta atrás de la investidura: quedan nueve días.