Víctimas de ETA piden la dimisión de Fernando Grande-Marlaska por «traidor del Estado»

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FOTOGRAFÍA. BARCELONA (ESPAÑA), 20.10.2019. El ministro del Interior en funciones, Fernando Grande- Marlaska , este domingo, durante la rueda de prensa en el Palacio de la Moncloa tras la reunión del comité de seguimiento de la situación en Cataluña que ha presidido el jefe del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, en la que ha dicho que los altercados violentos que se registran desde hace días en Cataluña son un problema de "estricto orden público" y, por tanto, se tiene que resolver con la legítima actuación de las fuerzas de seguridad. Efe

Efe – La asociación Dignidad y Justicia ha calificado este sábado de «traición al Estado de Derecho» la decisión del Ministerio del Interior de trasladar a cárceles más cercanas al País Vasco a cuatro presos de la banda terrorista ETA por lo que ha pedido la dimisión del ministro Fernando Grande-Marlaska. Madrid (España), sábado 16 de enero de 2021.

Instituciones Penitenciarias informó ayer viernes de los traslados de Jon Bienzobas Arretxe, que cumple condena entre otras causas por el asesinato en 1996 del presidente del Tribunal Constitucional, Francisco Tomás y Valiente; Aitor Aguirrebarrena Beldarrain, Peio; Patxi Marqués Celaya e Ignacio Etxeberría Martín, Mortadelo, se harán efectivos cuando lo permita la situación sanitaria derivada de la pandemia.

Con estos traslados, el Gobierno «insiste en la humillación sistemática» a las víctimas del terrorismo con su política penitenciaria, subraya la asociación en un comunicado, en el que muestra su preocupación por que «anteponga los intereses electoralistas» al dolor de las víctimas.

«No puede haber trato de favor ni dádivas para terroristas mientras haya 378 casos de ETA que están sin resolver y que no tienen autor conocido, por lo que pedimos que antes de ser tratados como «presos de prestigio» colaboren con la justicia para esclarecer estos asesinatos que tanto sufrimiento infringen a los familiares y seres queridos de las víctimas», concluye Dignidad y Justicia.