Villarejo dice que accedía en la sede del PP por el garaje en coche oficial para sus reuniones con el PP y Gobierno

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FOTOGRAFÍA. MADRID (ESPAÑA), JUNIO DE 2021. El excomisario José Manuel Villarejo. Efe

Efe.- Madrid (España), viernes 2 de julio de 2021. El excomisario José Manuel Villarejo ha reiterado ante el juez que se comunicó a través de mensajes con el entonces presidente del Gobierno Mariano Rajoy, quien tenía «interés personal» en la operación Kitchen, y ha señalado que también mantuvo un contacto indirecto con la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría.

Con gorra blanca, gafas de sol y mascarilla negra, Villarejo ha llegado este viernes en torno a las 9.15 horas a la Audiencia Nacional para prestar una nueva declaración como investigado por esta operación «parapolicial» de espionaje al extesorero del PP Luis Bárcenas, presuntamente urdida desde el Ministerio del Interior entre 2013 y 2015 en busca de documentos sensibles para el partido y sus dirigentes.

Durante más de tres horas y media de comparecencia, Villarejo ha vuelto a desgranar la operación, de la que, según su versión, estaban al tanto ex altos cargos del PP como Rajoy, Soraya Sáenz de Santamaría o la ex secretaria general del partido María Dolores de Cospedal, imputada en la causa, han indicado a Efe fuentes jurídicas.

Además de contarlo ante el juez, también lo ha hecho a su salida del tribunal, donde ha declarado ante los medios de comunicación que Rajoy tenía «interés personal» en Kitchen porque eran «cuestiones de Estado»; que Sáenz de Santamaría se informaba «indirectamente a través de una serie de personas», y que se reunió «ni se sabe cuántas veces» con Cospedal como «representante del Gobierno», la última, cree, días antes de su detención en noviembre del 2017, cuando ella ocupaba la cartera de ministra de Defensa.

Esas reuniones eran, según afirmó la propia Cospedal y su exjefe de gabinete José Luis Ortiz, en la sede del PP, donde accedía por el garaje en coche oficial, dado que, ha justificado, «el trabajo de inteligencia tiene estas cosas, que hay que hacerlo de forma discreta», como «cuando contactaba con gente próxima al Dáesh en el desierto, camuflado».

Ante el juez, explican las fuentes, Villarejo, investigado en una treintena de piezas del caso Tándem, por el que estuvo en prisión preventiva más de tres años, ha continuado con la línea de la declaración que prestó en la comisión de investigación de Kitchen en el Congreso en mayo.

Ha reiterado que le ofrecieron dos números de teléfono (aunque uno no funcionaba) con los que contactar con Rajoy, con quien se comunicó a través de mensajes durante varios meses, si bien ha dicho no recordar si se los dio Cospedal o alguien del CNI. El expresidente, según su versión, tenía dudas sobre cómo avanzaba el operativo, y ha indicado que manifestó a Rajoy su convicción de que Bárcenas tenía documentación de interés.

Con su segunda en el Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, Villarejo también ha afirmado haber mantenido contacto, esta vez indirecto a través de una tercera persona, aunque ha precisado que la comunicación era bidireccional, y la ha justificado por la responsabilidad de la vicepresidenta en el CNI y su cercanía con Rajoy.

Otra forma de reportar con Rajoy era, según Villarejo, a través de Cospedal -que esta semana se desvinculó ante el juez de la operación- y ha añadido que la exdirigente popular sabía que se había intervenido documentación a Bárcenas, indican las fuentes.

De sus reuniones con ella, ha indicado en otro momento que no eran profesionales ni estaban vinculadas a ningún encargo, y ha añadido que nunca le pagaron con fondos reservados, pese a recibir dicha promesa.

Villarejo ha ido nombrando a otros miembros del Gobierno de Rajoy y ha subrayado la importancia del exministro del Interior Jorge Fernández Díaz -también imputado- en el desarrollo de Kitchen, aunque ha dicho que no cree que la decisión de montar el operativo partiese de él porque debería haber consultado a sus superiores.

Sí que ha dicho, precisan las fuentes, que llegó un momento en que Rajoy no se fiaba del todo de la información que llegaba de Fernández Díaz, y por ello él comenzó a comunicarse con el expresidente.

Más allá del PP y del Gobierno, Villarejo ha seguido apuntando al ex director general de la Policía Ignacio Cosidó. Ha dicho que fue su jefe de gabinete quien le llamó para comentarle que había un tema que importaba a Presidencia, y después el exnúmero dos del cuerpo Eugenio Pino le transmitió que Bárcenas podía tener documentación importante.

En este sentido, ha señalado que el exministro, su ex número dos Francisco Martínez y el Director Adjunto Operativo de la Policía Eugenio Pino -los tres imputados- le encargaron realizar labores de inteligencias sobre Bárcenas, y se le dijo, según las fuentes, que había que localizar información que guardase y que pudiese comprometer al PP o al Estado.

Aparte de intervenir en la captación del chófer del extesorero, Sergio Ríos, como confidente policial, él debía hacer también un análisis del entorno de Bárcenas y las personas que podían tener información, ha señalado Villarejo, que ha afirmado también que el operativo vigiló la vivienda que tenía en Baqueira y otra de su madre.