Vocal del Consejo General del Poder Judicial: Aún hay «techos de cristal» para la mujer en España

0
721
El vocal del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Fernando Grande Marlaska, durante su intervención en el Hay Festival de Segovia, con la periodista y escritora Nativel Preciado, donde ha hablado de su reciente libro "Ni pena ni miedo", en la antigua iglesia de San Nicolás. Efe.

Efe – El vocal del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Fernando Grande Marlaska, ha alertado hoy en Segovia que aún se mantienen «techos de cristal» para la mujer en España y ha citado como ejemplo lo que sucede en la Administración de Justicia. Segovia (España), domingo 25 de septiembre de 2016. Fotografía: El vocal del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Fernando Grande Marlaska, durante su intervención en el Hay Festival de Segovia, con la periodista y escritora Nativel Preciado, donde ha hablado de su reciente libro «Ni pena ni miedo», en la antigua iglesia de San Nicolás. Efe.

Durante un encuentro en el Hay Festival de Segovia con las periodistas y escritoras Rosa Montero y Nativel Preciado, donde ha hablado de su reciente libro «Ni pena ni miedo», el magistrado ha confesado que no es consciente de que tiene vocación de defender a los débiles, sino que habla de los temas que le preocupan, de forma natural.

Además de los casos de desigualdad, el acoso escolar, el racismo, la xenofobia y el maltrato de los animales son algunos de los temas que también le remueven su conciencia. Grande Marlaska ha dicho que no entiende lo que ocurre todavía con los paradigmas de los roles de la mujer en la sociedad, «donde existen techos de cristal y, aunque se hacen políticas de corresponsabilidad, no se llevan a la realidad».

En su opinión, en la carrera judicial el 93 por ciento de las solicitudes de reducción de jornada para atender la casa o a familiares lo siguen pidiendo las mujeres, cuando también hay hombres, «lo que significa que el tema de la corresponsabilidad no está superado», ha matizado.

En otro momento de la conversación ha explicado que uno de los momentos valientes de su vida fue no haberse traumatizado con su orientación sexual, aunque ha reconocido que no era feliz: «Tenía mucho de introspección, de mucho pensar y preguntarme ‘¿por qué no puedo tener una vida como el resto de mis amigos?'».

Sobre su presencia como juez en el País Vasco ha asegurado que, en plena ola de terrorismo de ETA, era más difícil vivirlo allí que en el resto de España, aunque también hubiera atentados, porque había otro ambiente «y los silencios a los que te veías obligado para ser políticamente correcto».

Tras subrayar que la gran parte de la sociedad vasca estaba en contra del terrorismo, ha valorado que terminaran saliendo a la calle para mostrar su rechazo gracias a la organización «Gesto por la paz». Sobre el hecho de que figurara como objetivo de un atentado terrorista, Grande Marlaska ha relatado que no le gustó pero que tampoco le cayó de improviso, ya que «es como si llevaras 30 años fumando y te detectan cáncer de pulmón».

«Por mi trabajo tenía bastantes boletos para que sucediera, lo viví con normalidad y, al final, con un halo de imprudencia», ha resumido. Aparte de reconocer que en la calle va muy despistado, lo que vincula a la época en que no llevaba gafas porque no le gustaba, a pesar de necesitarlas, el magistrado ha señalado que sólo iba con escolta en la jornada laboral, nunca en fines de semana.

Para quien le siguen «fastidiando los malos quereres», hay que estar «muy alerta» porque los «valores de la ética pública muchas veces se contaminan con los valores de la vida privada».

En relación al balance de su vida personal y profesional, lo que recoge en el libro, en declaraciones a Efe, Grande Marlaska ha dicho que está «razonablemente contento», una vez que ha realizado esta reflexión de su pasado, «en algunos aspectos dura, por recordar episodios».

Ha negado que quiera dedicarse a la política, aunque no ha descartado hacer carrera siempre dentro de la Administración pública, dejando claro que su sitio de origen es donde ha estado los últimos 30 años de mi vida, que es el Poder Judicial.

En la charla con Montero y Preciado, Grande Marlaska se ha definido como «imprudente» por haber escrito el libro, aunque la idea nació del editor de Ariel, Francisco Martínez Soria, que le habló de la posibilidad de hacer hablar los valores que han construido a la sociedad occidental.

Ahora, ha comentado el vocal del CGPJ, está mucho más «temeroso» de la reacción de la gente que cuando escribió el libro, ha indicado mientras que ha dudado si «desnudarse» ha sido un gesto de valentía, lo ha atribuido a su personalidad: «Soy como soy».

En cuanto a su homosexualidad, Grande Marlaska ha subrayado que no la vivió «traumáticamente», pero ha negado que fuera «feliz»: «Me interrogaba, pero no sufría, trataba de ir llenando la mochila de las herramientas necesarias para cuando llegara el momento» de hacerlo público, ha relatado.