Zapatero dice que no va a pedir «perdón» por la ETA y que los filoetarras y asesinos terroristas como Arnaldo Otegui Mondragón acabarán dando «más pasos» en el reconocimiento del daño causado

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FOTOGRAFÍA. MADRID (ESPAÑA), JUNIO DE 2021. El expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero. Efe

Lasvocesdelpueblo y Agencias- San Sebastián (España), martes 9 de noviembre de 2021. El expresidente del Gobierno y exsecretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, cree que el brazo político de la banda terrorista comunista y separatista ETA, EH Bildu del asesino etarra Arnaldo Otegui Mondragón, conocidos como ‘izquierda abertzale’ (ultraizquierda muy violenta), acabará dando «más pasos» en el reconocimiento del daño causado y ha dicho que él no está ni estará «en el debate del perdón», tras ser preguntado sobre la necesidad de que se pida perdón por los asesinatos de los GAL.

«Nunca me han visto pedir a nadie que pida perdón, nunca lo he hecho. Lo importante no es pedir perdón, es decir si uno está dispuesto a perdonar. No estoy en el debate del perdón ni lo estaré, en ninguna dirección. Estoy en el Estado de Derecho siempre, que es como se logran los mejores fines», ha recalcado el exdirigente socialista.

Lo ha hecho durante su intervención en un coloquio que ha tenido lugar en la noche de este martes en San Sebastián tras la representación de «La mirada del otro», parte de la trilogía teatral «Rescoldos de paz y violencia», de la compañía Proyecto 43-2, que el departamento de Cultura de la Diputación de Gipuzkoa ha elegido para celebrar los diez años del fin de ETA.

Dos víctimas de la banda terrorista, Mari Carmen Hernández, viuda del concejal del PP de Durando Jesús Mari Pedrosa, asesinado en 2000, y Josu Elespe, hijo del edil del PSOE de Lasarte-Oria Froilán Elsepe, al que ETA mató en 2001, han compartido la charla con el exmandatario socialista.

Ambas víctimas participaron en encuentros con los asesinos, etarras arrepentidos adscritos a la vía Nanclares que se llevaron a cabo en secreto, y ambas han hablado hoy de lo positiva que esta experiencia fue para ellos, convencidos ambos de que se debe dar una segunda oportunidad a esas personas que han renegado de sus crímenes.

Sí echan de menos que ese reconocimiento no lo haya hecho aún la izquierda abertzale, de la que Mari Carmen Hernández espera «una autocrítica de su pasado» y que diga «lo más simple, que matar estuvo mal».

Elespe está ya «un poco cansado» de reclamar «esa autocrítica de la participación activa y directa» durante las décadas de violencia en las Vascongadas y pide que además «no lo haga por fascículos coleccionables», sino que la «lectura ética y crítica sea rotunda en la deslegitimación de ETA».

Zapatero está convencido de que ese reconocimiento «llegará», pero que debe producirse «en un proceso entre ellos mismos» para que sea «auténtico, sincero y real».

«Tengo la convicción de que hemos dado un paso y habrá más, y que cada paso que se dé hay que reconocerlo», ha destacado el presidente, que opina que la declaración del líder de EH Bildu, Arnaldo Otegi, «hay que releerla».

Persuadido de que la sociedad vasca avanzará en el camino hacia la convivencia, ha emplazado a sus interlocutores y al público que ha acudido al teatro Principal de San Sebastián a reunirse de nuevo dentro de cinco años.

Jesús Eguiguren se encontraba también el teatro y a él se ha dirigido Zapatero en un par de ocasiones para elogiar su papel en los contactos que mantuvo con dirigentes de ETA y para destacar que, pese a las dificultades, ni él ni el exdirigente del PSOE tiraron «la toalla en la búsqueda de la paz».

El público también ha participado en un turno de preguntas, dos de las cuales han ido dirigidas al expresidente del Gobierno con relación a los crímenes de los GAL y a la necesidad de que quienes estuvieron detrás reconozcan también el daño causado.

Ha manifestado que él ha condenado lo que fueron los GAL, ha señalado que «todos tenemos clarísimo que el fin no justifica los medios», pero que él «no exagera las palabras» y se remite a lo que fue su etapa como jefe del Ejecutivo español, «de un respeto escrupuloso al Estado de Derecho, y en un momento como el proceso de negociación con ETA para el que no había legislación».

Zapatero ha dicho que ha «conformado» unos «principios de comportamiento» que le llevan a «no acusar ni exigir». «Mis hechos están ahí. El tiempo me ha conformado de esa manera. El camino al deterioro, a la pobreza cultural se escribe en la acusación permanente al otro», ha afirmado.