Alfonso Ussía Muñoz-Seca: «Yolanda Díaz Pérez (Yoly) usted es fea, lo siento de corazón»

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FOTOGRAFÍA. ESPAÑA, AÑO 2021. La vicepresidente segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz (Unidas Podemos). Efe

Redacción.- Barcelona (España), domingo, 26 de diciembre de 2021. «La belleza y la fealdad pertenecen a los gustos y pareceres, y éstos son subjetivos. Bueno, en algunos casos, pueden alcanzar la objetividad». «Ava Gardner era una belleza, y no hay espacio para la subjetividad». «Como no lo hay si afirmo que la portavoz de EH Bildu en el Congreso de los Diputados, Mertxe Aizpurua Arzallus, es muy fea. Por fuera y por dentro». «Pero en general, todo está sujeto a las preferencias estéticas y los gustos personales». Así ha opinado este jueves, 23 de diciembre de 2021 en su blog, bajo título «Feucha«, Alfonso Ussía Muñoz-Seca (Madrid 1948) es escritor. Premios. Mariano de Cavia, González-Ruano, Jaime de Foxá y Baltasar Iban. Especial Ejército, Fundación Guardia Civil y FÍES de periodismo. 53 libros. Distinciones. Gran Cruz del Mérito Naval. Gran Cruz de la Orden del 2 de Mayo. Medalla de Oro de Madrid. Cruz de Plata de la Guardia Civil. Entre ABC, Tiempo, Época, y La Razón, más de 20.000 artículos. Pluma de Plata y Pluma de Oro.

A continuación, reproducimos íntegramente la opinión de la Pluma de Plata y Pluma de Oro y Medalla de Oro de Madrid. Cruz de Plata de la Guardia Civil, Alfonso Ussía Muñoz-Seca

«FEÚCHA

Existen ánimos feos, intenciones feas, mentiras feas, abusos de poder feos y actitudes feas, y todas esas fealdades se reúnen en Yoly.

23  de diciembre 2021

Estos podemitas tienen la piel muy fina. Insultan, amenazan, humillan, golpean… y cuando son ellos los receptores de las críticas, se enfadan. Están muy dolidos y sentidos con Macarena Olona por sus opiniones respecto a Yoly e Irene. La camarada Yoly amenazó con incendiar las calles si algún día gobernaba Vox. Una copia del «No Pasarán», y vaya si pasaron. Macarena Olona le ha llamado fea.

Y Podemos ha pedido amparo a la presidente del Congreso, la inimitable Meritxel Batet. Una persona, en este caso, una mujer, no solo puede ser fea en su físico, sino también en su ánimo.

Y es lo que le ha dicho Macarena Olona a Yoly Díaz. Existen ánimos feos, intenciones feas, mentiras feas, abusos de poder feos y actitudes feas, y todas esas fealdades se reúnen en Yoly. Como en Irene Montero, a la que ha calificado de débil, acomplejada y víctima. Y le ha recordado que ella es ministra del Gobierno por cuota de lecho, aunque haya adornado sus palabras con mayor misericordia.

En cuanto al físico, yo, por iniciar mis descripciones, me considero feo. Pero muchísimo menos feo que Echenique, que Ferreras y que Errejón. Si Echenique, Ferreras o Errejón me llaman «feo», no me solivianto. Les reconozco el acierto en su observación.

Y si los hombres pueden llamar «feos» a otros hombres, el Ministerio de Igualdad tendría que garantizar ese mismo derecho a las mujeres definiendo, incluso, el físico de otras mujeres.

Y repito que no era esa la intención de Macarena Olona. La mía sí. Irene Montero no es fea, pero muy descuidada y bastante aproximada al recelo de cercanía, y Yoly, lo siento de corazón, es fea. Pongamos que feúcha, que es más cariñoso. Feúcha antes de visitar al Papa y feúcha después de visitar al Papa, que tampoco es Gregory Peck, y no por ello voy a ser excomulgado.

Por otra parte, la belleza y la fealdad pertenecen a los gustos y pareceres, y éstos son subjetivos. Bueno, en algunos casos, pueden alcanzar la objetividad. Ava Gardner era una belleza, y no hay espacio para la subjetividad.

Como no lo hay si afirmo que la portavoz de Bildu en el Congreso es muy fea. Por fuera y por dentro. Pero en general, todo está sujeto a las preferencias estéticas y los gustos personales. Para un sapo, nada hay más guapo que una sapo hembra, y para un jabalí que una cochina.

Para Marlaska no hay nada más atractivo que Koldo, su marido, y es de esperar que lo mismo le suceda a Koldo cuando se reencuentra con Marlaska. Pero a mí, ni Koldo ni Marlaska me parecen atractivos, y ese parecer, en mi opinión, está amparado por la Constitución. Libertad de opinión y de expresión.

Feísima era Lady Ashtor, la gran rival, listísima, de Churchill. Mujer de muy buena familia que por sus complejos, se abrazó a las izquierdas. Una tarde, Churchill, después de trasegarse dos copas de Armagnac llegó con pasos titubeantes al Parlamento. Lady Ashtor aprovechó la circunstancia.

-Señor Churchill, lamento decirle que usted es un borracho-. Y Churchill replicó: -Y usted, fea. Mi problema se soluciona con una siesta, pero el suyo no tiene remedio-. Lady Ashtor no se dejaba vencer así como así. –Señor Churchill, si yo fuera su mujer, le pondría mañana cianuro en el café-. Y Churchill remachó: -Y si yo fuera su marido, me lo bebería-.

Pues eso y nada más».