Calabazas de Halloween conviviendo con panettones y turrones

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FOTOGRAFÍA. (REINO DE ESPAÑA), 03 DE ENERO DE 2024. Detalle de varios roscones de reyes, el dulce protagonista de estos días, recién salidos del horno en la pastelería La Mallorquina, en Madrid, Reino de España. Efe

Santander (Reino de España), jueves 4 de enero de 2024 (Efe).- El día de Reyes es el de la ilusión y los regalos, pero también el de otra tradición, en este caso gastronómica, que marca el fin a las fiestas: el Roscón de Reyes, uno de los dulces navideños más asentados en los hogares españoles pero que cada vez cuenta con más variedades y se compra y se consume durante un periodo más largo, «desde La Inmaculada a San Valentín».

Así lo indican a Efe profesionales de obradores y pastelerías cántabras, que estos días no dan abasto para despachar los pedidos de una clientela fiel al Roscón, y que lo disfruta «porque es un producto muy típico y con solera».

Las perspectivas de esta campaña son «muy buenas», según destacan en la pastelería Rego de Liérganes, que reabrió en 2016 y que ofrece el Roscón tradicional y relleno de tres tipos: crema, nata y trufa.

«Hay gente que ya empieza a comprar desde primeros de diciembre, la temporada del Roscón cada vez se alarga más porque es un dulce que, por lo general, gusta mucho», cuentan en esta pastelería, cuyos propietarios atienden a Efe por teléfono mientras siguen despachando sus productos «en un no parar», según aseguran.

Si antes «la gente compraba sólo el día 5 y el 6 de enero», ahora desde el puente de La Inmaculada hasta finales de enero y hasta febrero hay pedidos y ventas.

En el caso de la pastelería Rego, «hay mucha reserva», e incluso gente que pide que le guarden el Roscón desde «bastante antes de Navidad».

La misma idea, de que las ventas de este producto cada vez se extienden más en el tiempo, tienen en la confitería Regma, que tiene establecimientos en varios puntos de la región, pero en su caso relacionan este nuevo hábito con la influencia de las grandes superficies y sus estrategias comerciales.

Los días fuertes: 5 y 6 de enero

«No cabe duda que los productos tienden a desestacionalizarse y las grandes cadenas de supermercados están haciendo un esfuerzo significativo para alargar la vida comercial de los productos de alimentación. Ya nadie se sorprende al ver en los lineales de los supermercados las calabazas de Halloween conviviendo con panettones y turrones».

«El Roscón, por ejemplo, hay quien lo aguanta casi hasta la llegada de San Valentín», explican a Efe.

Bajo su punto de vista, el aumento de la temporada de Roscón sí ha traído un crecimiento en ventas, pero «los días fuertes» siguen siendo, con mucha diferencia, el 5 y el 6 de enero, en los que en esta empresa se acumula el 80 % de la facturación.

En su caso, el Roscón «estrella» sigue siendo el que no tiene relleno, porque más de la mitad de los clientes siguen apostando «por el producto clásico».

«Nuestros clientes siguen valorando la tradición por encima de todo. Les siguen de cerca los roscones rellenos de nata, que suelen llevarse la mayoría del resto de ventas, y por último seguirían en orden crema, trufa, y cabello de ángel», señalan desde Regma.

Sin embargo, lo que es una realidad, y así lo reconocen en distintos obradores y pastelerías, es que, como ocurre con otros alimentos tradicionales, cada vez se ha diversificado más y hay roscones de más tipos: de hojaldre, dulce de leche, pistacho, chocolate…. «Para gustos», subrayan.

Sacrificar gastos menores por tradiciones

En Regma, las previsiones para estos días es que la caída de ventas de años anteriores no sea esta vez tan pronunciada.

«Es evidente que las subidas de precios tanto de los suministros como de la cesta de la compra está obligando a las familias a recortar en gastos». «Pero la Navidad es una época en la que la gente aumenta su gasto medio, y las familias están dispuestas a sacrificar algunos gastos menores para mantener tradiciones más arraigadas, como pueden ser los turrones y los roscones», apuntan.

Aparte del deleite gustativo, en el caso del Roscón hay otro «reclamo»: esconde en su interior el premio o «haba», sinónimo de fortuna o de quien tiene la obligación de pagar este postre.