Carta de Ada Colau a Rajoy sobre «el impacto del horror» de la inmigración

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A continuación, reproducimos íntegramente la carta de la Alcaldesa de Barcelona por Barcelona En Común (BComún), Ada Colau, al presidente del gobierno del Partido Popular, Mariano Rajoy Brey, sobre los refugiados sirios. Colau recuerda en la misiva [pdf], enviada este sábado 5 de septiembre 2015, que la Comisión Europea aprobó destinar 521,7 millones de euros en España «para dar respuesta a la inmigración y al asilo» político. Ante esto, la alcaldesa ha reclamado que estos recursos «sirvan para asistir a las personas que los necesitan, y no a blindarnos contra ellas» destinando el dinero «en fronteras y policía». Además, subrayó que «es necesario que el Estado se comprometa a apoyar a aquellos que se ofrecen a prestar su ayuda». <Fotografía: La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, foto archivo>.

«Alcaldesa de Barcelona

Señor Presidente del Gobierno, me dirijo a Usted, en primer lugar, bajo el impacto del horror que nos llega del Mar Mediterráneo: miles de personas, huyendo de la guerra y del hambre, tratan desesperadamente de acceder a Europa. Muchos no lo consiguen y nuestras fronteras se llenan de mujeres, hombres y niños muertos en su intento, precisamente, de sobrevivir.

Las imágenes son insoportables. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para el Refugiado (ACNUR) ya ha calificado esta crisis como la peor después de la Segunda Guerra Mundial. Después de aquella atrocidad, una Europa avergonzada se hizo una promesa: ‘Nunca más’ ¿Están los gobiernos de la UE realmente dispuestos a cumplirla?

Pero le escribo también impresionada por la amplísima oleada de solidaridad que recorre el Estado. Es un alivio ver como familias, entidades y personas de todas las condiciones expresan, por diversos canales, su disposición a tender una mano a estas personas que requieren nuestra ayuda. En los últimos días hemos recibido miles de peticiones: gente dispuesta a acoger en sus casas, a donar dinero, ropa, a ofrecer cuidados o servicios como traducción o atención psicológica. Gente que no tiene mucho y, aun así, está dispuesta a compartirlo. Nuestra sociedad muestra su mejor cara, la solidaria, la comprometida con los Derechos Humanos.

Es nuestro deber como instituciones estar a la altura de esta oleada de solidaridad. No se trata de caridad. Es una obligación: «En caso de persecución, toda persona tiene derecho a buscar asilo, y a disfrutar de él, en cualquier país», consagra el artículo 14 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Debemos cumplir este mandato.

Desde muchas ciudades hemos empezado a canalizar y organizar esta oleada de solidaridad, en colaboración con entidades que llevan años prestando su apoyo a las personas que buscan refugio aquí. La idea de una red de Ciudades Refugio se extiende por todo el estado y cada día nuevos municipios anuncian su voluntad de formar parte de ella.

Barcelona se compromete a acoger el contingente de refugiados que corresponda al importante tamaño y el peso económico de nuestra ciudad, con el fin de facilitar que el Estado cumpla con las obligaciones que le reclama la UE. La coordinación es clave, y somos un aliado en el cumplimiento de los Derechos Humanos. Pero también es necesario que el Estado se comprometa a apoyar a aquellos que se ofrecen a prestar su ayuda. Los Ayuntamientos necesitamos fondos y sabemos que hay recursos. Este mismo agosto la Comisión Europea aprobó destinar 521,7 millones de euros al Estado español en el marco de su programa para dar respuesta a la migración y el asilo. España es, después de Grecia, el segundo estado de la UE que más fondos recibe.

Casi el 50% de ellos forman parte de un fondo de migración y asilo. Queremos que estos fondos se gestionen con transparencia, y sirvan para fortalecer la red de acogida que las ciudades están articulando con las entidades, en colaboración con las distintas administraciones.

Finalmente, aprovechamos la ocasión para solicitar que los recursos de todos sirvan para asistir a las personas que los necesitan, y no a blindarnos contra ellas con concertinas y medios militares. Observamos con consternación como la Europa-Fortaleza destina millones de euros a fronteras y a policía, en el marco de un fondo que llama ‘de seguridad interna’.

Las personas que aspiran a llegar a nuestro continente huyendo del hambre, la represión y las guerras no son enemigas. Nos negamos a aceptar que nuestra «seguridad interna» tenga como consecuencia la muerte y el sufrimiento de otros seres humanos.

Le pido, señor Presidente, que presione en la UE para que esos fondos sirvan para construir una Europa más humana, digna de los valores sobre los que se fundó.

Ada Colau i Ballano Alcaldesa de Barcelona

Barcelona, a cinco de septiembre de dos mil quince»