Católicos paraguayos reviven la celebración tradicional del Día de la Cruz

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Asunción (Paraguay), 3 mayo de 2017. (EFE).- Los católicos paraguayos revivieron hoy en Asunción y en varias localidades rurales del país la tradición del "Kurusú Ára" (Día de la Cruz, en guaraní), durante el que los devotos rezan y realizan ofrendas de alimentos como la chipa, el panecillo de queso y mandioca. Vista de chipas puestas en ofrenda por el Día de la Cruz hoy, miércoles 3 de mayo de 2017, en Asunción (Paraguay). Efe.

Efe – Esta celebración suele ser organizada por familias que cumplen algún tipo de promesa y por los fieles católicos que acuden a las iglesias, en donde se llevan a cabo misas cantadas, y que visitan los cementerios para decorar las cruces de los sepulcros de sus familiares. Asunción (Paraguay), miércoles 3 de mayo de 2017. Fotografía: Vista de chipas puestas en ofrenda por el Día de la Cruz hoy, miércoles 3 de mayo de 2017, en Asunción (Paraguay). Efe.

Los católicos paraguayos revivieron hoy en Asunción y en varias localidades rurales del país la tradición del «Kurusú Ára» (Día de la Cruz, en guaraní), durante el que los devotos rezan y realizan ofrendas de alimentos como la chipa, el panecillo de queso y mandioca.

El Día de la Cruz, festividad católica que se remonta al 3 de mayo de 326 cuando Santa Elena encontró la cruz en la que Jesús fue crucificado, en Paraguay se conmemora con cruces adornadas de rosarios de maní y chipas que los devotos degustan al final de una jornada de oraciones.

Tras la jornada de oraciones y en momentos en que el sol comienza a ocultarse, los devotos participan del «chipa po’o» (reparto de chipa), que es el momento en el que se distribuyen los alimentos.

Los presentes degustan esa torta típica paraguaya acompañada de un cocido de yerba mate, un té dulce que se sirve caliente.

En los hogares del interior del país tampoco suele faltar en esta fecha la «aloja», una bebida fresca que se elabora con zumo de naranja agria y miel de caña.

Esta celebración suele ser organizada por familias que cumplen algún tipo de promesa y por los fieles católicos que acuden a las iglesias, en donde se llevan a cabo misas cantadas, y que visitan los cementerios para decorar las cruces de los sepulcros de sus familiares.