Comunismo y Antifascistas en Australia: «El racismo es una pandemia. El silencio blanco es violencia»

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FOTOGRAFÍA. BRUSELAS (BÉLGICA), 07.06.2020. Más de 10.000 personas se manifestaron en Bruselas, unas 1.200 en Amberes y varios centenares en Gante, Ostende y otras localidades belgas contra el racismo y en recuerdo del afroamericano George Floyd, que murió asfixiado por un policía en Mineápolis (Estados Unidos). Efe

Efe – Decenas de miles de personas marcharon este sábado por varias ciudades de Australia para protestar contra el racismo y las muertes de aborígenes australianos cuando se encontraban bajo custodia de las autoridades, así como en solidaridad por las manifestaciones tras la muerte en Estados Unidos del afroamericano George Floyd. Sídney (Australia), lunes 8 de junio de 2020. 

«El racismo es una pandemia», «el silencio blanco es violencia» y «detengan las muertes bajo custodia policial», son algunos de los carteles que acompañaban a banderas aborígenes durante la marcha hoy en Sídney, donde se congregaron unos 10.000 personas.

En las escaleras del ayuntamiento, una activista aborigen exclamaba entre ovaciones: «Queremos justicia. No más muertes bajo custodia policial».

«Somos los dueños tradicionales de esta tierra y estamos unidos no solamente por el color con nuestros hermanos negros en Estados Unidos sino con los indios nativos. Tenemos algo común con todas las naciones negras de todo el mundo porque hemos sido colonizados con violencia y genocidio», decía otro de los ancianos aborígenes durante la marcha.

Desde 1991, según las cifras oficiales, 434 aborígenes han muerto mientras eran arrestados o en las cárceles de Australia, país que durante décadas ha discriminado a los indígenas con leyes represivas y vulnerando sus derechos.

Entre las muertes de aborígenes se encuentra la de David Dungay, de 26 años, quien falleció en 2015 en el hospital de una prisión de Sídney mientras era inmovilizado por cinco guardias.

«No puedo respirar», exclamó hasta 12 veces Dungay antes de perder la vida.

Unas palabras similares a las que pronunció la semana pasada el afroamericano Floyd mientras un policía le presionara el cuello con la rodilla en Mineápolis, Estados Unidos.

En memoria de Floyd y de los indígenas fallecidos la multitud que se congregó durante la protesta con el lema «Black Lives Matter» (la vida de los negros importa) hincó una rodilla en el suelo en señal de protesta y respeto por las víctimas.

«Se han cometido injusticias no solamente en Estados Unidos, sino también en Australia con las muertes de los indígenas bajo custodia», comentó a Efe el australiano Paul Korgersky.

«La vida no es fácil para nosotros los negros, no tenemos los mismos derechos y tenemos que pensar dos veces antes de hacer cualquier acción», dijo a Efe la afrobrasileña Alini Melho.

La Policía del estado de Nueva Gales del Sur, cuya capital es Sídney, recordó a los manifestantes «mantener 1,5 metros de distancia entre ellos» como medida de precaución ante la pandemia de la COVID-19.

Y aunque en general la marcha fue pacífica, la policía tuvo que actuar contra un pequeño grupo de manifestantes dentro de una estación de metro.

Otras protestas pacíficas similares se realizaron en ciudades como Melbourne, Brisbane y Hobart, y también en pequeñas localidades del interior.

PROCESO DE RECONCILIACIÓN

Australia se encuentra en un proceso de reconciliación por el perjuicio realizado contra los indígenas, quienes llegaron al territorio hace más de 50.000 años y han sufrido desde la colonización británica en el siglo XVIII constantes maltratos y una discriminación sistemática, así como la apropiación de sus tierras ancestrales.

Entre los años 1910 y 1970 se impuso la política de la Australia Blanca que resultó en el arrebato de unos 100.000 menores de sus familias indígenas para ser cuidados por familias o instituciones de blancos, en lo que se denominó «la generación robada», cuyos supervivientes y descendientes aún sufren un profundo trauma.