CUP: Si hay «amenaza con el uso de la fuerza contra» el separatismo se suspende el Referéndum

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Los ultraviolentos, Anna Gabriel (i), la actual líder de CUP y David Fernández (d), ex líder de CUP y muy amigo del terrorista Arnaldo Otegi, en la asamblea de las CUP. Archivo Efe.

Agencias – CUP dice que sólo aceptaría suspender el referéndum separatista catalán de este año en Cataluña ante «la amenaza del Estado del uso de la fuerza contra la gente». «En el caso hipotético ‘in extremis’ para no celebrar el referéndum sería la amenaza del Estado con el uso de la fuerza indiscriminada contra la gente, el uso de la fuerza militar» en Cataluña. La diputada ultraviolenta separatista Anna Gabriel Sabaté(CUP) ha compartido este miércoles 15 de febrero de 2017 un coloquio con el presidente de la Generalidad de Cataluña, Carles Puigdemont. En este marco, el anticapitalista ha querido advertir al presidente que la CUP sólo aceptará que el referéndum secesionista catalán no se celebre si hay «la amenaza del Estado del uso de la fuerza indiscriminada contra la gente». Barcelona (España), jueves 16 de febrero de 2017. Fotografía: Los ultraviolentos, Anna Gabriel (i), la actual líder de CUP y David Fernández (d), ex líder de CUP y muy amigo del terrorista Arnaldo Otegi, en la asamblea de las CUP. Archivo Efe.

En otro escenario, la formación exigirá que se lleve a cabo. «No puede ser que no hacemos el referéndum por una advertencia penal», dijo.

Durante este coloquio, Puigdemont ha garantizado que la pregunta del referéndum será «clara, con respuesta binaria y sin dar pie a interpretaciones».

Además, el presidente ha negado que el Gobierno esté buscando «avales y reconocimientos internacionales» a una posible separación de Cataluña. «No lo hacemos porque todavía no hemos hecho el referéndum y no la hemos ganado. Ya vendrá el momento que lo pedimos «, explicó.

CUP: «Uno de los efectos que debe tener el referéndum debe ser que vendremos avalados por una mayoría de la población»

El referéndum y todo lo que rodearía la hipotética secesión de Cataluña han centrado la mayor parte de la conversación entre los dos políticos.

Y justamente hablando de los problemas que podrían dificultar la celebración de la consulta, Gabriel ha querido dejar claro al presidente que la CUP no está dispuesta a aceptar que se suspenda la convocatoria «para que llegue una advertencia penal».

En este sentido, instó al Gobierno a «acordar» el extremo que podría provocar que no se pusieran las urnas.

» «En el caso hipotético ‘in extremis’ para no celebrar el referéndum sería la amenaza del Estado con el uso de la fuerza indiscriminada contra la gente, el uso de la fuerza militar» en Cataluña, sentenció.

Pero todas las opiniones sobre las dificultades que pueden llegar sobre el referéndum no ha estado negativas.

La diputada de la CUP ha asegurado que las sentencias e intervenciones de los tribunales españoles y del TC sobre el proceso y la consulta «no se pueden despreciar», pero ha considerado que puede tener una consecuencia más positiva.

«Esperamos que desde la arena internacional alguien sugiera al Estado que debe sentarse en la mesa, al estilo del siglo XXI y no siglo XVIII».

«Que nos puedan acompañar de otros lugares». «El exceso de judicialización puede contribuir a que se exija más democracia en el Estado», consideró la diputada de la CUP.

En este mismo sentido, Puigdemont ha querido hacer notar la «pérdida de credibilidad del TC porque está sumamente politizado» y, para él, esto afecta «la seguridad jurídica» del Estado.

Hablando también del aspecto internacional del proceso, Puigdemont ha querido negar que el Gobierno esté buscando el reconocimiento de otros países a la secesión o la posible Cataluña independiente.«Es una ‘controla’«, sentenció.

«Todavía no estamos pedido el reconocimiento porque no estamos en condiciones de hacerlo, tenemos que pasar por un referéndum y ganarlo», ha dicho.

Insistiendo en los detalles en torno al referéndum separatista, el presidente catalán ha defendido que sea cual sea la fecha elegida finalmente para celebrarlo, «no se estará avanzando ni retrasando», porque «sólo se podrá decir que se adelanta o se retrasa si hay una fecha ya fijada. Y ahora no existe».

En este sentido, Gabriel ha pedido al presidente que el anuncio de la fecha concreta «sea lo menos presidencialista posible», y que «se pudiera visualizar un gran acuerdo de país para hacer el referéndum y el proceso constituyente».

Puigdemont, que no quiso pronunciarse sobre cuál sería la mejor fecha para el referéndum, sí ha querido garantizar que «todo lo que la acompaña no será sólo un decreto, sino que será un proceso que se debe hacer confiando mutuamente, con suficiente información y con la convicción de que la fecha no se escoge porque yo un día el presidente levanta y dice ‘tal día».

Puigdemont a Rajoy: «Cuando alguien no su hablar, hay que ser muy poco demócrata para no saber de qué lado hay que estar»

La elección del día, sin embargo, no es lo más importante para Puigdemont, que, como la CUP, cree que debe estar «al servicio» de la estrategia para que la participación sea lo más alta posible.

Asimismo, el presidente separatista catalán sí, ha asegurado que aunque todavía no se ha negociado la literalidad del texto, el referéndum tendrá «una pregunta clara y una respuesta binaria, que nadie pueda decir que pensaba que votaba otra cosa».

«Nos pondremos bastante de acuerdo con la pregunta», vaticinó.

Sin embargo, Gabriel ya ha avanzado que «puede haber dificultades» a la hora de determinar a la pregunta si se «habla de República o de Estado».

En cualquier caso, Gabriel se ha mostrado convencida de que el resultado será «vinculante», tanto si ganan los independentistas como si lo hacen los contrarios a la secesión.

«Uno de los efectos que debe tener el referéndum debe ser que vendremos avalados por una mayoría de la población» en Cataluña.

«En el caso de que gane el «no», aceptaremos una mayoría del «no» y a cambio, hemos de emplazar los otros que acepten si hay mayoría de «sí»», ha añadido la diputada de la CUP.

Aunque ambos se han mostrado escépticos en la voluntad del Estado para pactar el referéndum, Puigdemont ha sido quien más llamadas ha hecho que el gobierno de Mariano Rajoy se avenga a negociar.

Además, el presidente separatista ha reconocido que «lamenta la situación» y que no haya una predisposición del Estado a pactar el referéndum.

«No me hace feliz que se ponga el Estado en terreno de confrontación», dijo.

«Cuando alguien no su hablar, hay que ser muy poco demócrata para no saber de qué lado hay que estar», añadió.

«Me gustaría que pudiera formular propuestas y competir con el proyecto de país atractivo que nosotros presentamos», sentenció.