Redacción.- Valencina (España), viernes 22 de octubre de 2021. «Las Cortes Valencianas. En 2021 habrán pasado ya 529 años de la llegada a tierras americanas de la Santa María, la Niña y la Pinta, al mando del Almirante Cristóbal Colón. Aquel 12 de octubre de 1492 significó un nuevo comienzo de la historia de España y también el inicio del mundo moderno, que se concibe ya humana y geográficamente como un mundo único.
En 1492, España vivía en el ámbito de la civilización occidental, nutrida las raíces griega, romana y cristiana. España transmitió esta civilización a América y la transmite en el sentido literal de la palabra «civilización», fundando «ciudades» que expresaron toda una concepción del mundo. Los restos de sus iglesias, universidades, academias y misiones perduran todavía hoy en América, Asia y África. El español sintió sólo la necesidad de fortificar sus ciudades americanas frente al exterior, en la costa. El enemigo estaba en la mar, no en la tierra; en el pirata, no en el indígena.
En la historia de los pueblos constituye sin duda un caso singular el de la Monarquía hispánica, que en el cenit de su hegemonía se cuestionó a sí misma y debatió en público problemas de honda profundidad moral mientras se esforzaba por adecuar sus actos a la doctrina elaborada por eminentes pensadores como Francisco de Vitoria, Vázquez de Menchaca o Bartolomé de las Casas, que fueron poniendo los cimientos de la noción de Comunidad internacional. Destaca también el testamento de la Reina Isabel, cuyos principios de respeto por el derecho y afirmación de la dignidad humana continúan siendo una guía para nosotros.
La Monarquía española fue pronto la «Monarquía hispánica», integrada por diversos países en ambos hemisferios bajo la misma Corona: la primera realización efectiva de Occidente. De este modo se creó una Comunidad de pueblos hispánicos, nacida por la fusión, durante siglos, de españoles y americanos, que perdura más allá de los vínculos políticos como unidad de cultura, de tradiciones y costumbres y de lengua.
Fiel a la realidad de su historia, a las exigencias de su geografía y a la voluntad de su pueblo, España no puede renunciar a Europa, que constituye su entorno más inmediato. Pero esta vocación europea, en nada debilita esa profundísima relación de familia que tenemos con los pueblos de la Hispanidad y que vincula nuestro futuro de manera irrenunciable.
El español es lengua propia en todas regiones de España y es además lengua universal en la que conviven creativamente los iberoamericanos de ambas orillas del océano, cuatrocientos sesenta millones de personas de muy diversos países y razas. Una lengua en la cual tienen una patria espiritual y encuentran un milenio de literatura propia y de pasado histórico común.
Quienes pertenecemos a la Comunidad hispanoamericana debemos tener presente que nos corresponde llevar a cabo dentro del mundo actual una acción común, de gran envergadura, mediante fórmulas institucionales realistas y recíprocamente respetuosas de la soberanía, personalidad e intereses de cada país.
Este gigantesco patrimonio que es nuestra lengua nos estimula a mirar a la Iberosfera, compartiendo la común herencia de españoles, iberoamericanos, filipinos, guineanos y portugueses. La acción común que necesitamos con urgencia comienza indefectiblemente por el conocimiento mutuo, lo más completo posible, de nuestras tierras y nuestras gentes, nuestra historia y nuestra actualidad.
Frente a quienes pretenden reescribir la historia y derriban estatuas, buscando la destrucción de nuestro patrimonio material y espiritual, desde Las Cortes Valencianas reivindicamos la necesidad de establecer los instrumentos necesarios para, en el ámbito de la Iberosfera, articular la defensa de la democracia y el Estado de Derecho, amenazados por ideologías totalitarias que en todo el globo anhelan acabar con la solidaridad, la libertad, la unidad y la soberanía de los Estados, dilapidando así la herencia de la civilización occidental además del legado cultural de España en el mundo.
Gracias a los sólidos lazos históricos, culturales, lingüísticos y económicos que unen la Iberosfera con España, nuestro país puede desempeñar un papel de gran relevancia en el proceso de recuperación de nuestro legado común. Trabajando juntos, el sector exterior puede ser de nuevo el gran dinamizador económico que impulse la recuperación en ambos continentes. Con palabras del inca Garcilaso, representante de nuestro mestizaje: «No hay más que un mundo y, aunque llamamos mundo viejo y mundo nuevo, es por haberse descubierto éste para nosotros, y no porque sean dos, sino todo uno».
Palacio de Les Corts Valencianas
Valencia, 20 de octubre de 2021».
