Barcelona (Reino de España), jueves 6 de agosto de 2024 (Lasvocesdelpueblo).- Debate de investidura Salvador Illa Roca (PSC)| Transcripción del discurso completo del líder de la Resistencia Ignacio Garriga Vaz de Conciçao en la Comunidad autónoma de Cataluña.
Pleno del Parlamento de Cataluña Sesión núm. 6 / 8 de agosto de 2024. El presidente del Parlament de Catalunya, Josep Rull Andreu: Muchas gracias. Retomamos el Pleno de investidura del señor Salvador Illa Roca, candidato del partit dels Socialistes de Catalunya (PSC), y, a continuación, tiene la palabra el señor Ignacio Garriga Vaz de Conciçao, en nombre del Grupo Parlamentario de VOX en Cataluña, por un tiempo máximo de treinta minutos.
Ignacio Garriga Vaz de Conciçao
Moltes gràcies,
President, diputados, muy buenas tardes,
No puedo empezar sin dejar de denunciar el espectáculo bochornoso al que nos hemos visto sometidos los catalanes y todos los españoles a lo largo del día de hoy. Un día en el que hemos visto con estupor cómo un fugado de la justicia con orden de detención vigente aparece y desaparece como si nada del centro de la ciudad condal, y después tenemos que asistir a otro espectáculo protagonizado por Junts per Catalunya intentando suspender este Pleno. Es una auténtica humillación a los catalanes y un ataque al estado de derecho con el beneplácito del presidente del Gobierno, de Pedro Sánchez, y, por tanto, también de usted, el candidato a la presidencia de la Generalitat, el señor Salvador Illa.
La igualdad de todos los ciudadanos está siendo pisoteada de manera continuada. Una casta privilegiada de políticos que viven por encima de cualquier ley, que no sufren ninguna consecuencia por sus actos y que, por desgracia, el Gobierno de Pedro Sánchez está por encima del bien y del mal y les permite hacerlo. Han conseguido que no haya motivos para obedecer prácticamente ningún mandato legal. ¿Con qué fuerza moral van a pedirles a un catalán honrado y corriente que pague sus impuestos ahora? ¿O que su negocio se ajuste a los requisitos si en el día a día lo único que se ve es impunidad? Impunidad para una casta de políticos privilegiados.
Sepan que en los próximos días VOX presentará una denuncia contra todos aquellos que hayan ayudado a Puigdemont a sustraerse de la acción de la justicia por encubrimiento en virtud del artículo 451 del Código Penal. Porque no, no es lógico ni comprensible que a un ciudadano de a pie se le aplique la ley sin miramientos y, por el contrario, a un fugado de la justicia se le permita reírse de los catalanes delante de sus narices. Un bochorno que no es solo fruto de la incompetencia, sino de una decisión política, una decisión política entre socios. No tenga ninguna duda que llegaremos hasta el final.
Carles Puigdemont Casamajó representa lo peor de la política. La irresponsabilidad, el fanatismo, la corrupción y la cobardía. La irresponsabilidad para dar un golpe de estado contra nuestra nación. El fanatismo, como lo hemos visto hoy, para creer que hay unos catalanes mejores que otros. La corrupción, por los delitos que se le imputa, por robar el dinero de tanto sudor y tanto esfuerzo con lo que los catalanes han contribuido durante tanto tiempo. Y la cobardía, su seña de identidad. Porque, por encima de todo, el señor Puigdemont es un cobarde. Se marchó escondido en el maletero de un coche y se ha pasado siete años viviendo en Bruselas a cuerpo de rey sin asumir ningún tipo de responsabilidad.
Y ahora, cuando ya lo tiene todo atado, gracias al Partido Socialista, a Pedro Sánchez, viene aquí a presumir de gallardía, a demostrar valentía. Su presencia en Barcelona es un símbolo de la impunidad. De la impunidad con la que los delincuentes de todo tipo y de toda condición viven, por desgracia, hoy en España. Nuestro principal deseo y nuestro empeño es que Puigdemont termine entre rejas y pague, igual que sus socios del Partido Socialista, por todo el daño que han hecho a Cataluña, a los catalanes y que seguirán haciendo si no les frenamos.
(Aplausos e la Resistencia)
Como les decía, el espectáculo bochornoso que hemos vivido hoy es el último capítulo, no tengo ninguna duda, de una clase política catalana ridícula, de una clase política fuera de la realidad, dañina y perjudicial para el interés de todos los catalanes, cuyo único legado será haber hundido a Cataluña, sembrado la discordia y el odio, algo que no habría sido posible sin la cooperación de un Partido Socialista, señor Illa, y una izquierda en general igualmente absurda y desconectada de la realidad, que no se mueve por ningún tipo de interés elevado o por el bien común o por la justicia que tantas veces cacarean, sino que vive ensimismada en su beneficio propio e interés.
Y, mientras tanto, Cataluña avanza inexorablemente al empobrecimiento, a la degradación y a la desaparición de todas y cada una de las certezas de vida con las que muchos un día crecimos. Hoy, por desgracia, asistimos a una nueva sesión de investidura en la que Cataluña, una vez más, está en segundo plano, y lo hemos podido comprobar con las intervenciones que me han precedido. Se ha hablado mucho aquí y se seguirá hablando de los problemas de ciertos políticos, de sus intereses, de sus necesidades, y muy poco o absolutamente nada del día a día y de los problemas de los catalanes. Porque esta no es una sesión de investidura más, señor Illa, es la escenificación pública y final del gran acuerdo que ustedes, socialistas y separatistas, han mantenido durante los últimos años.
Sabíamos que son partidos hermanos porque tienen un diagnóstico común de la realidad y del futuro también de Cataluña. Ahora lo vemos plasmado en su acuerdo de investidura, pero, como les digo y como sabe, para nosotros nunca ha sido una novedad. A lo largo de la anterior legislatura repetimos que no había mejor sostén para el separatismo que el socialismo y que ambos compartían un proyecto y una hoja de ruta para la próxima década. Decíamos que Illa era el sostén del señor Aragonès, igual que Rufián era el mejor bastón de apoyo de Sánchez. Y este acuerdo y todos los anteriores son la prueba de que estábamos en lo cierto.
Durante su campaña, señor Illa, repitió por activa y por pasiva que el objetivo era dejar atrás los años del procés y recuperar la concordia para Cataluña. Una vez más, sus palabras no se corresponden con los actos. Lo sabíamos muchos, porque no hay nada más tradicional en un dirigente socialista que la mentira. Pero aún y así lo repitió, una y otra vez, a ver si podía engañar al mayor número de catalanes honrados por el camino. Pero contésteme, señor Illa, ¿cómo va Cataluña a dejar atrás el procés con un acuerdo con sus protagonistas principales? ¿Cómo va a recuperar Cataluña la concordia con los que enviaban a sus hordas agredir a los catalanes, a quemar las calles y a hacer la vida imposible a los vecinos que pensaban de manera diferente?
Con usted en el Gobierno, estoy convencido que ni habrá futuro ni habrá concordia.
(aplausos)
Los próximos años, porque nadie sabe cuánto durará esta legislatura, serán una repetición de lo que hemos padecido durante la última década. El señor Illa esconde bajo una máscara de moderación su radicalismo, y se lo he dicho en muchas ocasiones. Nada, absolutamente nada, le separa del resto de compañeros de su partido, del Partido Socialista, y nada le separa de lo peor del separatismo. El señor Illa será el presidente de la Generalitat, seguramente, que más despacio hablará, que menos levantará la voz, pero será uno de los presidentes que más daño hagan al futuro de los catalanes.
Sé, señor Illa, que no le gusta VOX, lo sé, lo ha dicho en muchas ocasiones, y lo entiendo. Lo entiendo porque es la única formación política de esta cámara que le coloca frente al espejo, y usted lo sabe. Nada pesa más sobre la conciencia de un farsante que dice una cosa y hace la contraria que el reflejo de su propia imagen. A diferencia de otros, nosotros no vamos a contribuir a blanquear su imagen, nunca. No consideramos que sea un moderado con el que se pueda dialogar. No consideramos que haya un PSOE bueno, y no consideramos que haya ninguna diferencia entre usted y su jefe, el señor Pedro Sánchez Pérez-Castejón.
No le gusta VOX, pero tampoco le agrada demasiado la libertad política, o eso ha dicho usted hace un rato. Por eso, una vez más, fue usted quien promovió y quien acordó el cordón sanitario, mal llamado cordón sanitario, contra una formación política que representa a cientos de miles de catalanes.
¿Cómo era eso, señor Illa? ¿Unir i servir? Aplicando el cordón sanitario que ustedes pretenden creen que vamos a cambiar nuestros principios, que nos vamos a someter a sus ideas, pero créame si le digo que no nos conocen lo suficiente si aspiran a que dejemos de defender los verdaderos problemas de los catalanes y los principios en los que creemos. Mencionaba en su discurso que su gobierno sería un gobierno para todos, pero a la vista está que será para unos pocos, como hacía el señor Pere Aragonès García, para su beneficio personal y, por supuesto, político, y para todos los que le rodean y para los que usted decida. Pero eso sí, «unir i servir».
El peligro de Cataluña no es esa ensoñación que ustedes llaman la «extrema derecha», ni que los ciudadanos salgan a las calles a protestar contra la inseguridad o la inmigración ilegal, como ocurre en Inglaterra, a protestar por el asesinato de tres niñas menores a manos de un menor (Menor Extranjero No Acompañado, MENA) de edad de origen extranjero, que, por cierto, usted ha obviado este pequeño detalle. El peligro para Cataluña, señor Illa, es claramente el PSC, es Esquerra Republicana, es Junts per Catalunya y, sobre todo, las políticas que todos ustedes comparten.
(Aplausos)
Y la prueba está. El acuerdo económico entre el Partido Socialista y Esquerra es fruto de la insolidaridad histórica que los dirigentes socialistas y separatistas han tenido siempre. Es un acuerdo que rompe el principio de igualdad entre españoles y que solo servirá para dar más y más herramientas destructivas a los que quieren dinamitar la unidad de la nación. Lo sabe, señor Illa, pero les da absolutamente igual. Por eso lo negaban hace escasos días y poco después lo firmaban en un acuerdo. Por eso lo negaban antes de las elecciones para hacer justo lo contrario después. La justificación que esconde este pacto de desigualdad económica es un resumen de la retórica separatista sobre el famoso «España ens roba». ¿Les suena? Un lema falso, por cierto, de enfrentamiento que, gracias al PSOE, hoy es la piedra angular de un acuerdo suyo de investidura con los Comunes y con Esquerra Republicana.
Es un acuerdo malo para el conjunto de los españoles, sin duda, pero también lo es para los catalanes. Porque sabemos que, si de ustedes depende, las competencias son ejercidas de la peor forma posible. Sanidad, mayores listas de espera para operarse en España. Educación, mayores desigualdades entre educación privada, pública y caída en las pruebas del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA). Policía y seguridad ciudadana, Cataluña convertida en la capital europea del crimen. Competencias de trabajo y primera acogida, polo de atracción de la inmigración ilegal.
¿Saben qué va a significar para los catalanes que la Generalitat de Catalunya obtenga la gestión, la recaudación y la liquidación y la inspección de todos los impuestos de Cataluña? El aumento de los mismos. Lo han reconocido ustedes, lo han rubricado en un pacto con los comunes. El incremento de la asfixia fiscal, sí. Y, por supuesto, el aumento para destinar el dinero para cosas que no revierten en el beneficio de los catalanes. Son los ciudadanos quienes pagan impuestos, señores socialistas y señores separatistas; no los pagan los territorios. ¿Cuándo van a entender algo de tan sentido común?
Y son los catalanes los ciudadanos españoles que más impuestos pagan. ¿Lo sabe, señor Illa? Y todo ello por culpa exclusivamente del separatismo y por apoyarles ustedes durante los últimos años. Es decir… que Espanya no ens roba. No, no nos roba España. Pero ustedes sí que roban. Y van a seguir robando a los catalanes honrados con altos impuestos, con numerosos impuestos, y para seguir gestionando y destinándolos a conselleries que no sirven absolutamente para nada.
(Aplausos)
Ya hemos leído en su acuerdo el compromiso a blindar y ampliar, por ejemplo, la red de embajadas de la Generalitat, mientras los problemas y las urgencias sociales y laborales en Cataluña aumentan de manera exponencial. Ustedes deciden fijar como prioridad aumentar la fiesta de ciertas delegaciones en el extranjero. Eso es, señor Illa, una burla infame para las clases medias y las clases populares.
Hoy hay una gran diferencia, una vez más, entre lo que se debate en este Parlamento y lo que preocupa a los catalanes en las calles. Que, por cierto, ninguno de ustedes ha traído a colación lo que se habla en las puertas de los colegios, en las colas de los supermercados o en las reuniones de amigos. Usted no lo ha citado aquí. Un océano de distancia entre el proyecto que representa el Partido Socialista y partidos separatistas, que son básicamente los mismos, y las urgencias diarias de los catalanes, absolutamente abandonadas.
Por tanto, no nos sorprende que en ningún punto de su discurso haya mencionado, por ejemplo, la principal preocupación de los catalanes, la inseguridad. No es casualidad que en las elecciones autonómicas los catalanes apenas hayan participado en un cincuenta por ciento, en las elecciones. Es normal que los catalanes estén en un hartazgo absoluto de sus dirigentes políticos cuando ven que no atienden y no dan respuesta a sus verdaderas preocupaciones.
El agotamiento y la desazón de esa mayoría de ciudadanos con la clase política es cada día mayor, y la prueba son estos debates donde ustedes permanentemente esquivan el hablar sobre las verdaderas preocupaciones de los catalanes. Dos décadas de enfrentamiento, de destrucción y de desvaríos han tenido consecuencias gravísimas sobre nuestra sociedad, sobre nuestra economía y sobre nuestro bienestar.
¿Ustedes recuerdan que Cataluña era el faro para el resto de España? ¿Lo recuerdan? Una región que con sus problemas era ejemplar. Un lugar al que venir a vivir y en el que quedarse. Hoy todas esas certezas han desaparecido y basta con dar un paso por las ciudades, por los pueblos para ver hasta qué punto han cambiado las cosas. Y eso tiene responsables. Y, lamentablemente, siempre lo han hecho los mismos. Cataluña –¿lo recuerdan?– era el motor económico de nuestra nación y ahora lidera todas las clasificaciones negativas.
Cuatro provincias con empleos estables, teníamos salarios dignos que permitían salir adelante, formar una familia o desarrollar cuantos proyectos vitales quisieran los catalanes. Pero la irresponsabilidad de los de siempre, de los diferentes gobiernos de Cataluña, ha provocado la salida de miles de empresas y el cierre de muchísimas otras.
Para muchos de ustedes quizá se trate de asuntos sin importancia, porque tampoco lo han mencionado en su discurso, señor Illa, pero detrás de cada ERE, no sé si lo recuerda o lo sabe, hay una familia en apuros; detrás de cada cierre, alguien ha perdido sus ahorros, y detrás de cada reestructuración hay jóvenes a los que se les roban sus oportunidades.
Los jóvenes catalanes, a los que tampoco ha citado usted en su discurso, aquellos que nacen aquí, que crecen aquí, que estudian y cumplen con todos los pasos, se encuentran con que no hay un horizonte de oportunidades en Cataluña; con que se les cierran las puertas y se les dice que se marchen fuera. Y esto cada vez ocurre más. Estoy convencido que los diputados presentes lo conocen. Cada vez es más común hablar con padres que tienen a sus hijos en Madrid, en Valencia o en el extranjero. Jóvenes que no se quieren marchar, que serían más felices viviendo aquí, seguramente, con sus familias, en el barrio que les vio crecer, con sus amigos, y a los que todas sus decisiones políticas de los últimos años han dejado sin poder de decisión. Los que se pueden quedar, los que logran un empleo, se encuentran con la agresividad de la Administración en el cobro masivo de impuestos. No hay nadie más voraz que el separatismo a la hora de saquear los bolsillos con impuestos a los catalanes honrados.
Y aquí, como en casi todo, no hay grandes diferencias entre Junts, entre Esquerra, entre el PSC. Todos están a favor de ese acuerdo en tomar el dinero de los bolsillos de los catalanes y así lo han suscrito con los comuns, y trasladarlo a los suyos y a sus proyectos ideológicos. Por eso, los catalanes son los que más impuestos pagan en España; impuestos que destrozan las perspectivas de bienestar de las clases medias y las clases trabajadoras, porque para ustedes los impuestos no son un propósito para un fin, o díganlo aquí, señor Illa, son el botín para luego repartirse en sus proyectos ideológicos. Y esta investidura va de eso, de quién dirige el reparto del botín para imponer su ideología.
Señores diputados, durante demasiado tiempo hemos asistido en esta cámara a un silenciamiento de uno de los grandes problemas que padece Cataluña, la inseguridad producto de la inmigración ilegal, a lo que usted tampoco ha mencionado en su discurso. Como le decía antes, señor Illa, una muestra de su desconexión con la realidad es que su única mención a la crisis de inseguridad haya sido para criticar a ciudadanos que en Reino Unido han salido a las calles para exigirla y reclamarla. Pero no nos extraña, llevan tres años de intentar ocultar una realidad que padecen los catalanes, que padecen los barrios. Pretenden tapar el gran problema del futuro de Cataluña y de continuar financiando una inmigración ilegal que destroza cualquier atisbo de seguridad o de futuro. No hace falta irse muy lejos de esta cámara para entender de lo que estamos hablando. Y animo a todos los diputados a que caminen unos cientos de metros, cerca de aquí, y comprueben la realidad y las consecuencias de sus políticas. Cuando salgan de su burbuja, verán una realidad muy diferente a su día a día. Porque no hay nada que le guste más a un hipócrita, sea socialista o separatista, que defender la inmigración ilegal o ese mal llamado multiculturalismo y vivir muy lejos de los efectos que produce en la sociedad.
Efectivamente, viven ustedes muy lejos de los robos diarios para preocuparse por ellos. Viven muy lejos de las calles asediadas por delincuentes, de la suciedad y de la degradación. Viven seguramente muy lejos de esos magrebíes que atacan a las mujeres y que asaltan a los jóvenes. Viven tan lejos como lejos están sus políticas de resolver alguno de los problemas de Cataluña.
Y sí, la inmigración ilegal de la que usted no quiere hablar genera delincuencia. Y sí, tenemos que elegir entre que los delincuentes estén en Marruecos o en España. Nosotros preferimos que estén en su país y que sea su gobierno el que afronte sus problemas.
¿Usted, señor Illa, está de acuerdo? ¿Cuál es su modelo en torno a la inmigración? Porque hablaba de Barcelona antes, citando a la inseguridad, pero es un problema de toda Cataluña. Nuestras ciudades, nuestros pueblos se han ido transformando y los responsables están sentados en las bancadas separatistas y socialistas. Las costumbres van cambiando: calles por las que es mejor no pasar, ropa que es mejor no lucir o precauciones que antes no hacía falta tomar y que eran propias de países lejanos.
El islamismo que toma las calles, que tampoco ha mencionado usted en su discurso, que destroza nuestra identidad, que ataca la libertad, que provoca terrorismo y que no estamos dispuestos a tolerar. Porque sí, señor Illa, el islamismo es incompatible con Occidente. Sé que a ustedes no les gusta que diga esto, les incomoda, que les gustaría censurarme y que en algún momento lo han hecho, sí, pero es una realidad. Países como Francia, Bélgica o Reino Unido están destrozados por este problema y no podemos permitir que esto ocurra en Cataluña. A usted parece no preocuparle. A nosotros nos preocupa y mucho.
Pero es que hay en todos ustedes una hipocresía muy grande con este asunto. Dicen defender a las mujeres, pero se niegan a rechazar a los que las obligan a cubrirse o a los que les arrebatan los derechos. Dicen defender a los humildes, pero se niegan a tomar cartas en el asunto para proteger los barrios populares y garantizar su seguridad. Dicen defender la identidad y las tradiciones de Cataluña, pero importan culturas que no respetan y arrasan con todo. Dicen que les importa Cataluña, pero se podría decir que su lealtad está más hacia la media luna que a nuestra senyera. Y todo ello a precio de oro. A base de subvenciones que se niegan a gente honrada que no llegan a fin de mes, que no pueden formar una familia o que no pueden comprar una vivienda.
Usted ha pasado por encima del grave problema como es la vivienda. A pesar de suscribir un pacto y vanagloriarse de cincuenta mil pisos, decía, la vivienda la han convertido en un artículo de lujo. Unos y otros. No puede ser un sueño al alcance de unos pocos privilegiados o de unos cuantos que acaban de llegar. Cataluña y el resto de España construyeron su prosperidad sobre la base de la propiedad. Y es la propiedad necesaria para tener una clase media fuerte, una sociedad fuerte, señor Illa.
Hoy usted no ha hablado de vivienda, pero ha asumido que los postulados de los comunes son los que necesita Cataluña. Podría parecer que ustedes no han gobernado nunca, ¿verdad?, pero lo han hecho durante demasiados años y no han mejorado absolutamente nada, sino todo lo contrario. Hoy Barcelona es la ciudad con los precios más altos de toda España. Y los jóvenes se dejan más de la mitad del sueldo en poder pagar su habitación. ¿Qué respuesta tiene para ello, señor Illa?
Han cronificado ustedes la pobreza y la incertidumbre incluso de los que tienen trabajo. ¿Creen que es normal seguir compartiendo habitación cuando se tiene un trabajo estable? ¿De verdad ese es su modelo de sociedad? ‘El nuestro ya les adelanto que no. Tenemos que poner todo el suelo disponible y tenemos que construir vivienda pública, sí, y derogar todas esas leyes que limitan la iniciativa privada, devolver a los catalanes el derecho a ser propietarios, y garantizar el fin de la impunidad de los delincuentes. Porque a ustedes no solo no les importan las bandas de magrebís, como le he dicho, sino que legitiman, además, la ocupación de viviendas en Cataluña. Señor Illa, ¿sabe usted que Cataluña es la zona cero de la ocupación y es el lugar en el que se miran delincuentes de toda Europa para ir tomando apuntes?
¿No sé qué especie de filia tienen con saltarse la ley y con atacar a los propietarios? Sí, a los propietarios. Porque a muchos, a los que hoy les ocupan sus viviendas, son trabajadores que están pagando su hipoteca o que han heredado una pequeña casa en un pueblo por el fallecimiento de algún familiar. No sigan alimentando esa gran farsa de los grandes tenedores.
Si hablamos también de otro aspecto que tampoco ha citado usted en su discurso, el sector industrial, la situación es dramática, es muy delicada. Cuando viajas, por ejemplo, por provincias del interior, puedes observar un reguero de fábricas cerradas, señor Illa; imágenes de la potencia industrial de otro tiempo, como le he dicho.
Y esto no ha ocurrido porque sí. Es una situación que han provocado políticos como usted y un torrente de medidas suicidas compartidas con los partidos separatistas. El trabajo industrial, ¿se acuerda?, era fundamental para Cataluña; éramos el motor industrial, y era ejemplo para el resto de España. Hoy vemos cómo cada día se debilita más, cómo los empleos desaparecen para no volver y cómo más y más familias se ven arrastradas a la precariedad.
Las leyes climáticas y la persecución del sector industrial han tenido consecuencias gravísimas, y usted, lejos de rectificar, persiste en el error pactando con los comunes. El peso específico de este sector en nuestra economía ha ido cayendo progresivamente. Quiero creer que lo sabe. Desde el año 2000. Y el futuro parece, con sus políticas, que no va a ser mucho mejor. Usted, con Esquerra, ha pactado desnuclearizar Cataluña, apagar las centrales de Ascó y Vandellós. ¿Pero usted sabe qué significa eso, señor Illa? Significa renunciar a la fuente de energía limpia – lo digo por eso de sus objetivos de 2030– que proporciona más del cincuenta por ciento de la energía eléctrica que consume en nuestra región, y que, por si fuera poco, genera miles de puestos de empleos calificados en una zona sin grandes alternativas económicas.
Son ustedes unos auténticos irresponsables. Su incapacidad para gestionar el agua –lo ha demostrado apoyando los decretos que impulsaba el señor Aragonés– será otro gran obstáculo para el futuro, especialmente para el sector textil, también. ¿Se acuerda? Cataluña era pionera del sector textil.
La sequía es un problema político, señor Aragonés, señor Illa, un problema político y no medioambiental. Evidentemente que habrá años que lloverá más y otros que lloverá menos, pero la responsabilidad del Govern –y por eso apelo a usted– es mantener, ampliar y construir las estructuras hídricas suficientes para que esto no suponga un problema mayor. Su egoísmo, seguramente, y su negativa a interconectar cuencas hace que desperdiciemos recursos claves para nuestra economía y que hoy, en el área metropolitana, se multe a familias por exceso de consumo.
¿Del campo? Ni una palabra. Eso sí, cuando salieron todos a protagonizar aquellas masivas manifestaciones, numerosos diputados salían a hacerse selfis con la gente del campo. Y agoniza el campo, agonizan nuestros agricultores por sus imposiciones absurdas y por la barra libre que todos ustedes han dado a la competencia desleal de productos extranjeros. La gente esforzada del campo no llega a fin de mes, señor Aragonès.
Señor Illa, tienen que tirar sus productos y ustedes no hacen nada para evitarlo. Y parece que no tienen ni un solo plan para la gente del campo y de la mar. En su afán por salvar el mundo, ustedes están acabando con el que siempre hemos conocido.
(Aplausos)
Sobre la educación podríamos hablar también. Tampoco va a mejorar con su gobierno, señor Illa, porque usted parece que quiere seguirse guiando por los dos principios rectores de la última década, imposición y adoctrinamiento. ¿Va a garantizar usted la libertad en la educación que podamos escoger los padres? ¿Va a terminar con la exclusión del español en las aulas y el acoso a las familias en los centros? ¿Va a devolver a la escuela su labor de transmisión de conocimientos en lugar de transmisión de ideología? Ya le digo yo que no. Estamos convencidos que todo va a seguir igual y que la educación en Cataluña continuará perdiendo nivel, como alertaron las últimas pruebas PISA. Y le reconozco que es un auténtico drama.
Sus decisiones políticas, su fanatismo y su ceguera tienen consecuencias no solo en las generaciones presentes sino, sobre todo, señor Illa, en las futuras. En las futuras generaciones de catalanes a las que están arrebatando las oportunidades. La exclusión del español en las aulas es un gravísimo error que le exijo y le pido que rectifique para no seguir perseverando en el error del separatismo y que usted parece que quiere seguir impulsando con la nueva conselleria que ha anunciado de la lengua. La entrada de activistas políticos, sí, en los colegios, que vulneran el derecho de los padres, señor Illa, a educar a sus hijos en libertad y que atenta gravemente contra la inocencia y la infancia de los menores.
Los colegios, señor Illa, para aprender. Los institutos para formarse, como las universidades. Frente a su rodillo ideológico, que seguramente comparte con los Comunes y con Esquerra Republicana, nosotros siempre vamos a defender un modelo donde se fundamente en el conocimiento, en el esfuerzo, en el sacrificio, en el mérito, como piedra angular del sistema educativo de Cataluña.
Díganos cuál es su modelo, señor Illa. Ni este candidato ni ningún otro salido de esta gran alianza, como saben, va a contar con nuestro voto favorable. Nuestros modelos de Cataluña, se lo he desgranado en estos treinta minutos, son radicalmente opuestos. Los caminos del Partido Socialista y de Esquerra Republicana se unieron hace mucho. Usted lo decidió hace muchos años y este, como le he dicho, es un gran acuerdo y es una gran prueba más.
No es tiempo de alegría, no es tiempo de esperanza, porque sea un candidato del Partido Socialista y no uno de Junts quien vaya a estar al frente de la Generalitat, no es un motivo de esperanza, como he dicho, ni de alegría. Fue con el primer tripartito, quiero recordar, con el que se sentaron las bases para todo lo que vino después. Fue un presidente del PSC el que inició el camino de ruptura y división, que luego otros aprovecharon para llevar a una situación límite. Fue el Partido Socialista, como ha sido siempre el señor Illa, el principal aliado del separatismo.
Seremos, señor Illa, en esta cámara, en las calles y en los tribunales, si hace falta, la fuerza de oposición a todas sus políticas y a todos sus desvaríos. Sin miedo a sus ataques, sin miedo a sus descalificaciones, sin temor a la censura, porque a nosotros sí nos mueve el amor por Cataluña. Nos mueve el deseo de ofrecer un futuro mejor para las generaciones de catalanes.
Y ya le aseguro que no habrá ninguna mordaza en este Parlament, ni de ningún gobierno de la Generalitat de Cataluña que pueda callar la determinación y la esperanza de esta formación política, de los principios que nos mueven y el amor, como le he dicho, a Cataluña y a nuestra patria.
Moltes gràcies i molt bona tarda.
(Aplausos)| Discurso completo del líder de la Resistencia Ignacio Garriga.
INCIDENCIA Y RÉPLICA
Presidente del parlamento de Cataluña, Jordi Turull Andreu (derechista cobarde separatista Junts per Catalunya, JxCat):
Antes de pasarle la palabra al candidato Salvador Illa Roca, quisiera compartir con ustedes que ésta es una legislatura que tendrá recorrido y hay determinados discursos que hacen asociaciones absolutamente inaceptables. Discursos que poseen elementos de incursión en el ámbito del odio y la vulneración de la dignidad humana. Y esto no sólo ocurre en Catalunya, sino que ocurre en el contexto de Europa. Desde la Mesa hemos estado hablando de ello para ver cuál es el mejor mecanismo para poder hacerle frente.
Nosotros, al principio de esta legislatura, tuvimos una visita al Parlamento de Baden-Württemberg. Ese Parlamento también afronta expresiones de «extremismo», de «extrema derecha» como las que tenemos aquí. Y hemos decidido, desde la Mesa, empezar a explorar mecanismos de trabajo similares a lo que hace ese Parlamento. ¿Quiere decir que los discursos de odio deben expresarse sin límite alguno? No. Nuestro planteamiento es que, después de las intervenciones, se puedan mandar los discursos a la Comisión del Estatuto del Diputado para ver en qué términos se están planteando. Pero esto es un elemento que deberemos ser capaces de trabajar juntos. Y, por tanto, he querido plantearlo en estos términos en relación con lo que la Mesa está trabajando.
Última reflexión: El Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo incorpora la libertad de expresión como un elemento absolutamente prioritario que debe expresarse en un Parlamento, independientemente de que las intervenciones ofendan, choquen o lleguen incluso a perturbar. Deberemos ser capaces de ponderar todos estos elementos. No es una cuestión de gestión fácil, pero hay un elemento fundamental y que es un elemento que compartimos la Mesa de este Parlamento, que es el respeto a los derechos humanos, a la dignidad humana sobre cualquier otra cuestión. Y que esa libertad de expresión que se garantizará siempre, en este Pleno no puede quedar impune en relación con determinadas reflexiones.
Presidente del Parlament (Josep Rull Andreu)
Continuamos el Pleno. Tiene la palabra el candidato a la investidura, el señor Salvador Illa, sin límite de tiempo.
Candidato a la Presidència del Govern de la Generalitat (Salvador Illa Roca)
Muchas gracias, señor presidente
Cuatro cosas muy breves.
Primero. usted, señor Garriga, también son merecedores de la cortesía parlamentaria, pero lo suficiente. Nada más. Ningún diálogo con ustedes, ninguno. Lo he dicho al inicio de la intervención y lo reitero ahora.
Segundo. Gobernaré también por sus votantes. Mi gobierno será un gobierno de todos, también de sus votantes.
Tercero. El eje central, la esencia de mi gobierno, el fundamento de mi gobierno, lo más importante de mi gobierno será desplegar políticas para desmontar uno a uno, sistemáticamente, metódicamente, sus discursos de odio. Y para aplicar políticas de progreso.
(Aplausos.)
Cuarto. Existe un discurso de la esperanza. Y mire, Karl Popper decía que si movemos una sociedad tolerante hay que ser intolerantes con la intolerancia. Pues eso.
(Aplausos)
Presidente Parlament de Catalunya (Josep Rull Andreu)
Tiene la palabra el diputado Garriga por un período de un minuto. Perdone, por un tiempo de un minuto, no un período, un tiempo.
Líder de la Resistencia (Ignacio Garriga Vaz de Conciçao)
Señor presidente, está contando el tiempo y no he empezado. Agradecería que fuera un minuto de verdad.
Usted iba a decir «cuatro» cosas, señor Illa, y yo, una.
Me voy a centrar en que usted ha dicho que va a aplicar «políticas para desmontar nuestros discursos de odio». Empiece por desmontar la realidad de las cárceles y de la situación de inseguridad en Cataluña; fuentes balance de criminalidad de los Mossos d’Esquadra 2023:
1.- El 35,5 por ciento, sólo detenidos de nacionalidad española.
2.- Le voy a dar más datos, señor Illa.
– El 81,8 por ciento de los hechos delictivos de 2023 en espacios públicos cometidos por extranjeros.
– Las cárceles catalanas, con una población reclusa superior al 50 por ciento de extranjeros.
¿Eso es discurso del odio? Eso es realidad a la cual ustedes han condenado a los catalanes. Empiece por desmontar estos datos oficiales, por solucionar los problemas de los catalanes y luego, si eso, sigue alimentando la gran mentira del «odio y de la extrema derecha», pero solucione la seguridad de los catalanes.
(Aplausos)| Discurso completo del líder de la Resistencia Ignacio Garriga.