El bufón del Liceo, entre la comedia y la tragedia

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FOTOGRAFÍA. BARCELONA (ESPAÑA), 21.06.2021. El presidente del Gobierno de coalición del Reino de España, Pedro Sánchez Pérez Castejón (PSOE), durante su intervención en la conferencia «Reencuentro, un proyecto de futuro para toda España», este lunes, día 21 de junio de 2021, en el Gran Teatro del Liceo de Barcelona, con la que el ejecutivo de coalición del presidente Sánchez defiende su concesión de indultos a los 9 políticos presos separatistas condenados por el Tribunal Supremo por su papel decisivo en la Causa Especial el procés de 2017 en la Comunidad autónoma española de Cataluña, por cometer los delitos de desobediencia, malversación de caudales públicos y sedición, según fueron comprobados los hechos en el Juicio. Lasvocesdelpueblo (Ñ Pueblo)

Redacción.- Tarragona (España), viernes 25 de junio de 2021. Todos los aficionados a la lírica, saben perfectamente que el Gran Teatro de El Liceo de Barcelona es un gran templo de la ópera mundial, donde se han representado todo tipo de personajes, dramas y comedias. Desde el drama necrófilo de «Tristán e Isolda» hasta la sátira de «Las bodas de Fígaro», desde la pasional «Carmen” hasta la infeliz y desgraciada vida de «La Traviata», sin olvidar al seductor «Don Giovanni». Es por ello que cuando vi a Pedro Sánchez en su lamentable representación, recordé ese maravilloso escenario que tan buenos ratos me obsequió, mientras anunciaba el inmoral aunque legal indulto, esperando ser aclamado como el gran político del consenso y la magnanimidad de la que presume con arrogancia y cinismo.

Pero lo que encontró frente a su impostada sonrisa y siniestra complacencia fue humillación, desprecio e insolencia, por parte de los dirigentes autonómicos, cuyos votos necesita y que no asistieron al acto. La nutrida platea de invitados favorables al perdón, contemplaba atónita cómo interrumpían a este trovador impoluto de la propaganda, su «conciliador» discurso, pues algunos radicales secesionistas le exigían a gritos la amnistía e independencia. No me importó el menosprecio que sufrió, porque lo merece al ser un sujeto sin ninguna credibilidad, lo que me dolió fue que este tipo representaba y hablaba en nombre de todos los españoles.

Al aquelarre independentista que le prepararon como recibimiento en la céntrica Rambla de las Flores, le precedió un acoso agresivo a decenas de catalanes y españoles que estaban presentes frente al majestuoso Coliseo, con sus banderas constitucionales en contra de la medida de gracia para los golpistas. Siendo ignorados y arrinconados por su propio presidente que actuó con displicencia, eso sí, para complacer en cambio, a los secesionistas crecidos y amparados en el falso mantra de la represión, todo lo contrario a la realidad.

Me acordé de la entrañable ópera «Rigoletto» de Giuseppe Verdi, donde el protagonista es un bufón desgraciado y deforme que intenta proteger a su hija de la maldad. La diferencia es que Sánchez es un oportunista que no le importa su país, presuntuoso y bien parecido, pero patético. No deforme aunque sin maldita gracia que pretende mantenerse en el poder pese a ser una marioneta sujeta al chantaje de unos desaprensivos que le mantienen en la poltrona, por ser el gobernante más incapacitado y débil. Pensándolo bien quizás el personaje de bufón no le haga justicia, creo que el que más se le asemeja es el de «Macbeth» que influenciado por su ambiciosa esposa (Lady Macbeth – Iván Redondo), traiciona a su Rey y señor Duncan para hacerse con el poder, ópera de Verdi basada en la obra inmortal de Shakespeare.

El nacionalismo periférico que nos asola es una bestia que manipula los instintos más bajos, voraz e insaciable al que solo puede frenarlo la ley, de nada sirven las palabras y gestos de apaciguamiento, porque su respuesta es cada vez más bravucona e insolente, su desfachatez es insultante y su cinismo fuera de toda duda. Palabras huecas como, reencuentro, diálogo, convivencia, son términos que enardecen a delincuentes que presumen de no arrepentirse de sus fechorías, sedición y malversación de fondos públicos, que se sienten impunes a la ley, además de no reconocerla ni respetar al poder judicial como poder independiente del político. Sánchez con su manifiesta indulgencia ha humillado a todos los españoles desautorizando a los tribunales que le aconsejaron desistir de la medida de gracia, ya que los culpables no solo no se arrepienten de sus delitos, sino que amenazan con volver a cometerlos.

Antonio Morales Sánchez, Emprendedor y autodidacta