El El nocaut a Pedrito Pinocho

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FOTOGRAFÍA. PRESIDENCIA DE GOBIERNO DE ESPAÑA, LA MONCLOA (MADRID) ESPAÑA, 24.05.2021. La escritora y periodista manchega Ana Iris Simón, durante su discurso en La Moncloa. Simón da un discurso ante el presidente de Gobierno Pedro Sánchez sobre llamada España vaciada dentro de la agenda de España 2050. En sus palabras, Simón recordó a la generación de jóvenes que han vivido dos crisis económicas y que vive peor que la de sus padres, lanzando un claro mensaje al Gobierno en el que pide facilitar el acceso a la vivienda y el empleo estable. Efe

Joven, escritora y brillante = Ana Iris Simón que dejó noqueo al felón. Jóvenes, parados, sintecho, sin perspectiva alguna a la vista. ¡Tranki! Vuestro salvador llegará en vuestro auxilio en 2050. Tened paciencia y mucha fe, confianza, esperanza, ilusión y alabanzas para el presidente de Gobierno Pedro Sánchez Pérez-Castejón, os tiene muy en cuenta.

Ahora sois jóvenes y podéis aguantar muchos años pasándolo pero que muy mal y aún más; pero no preocuparos, cuando seáis mayores, dentro de unos cuantos años tendréis de todo y plena felicidad. Sánchez va a convertir a España en un país creativo y emprendedor; él lo hace con el país, las personas no cuentan, cuenta él y el Nuevo Orden Mundial (NOM) que le teledirige para hundir a España.

España era un país emprendedor y creativo, siempre lo fue, menos para Sánchez, que solo lo es él. No tiene importancia, se trata solo de que confunde los tiempos, el pasado para él es futuro y viceversa, son gajes de la prepotencia.

Lo dicho, jóvenes, solo tenéis que aguantar, sufrir durante un montón de años, o morir; después (en 2050) os llega la liberación y todo lo demás; Sánchez garantiza.

Las colas del hambre no le importan para nada; el paro juvenil, del 40%, no importa al salvador, el absoluto desastre educativo con perspectivas de peor…; la destrucción de España por todas partes, no importa; la invasión promocionada no importa a su gestor, la ruina con super-deuda pública no importa al vividor; la destrucción del campo, de autónomos, de pimes, de jóvenes, de ancianos, de no nacidos, etc. no le importan; la falta de sanitarios y ruina del sistema de salud, no…; la ruina del sistema de pensiones no importa al mamerto; muchísimas más cosas urgentes, necesarias, vitales, inaplazables… a Sánchez no le importan un huevo.

A él le importa su propaganda, su lucimiento, su sillón; lo de menos es gobernar. Gobierno autista, no socialista. Él gobierna en 1930 y pico y en 2050, todo lo que está en medio, no le interesa para nada.

Todo lo que sea en detrimento del bien común, es bien-venido. A la discordia de los condenados él lo llama concordia. A la revancha de los ídem, él pone venganza contra España. Sus conceptos, al igual que sus tiempos son intercambiables, lo suyo es palabrería, sin contenido.

¿Se burla? ¿Toma el pelo a los españoles y se ríe de ellos? ¿O será que se le ha ido la olla, si es que alguna vez la tuvo? ¿Le ha entrado el telele o ha tenido visiones ultra-humanas?

El mundo en que estamos, los tsunamis que circulan y lo que toda persona informada sabe, Sánchez lo traga como suyo; mientras sean males, son bien-venidos.

La agenda 2030 la lleva viento en popa, en dos años la culmina para desgracia suma del pueblo español. Pero eso es solo el aperitivo de las desgracias.

El NOM (nuevo orden mundial) es el plato fuerte, ya cocinado, a punto de ser servido. Y Sánchez, como aventajado pinche de cocina, nos lo sirve diligente porque sabe ¡cuánto veneno lleva dentro!

Pedrito (Pedro Sánchez) se ríe al ofrecerlo, lo suyo es burla sin paliativos, se envuelve en ello para lucirse, también es lo suyo. Cualquier cosa menos el bien común, menos gobernar, menos hacer el bien, menos velar por los gobernados, menos lo necesario, lo urgente, lo imprescindible para la juventud española.

Jóvenes sin presente ni futuro cercano, elegir entre ser, seguir e imitar a Sánchez o a Ana Iris Simón. En el ring ella le dejó KO; en la vida real, con todos los medios a su favor, él solo se ha ganado los mayores desprecios por ineficacia.

Isidro García Getino