El entorno de Puigdemont se siente víctima de una «conspiraciones paranoicas»

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FOTOGRAFÍA. BARCELONA (ESPAÑA) AÑO 2017. El presidente separatista del Gobierno de la Generalidad de Cataluña, Carles Puigdemont Casamajò, posa ante decenas de miles de manifestantes secesionistas durante el Día del separatismo en la Comunidad autónoma de Cataluña, un Once de Septiembre (11S) hasta 2010 considerado como Día de Cataluña (Diada), en el que todos los calanes eran invitados y que desde el inicio del procés, esta fiesta regional ha sido arrebatada por el golpismo separatista amarillo. Efe 

Efe.- Barcelona (España), viernes 3 de septiembre de 2021. El empresario ruso Alexander Dmitrenko, que aparece en una investigación judicial relacionado con el jefe de la oficina del expresidente Carles Puigdemont, Josep Lluís Alay, ha denunciado hoy que se siente víctima de «conspiraciones paranoicas» que pretenden cubrir otros problemas de España y Cataluña.

El nombre de Alexander Dmitrenko aparece en una pieza que el titular del juzgado de instrucción número 1 de Barcelona, Joaquín Aguirre, abrió a Alay el pasado 12 de julio en el marco del caso Volhov, una macrocausa sobre el supuesto desvío de fondos públicos para el procés y Waterloo (Belgica).

En una de las partes hasta ahora secretas de esta investigación, la Guardia Civil ha remitido al juez un informe en el que apunta que Alay estableció una estrecha relación en 2020 con el empresario ruso Alexander Dmitrenko.

El empresario explica en un comunicado hecho público este viernes que nació en Moscú, tiene 33 años, y asegura que lleva la mitad de su vida en España «trabajando por el bienestar de la gente y creando empleo».

«En vez de contarles esto me gustaría estar celebrando la adquisición de mi nacionalidad española», asegura, antes de afirmar que reside en Barcelona desde el año 2004.

«No voy a permitir -asegura- la intoxicación que se está llevando a cabo desde distintos medios de comunicación españoles e internacionales para ensuciar mi honor».

El empresario expresa su indignación e incredulidad por las acusaciones que se hacen contra él y asegura estar «muy afectado por las acusaciones difundidas sin ninguna prueba o conexión tangible en cadenas nacionales y en horario de máxima audiencia».

«Medios que me acusan -añade- utilizando supuestas conexiones en distintos asuntos relacionados con espías rusos y el procés catalán. Una fábula que, además, afecta a mi red de contactos empresariales distribuida por todo el mundo, así como a mis negocios privados».

Atribuye esta situación a que está a favor de que «cualquier ciudadano pueda expresar su opinión política o de cualquier otra índole, además creyendo en la democracia, sin que sean castigados vilmente por ello».

Alexander Dmitrenko se siente «víctima aleatoria que cumple con el perfil elegido para ser cabeza de turco de conspiraciones paranoicas que pretenden cubrir con una cortina de humo otros problemas graves de la sociedad política catalana y española».

Asegura estar «muy afectado» por esta situación y anuncia que tomará «todas las medidas legales» a su alcance contra «cualquier intento de intoxicación y acusaciones falsas» contra su imagen.