Lasvocesdelpueblo y Agencias – Imágenes de un Rey nuevo para una España que le ha necesitado en Cataluña. El Rey Felipe cumplirá 50 años este final de mes de enero de 2018, el martes 30-E, tras su eterno «No estáis solos» a la disidencia catalana abandonada a su suerte en Cataluña frente a un separatismo totalitario supremacista agresor de las libertades fundamentales del pueblo español. Madrid (España), domingo 28 de enero de 2018. Fotografía: MADRID (ESPAÑA), 27.1.2018. Fotografía facilitada por la Casa de S.M. El Rey. La celebración del 50 cumpleaños de Felipe VI el próximo martes, día 30, ha llevado a la Casa del Rey a distribuir imágenes de vídeo y fotografías inéditas de su actividad en el último año que incluyen escenas en familia con doña Letizia y sus hijas, Leonor y Sofía. Efe.
Felipe de Borbón y Grecia celebra el próximo día 30 de enero su 50 aniversario. ‘Informe Semanal’ ofrece mediante un reportaje especial un amplio retrato biográfico del Rey a través de imágenes inéditas de su vida rescatadas del archivo de TVE y a través de imágenes institucionales y familiares que se espera difunda la Casa Real este sábado 27 de enero.
En ‘Rey Felipe, 50 años’, se da prioridad a los aspectos más humanos y personales de una vida consagrada al servicio de España. El reportaje refleja de forma indirecta 50 años de la Historia de España, si bien el programa ha buscado una visión más íntima a través de la propia evolución de Felipe de Borbón desde su nacimiento hasta el desempeño presente de la Jefatura del Estado.
Aunque con motivo de su coronación y su primer año de reinado, ‘Informe Semanal’ ofreció sendos documentales con participación exclusiva de los más altos representantes de los poderes del Estado, esta vez se realiza una aproximación más humana al Rey Felipe VI.
Por ello se da preferencia a su propio testimonio en forma de entrevistas y discursos pasados con la ayuda y perspectiva de tres sabios del conocimiento y la formación del monarca: Matías Rodríguez Inciarte, presidente de la Fundación Princesa de Asturias; Carmen Iglesias, condesa de Gisbert, presidenta de la Real Academia de la Historia y preceptora de Felipe VI; y Darío Villanueva, director de la Real Academia Española.
Felipe VI llega el martes a los 50 años después de consolidar un reinado propio guiado por su compromiso de ejemplaridad y transparencia, sobre la base de dos décadas de intenso rodaje como Príncipe, y cuando el desafío independentista catalán se reafirma como el principal reto del jefe del Estado.
El mensaje televisado sin precedentes con que se dirigió a los españoles dos días después del referéndum ilegal del 1 de octubre culminó uno de los momentos más delicados de estos primeros años, en los que también afrontó al objetivo de solventar un inédito bloqueo político de diez meses y asumió una decisión personalmente tan dolorosa como la retirada del ducado a su hermana Cristina.
Desde su histórica intervención del 19 de junio de 2014 en el Congreso, cuando ofreció a los españoles «una Monarquía renovada para un tiempo nuevo», se han sucedido las audiencias, los viajes nacionales e internacionales y múltiples actividades oficiales a las que ha imprimido su estilo y en las que ha demostrado por qué su padre le presentaba como el Príncipe de Asturias «mejor preparado de la Historia».
Nacido en Madrid año y medio antes de que don Juan Carlos fuera designado sucesor del jefe del Estado, Felipe de Borbón y Grecia recibió en 1977 el título que le acreditaba como Heredero de la Corona y pronunció con trece años su primer discurso en la entrega de los Premios Príncipe de Asturias, la célebre ceremonia que preside en Oviedo cada octubre y en la que algún día cederá el protagonismo a su hija Leonor.
A partir del 30 de enero de 1986, cuando juró la Constitución ante las Cortes al alcanzar la mayoría de edad, combinó sus estudios universitarios en España, complementados con un máster en Washington, y una formación militar exhaustiva en las tres armas del Ejército, a la que pronto se sumó un conocimiento directo de las más diversas instituciones públicas españolas y europeas.
En la memoria colectiva quedó su imagen de 1992 como abanderado del equipo olímpico en los Juegos de Barcelona, donde afianzó una afición a la práctica de la vela que cultiva aún cada año en la Bahía de Palma, y en 1996 comenzó a ejercer funciones propias del Heredero de la Corona, entre ellas la representación de España en la toma de posesión de presidentes iberoamericanos.
Su enlace matrimonial con doña Letizia en 2004 dio paso a un decenio en el que asumió actividades oficiales a un ritmo creciente y formó una familia estable con dos hijas que garantizaron la continuidad institucional de la Corona y cuya imagen y privacidad ha preservado siempre, con el deseo de asegurarles un estilo de vida lo más próximo posible a la normalidad del resto de niños de su edad.
En aquellos años nació la Fundación Príncipe de Girona, que hizo más visible su implicación en el apoyo a jóvenes emprendedores frente a la crisis económica, y quedó de manifiesto ante los más diversos interlocutores su carácter reflexivo, su interés por cuanto le rodea en cada momento, un sutil sentido del humor y la forma concienzuda con que se documenta y prepara todas sus actividades.
Esta forma de ser ha marcado el estilo de su reinado a partir del día de la proclamación, cuando se presentó ante los españoles como un jefe de Estado «leal y dispuesto a escuchar, comprender, advertir, aconsejar», al tiempo que se comprometía a defender la ejemplaridad en la vida pública y a velar por la dignidad y el prestigio de la Corona con «una conducta íntegra, honesta y transparente».
Antes de cumplir un año como Felipe VI, ya había probado su voluntad, compartida con la Reina Letizia, de acercar la Monarquía a todos los sectores y colectivos de la sociedad española y también había impulsado la transparencia y austeridad de la Corona con medidas como un código de conducta, una auditoría externa, una regulación de regalos y la rebaja en un 20 por ciento de su propio sueldo.
Determinado a preservar la integridad de la institución, tampoco esperó a que su hermana Cristina fuera juzgada en el caso Nóos como presunta cooperadora en delitos fiscales para retirarle el título de duquesa de Palma, una decisión traumática y reveladora del grado de distanciamiento entre ambos, que no se ha visto alterado tras la sentencia que absolvió a la infanta y condenó a Iñaki Urangarin.
En el balance de estos primeros tres años y medio de reinado ocupa un lugar relevante la proyección internacional del nuevo Monarca, con una agenda que acumula ya unos cuarenta viajes y en la que destacan dos Cumbres Iberoamericanas, tres Asambleas Generales de la ONU, un encuentro en la Casa Blanca con Barack Obama -del que fue después anfitrión en Madrid- y cinco visitas de Estado.
Las dos últimas, que llevaron a los Reyes a Japón y al Reino Unido en un histórico viaje de Estado, tuvieron que esperar a que España superase un estancamiento político sin precedentes de casi un año, ante el que Felipe VI ejerció un papel constitucional clave para la búsqueda de una solución que requirió cinco rondas de consultas políticas en la Zarzuela y tres debates de investidura.
Pero su mayor desafío estaba aún por llegar y a él se enfrenta a punto de celebrar su 50 cumpleaños: Salvaguardar en Cataluña la legalidad constitucional de la que es garante sin dejar de promover, en la Comunidad que más veces ha visitado como Rey, la vía del entendimiento y el respeto frente a una crispación que no cesa.
