Juicio 9N: Testigos: Artur Mas siguió preparando del golpe 9N tras la suspensión del TC

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El exasesor del Departamento de Gobernación Joan Cañada, que coordinó la votación del 9N, sale hoy de la sede del TSJC, donde ha afirmado que era "técnicamente imposible" desactivar la web de la consulta tras su suspensión por el Constitucional porque, por problemas de seguridad, se había "duplicado" en varios servidores. Efe.

Lasvocesdelpueblo y Agencias – (Juicio del golpe separatista del 9N). El testigo ha explicado que, antes del 4 de noviembre, ya se habían enviado ordenadores a unos 500 municipios de la geografía catalana. Así se desprende del testimonio del director del Centro de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (CTTI) durante el 9N, Jordi Escalé, quien hoy ha reconocido que los ordenadores que se utilizaron en los puntos de votación fueron repartidos entre los días 7 y 8 de noviembre. Barcelona (España), martes 7 de febrero de 2017. Fotografía: El exasesor del Departamento de Gobernación Joan Cañada, que coordinó la votación del 9N, sale hoy de la sede del TSJC, donde ha afirmado que era «técnicamente imposible» desactivar la web de la consulta tras su suspensión por el Constitucional porque, por problemas de seguridad, se había «duplicado» en varios servidores. Efe.

El gobierno del encausado ex presidente del Gobierno catalán, Artur Mas Gavarró, siguió adelante con los preparativos del golpe separatista del pasado 9 de noviembre de 2014 en Cataluña (9N) los días posteriores a su suspensión por el Tribunal Constitucional (TC), según han sostenido hoy ante el tribunal varios testigos vinculados a la organización informática de la consulta y a los institutos que acogieron la votación.

Ante la sala del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) que juzga al expresidente del gobierno catalán Artur Mas y a las exconsejeras Joana Ortega e Irene Rigau por la consulta separatista del 9N han declarado hoy una quincena de testigos, entre ellos cargos y técnicos encargados de la logística de la consulta, así como responsables de las empresas proveedoras del gobierno catalán para la organización de la jornada de votación.

En la sesión de hoy también se ha abordado la gestión de los colegios que acogieron las urnas el 9N, con versiones contrapuestas, ya que un inspector de Enseñanza y una directora han denunciado presiones a los docentes para abrir sus puertas, mientras que la Directora Territorial del Departamento en Barcelona y el inspector jefe lo han negado y han asegurado que no se coaccionó a nadie.

En este sentido, Josefa Bosch, que dirigía en 2014 el instituto Pompeu Fabra de Badalona, ha desmentido que se sintiera coaccionada: «Presión hubiera sido si nos hubieran obligado a nosotros a abrir los centros», ha dicho.

La declaración de algunos de los testigos interrogados hoy ha contribuido a reforzar la tesis de la Fiscalía, que mantiene que, pese a que fueron los voluntarios quienes materialmente asumieron la ejecución de la votación -como ayer mantuvieron los tres acusados-, las tareas de organización siguieron en marcha después del 4 de noviembre, cuando el TC suspendió la consulta, bajo el «control» del gobierno catalán

Así se desprende del testimonio del director del Centro de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (CTTI) durante el 9N, Jordi Escalé, quien hoy ha reconocido que los ordenadores que se utilizaron en los puntos de votación fueron repartidos entre los días 7 y 8 de noviembre.

El testigo ha explicado que, antes del 4 de noviembre, ya se habían enviado ordenadores a unos 500 municipios de la geografía catalana, pero los terminales que iban destinados a institutos que acogían las urnas del 9N se distribuyeron entre el viernes 7 y el sábado 8 de noviembre, para evitar así interferir en la «actividad normal» de los centros educativos.

En ese sentido, Juan G., administrador de una empresa a la que Fujitsu contrató para distribuir los ordenadores del 9N, ha situado entre el 7 y el 8 de noviembre el reparto de las terminales.

También un trabajador de esa empresa subcontratada, que ha declarado como testigo, ha corroborado que cobró 200 euros por el reparto de los ordenadores el día 8 de noviembre -lo que demostró aportando un albarán al sumario- y otros 200 por estar de guardia en su casa el 9N ante cualquier incidencia técnica que pudiera surgir en la votación.

Otro de los testigos que ha apuntado que la Generalitat mantuvo los preparativos para la logística de la consulta después del 4 de noviembre es Bernat Rigau, empleado de la empresa T-Systems, que en 2014 coordinaba los trabajos informáticos previstos en los contratos suscritos con el CTTI.

Según el testigo, ante las dudas expresadas por su empresa tras la suspensión de la consulta, el CTTI indicó por carta a T-Systems que siguiera adelante con los preparativos para la consulta porque sus trabajos no estaban afectados por la resolución del TC.

De esa forma, siguiendo las indicaciones del CTTI, la empresa T-Systems -que entre otros trabajos confeccionó los aplicativos informáticos utilizados en la votación- mantuvo el dispositivo de guardia que debía supervisar la buena marcha de la votación del 9N.

La carta, que T-Systems hizo llegar al TSJC a raíz de la investigación del caso del 9N, fue la que motivó que la Fiscalía pidiera la imputación del exconseller de Presidencia Francesc Homs por su papel en la consulta, ya que fue éste quien indicó por escrito al CTTI que los trabajos informáticos contratados no estaban afectados por la suspensión.

Asimismo, un responsable de la empresa Fujitsu, que instaló los programas en los cerca de 7.000 ordenadores usados en la consulta, ha explicado que hasta el 8 de noviembre mantuvo reuniones y permaneció en contacto con cargos del CTTI para darles cuenta de la evolución de sus trabajos.

Respecto al uso de los centros educativos titularidad del Gobierno catalán que acogieron las urnas del 9N, la sala ha escuchado hoy el testimonio de Dolores Agenjo, directora de un instituto de Hospitalet de Llobregat (Barcelona) que se negó a ceder su centro para la consulta.

La testigo, que formó parte de la lista electoral de Ciudadanos en las últimas autonómicas, ha revelado hoy que el día 7 de noviembre recibió varias llamadas de la exdirectora de Servicios Territoriales de Enseñanza, Montserrat Llobet, apremiándole a entregar las llaves del centro, pero ella se resistió a hacerlo mientras no se lo exigieran por escrito.

Según la testigo, cuando, ante las dudas sobre la legalidad del 9N avisó a Llobet de que tenía el propósito de remitir ese escrito a la Delegación del Gobierno y a la Alta Inspección -dependiente del Ministerio de Educación-, la exdirectora de Servicios Territoriales le dijo que tenía que hacer una consulta y no volvió a tener noticias de ella.

Llobet, por su parte, ha declarado que se limitó a informar en una reunión de que «seguramente» sus institutos serían sede del 9-N, al ser propiedad del gobierno catalán, y ha rechazado haber presionado a nadie, al igual que Francesc Güell, inspector jefe de Enseñanza en el 2014, que solo ha reconocido que «hubo un tira y afloja».