La CUP aprueba su hoja de ruta con «la Declaración Unilateral de Independencia de Cataluña» y un plan de «emergencia social»

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La CUP aprueba su hoja de ruta con la Declaración Unilateral de Independencia de Cataluña y un plan de emergencia social .

El Consejo Político de la formación política separatista catalana que lidera David Fernández, partido de la ‘Candidatura de Unidad Popular’ (CUP) ha aprobado esta mañana del 21 de marzo 2015 su hoja de ruta separatista que incluye «la Declaración Unilateral de Independencia de Cataluña» (DUI) y un plan de «emergencia Social para «reforzar la indisociabilidad entre lucha social» en la ‘Republica catalana’ independiente e «impulsar» mecanismos de «lucha nacional» para la «liberación» de Valencia, las Islas Baleares, Islas Pitiusas, la Franja de Poniente y de la Cataluña Norte (suroeste de Francia)», conocidos como territorios de los ‘Países Catalanes’ -en catalán ‘Països Catalans’.

Según el texto de la hoja de ruta de (CUP) titulado ‘Por la Ruptura’ con España y el ‘Documento de Bases’ para un amplio acuerdo político y social para la fractura de España al que el portal español ‘Lasvocesdelpueblo’ ha tenido acceso este sábado, que el Consejo Político de la Candidatura de Unidad Popular ha validado hoy, (CUP) manifiesta en su hoja de ruta de 7 páginas que reproducimos íntegramente, a continuación, lo siguiente en negro y blanco:

Consejo Político Nacional de la Candidatura de Unidad Popular, Manresa (Barcelona), 21 de marzo de 2015

Hoja de Ruta Hacia La Independencia

La hoja de ruta se materializa en dos grandes ejes que se retroalimentan y que deben avanzar conjuntamente si queremos el éxito de nuestro proyecto político: (1) hoja de ruta hacia la ruptura con España (Independencia) y (2) hoja de ruta para un proceso constituyente (Socialismo). La interacción entre ambos procesos deben servir para, por un lado, fundamentar los posicionamientos del movimiento independentista actual tanto a nivel social como territorial y, por otro, para profundizar en la necesidad de construir soberanías que llenan de contenido la independencia.

Este próximo medio año se configura como un camino en que los sectores de la derecha y la izquierda, sean soberanistas o regeneracionistas, quieren que circulen por dos vías paralelas, con ritmos y especificidades propios, pero que para nuestra propuesta política terminan en el mismo punto: la ruptura con España y el inicio de un proceso constituyente basado en la soberanía popular y de ruptura con el capitalismo.

Para que eso sea posible es prioritario asegurar, promover y profundizar en las movilizaciones de los últimos años, que, a su vez, operan como garantía de que el proceso de ruptura sea irreversible y no se cierre en un acuerdo entre las élites.

En medio de todo este contexto, y sabiendo que el proceso de Asambleas Abiertas tiene como objetivo la discusión y la elaboración de una hoja de ruta y un programa político de compromiso de actuaciones concretas, así como la vertebración de una candidatura para las próximas elecciones autonómicas del 27 de septiembre, hay que tener en cuenta el potencial que ofrecen las elecciones municipales. Estas elecciones, que se celebrarán el próximo 24 de mayo, también tendrán un carácter de plebiscito múltiple:

-En primer lugar porque serán las primeras elecciones desde el 9N en las que los ciudadanos podrán expresar de manera clara su voluntad de ruptura con el Estado y de construcción de una República Catalana Independiente.

-En segundo lugar porque permitirán expresarse a la mayoría social que está en contra de los recortes y privatizaciones.

– y, finalmente, porque serán la primera oportunidad para echar a los corruptos ya todos aquellos que no han hecho nada para evitar y combatir la corrupción y que ocupan cargos públicos en las administraciones.

En esta coyuntura es más importante que nunca que, el espacio que estamos articulando, tenga una visualización conjunta y pueda presentarse ante las clases populares y el conjunto de la población como herramienta para empezar y consolidar este proceso de transformación y ruptura que estamos protagonizando.

Estas elecciones también nos permitirán dotarnos de herramientas que permitan la construcción y la articulación los ‘Países Catalanes’.

Hoja de ruta hacia la ruptura con España

Antes de la celebración de elecciones anticipadas

  1. Denuncia de la Dilación de las Elecciones. No hay motivo real menos aún si tenemos presentes las urgencias nacionales y sociales que padecemos, para postergar hasta septiembre las elecciones al Parlamento de Cataluña. Sólo intereses de partido han conducido a esta dilación.
  2. Elecciones Municipales plebiscitos y Constituyentes. Ante la dilación de las elecciones el Parlamento de Cataluña, las elecciones municipales adquieren un carácter de plebiscito múltiple en clave nacional, social y democrática. Hay que dar a conocer a la sociedad catalana que estas elecciones tendrán un carácter plebiscitario y constituyente, y que los pasos que se hagan en el proceso de ruptura prefigura la forma y los contenidos de la futura República catalana independiente.
  3. Es Imprescindible, Desde Ahora, Impulsar la Lucha Contra los Presupuestos que Niegan las Necesarias Medidas de Urgencia Social. La actual legislatura sólo deja margen para gestionar urgencias. Es difícil de creer que en los 8 meses que quedan de legislatura se construirán las estructuras de estado que no se han construido en los dos años anteriores de legislatura. Por lo tanto hay que impulsar desde ahora lucha contra estos presupuestos pactados de miseria y privatización y que los Presupuestos de este año incluyan como mínimo:
  4. la priorización de la cobertura de las necesidades sociales por encima del pago de la deuda y de sus intereses
  5. el impulso de la Renta Garantizada Ciudadana
  6. revertir los recortes de los últimos años y las privatizaciones

De cara a las elecciones al Parlamento de Cataluña

  1. Sobre La Marca Común. Defender que las elecciones tengan un carácter plebiscitario no implica necesariamente que las opciones favorables al «sí a la independencia» se presenten a las elecciones con alguna marca común. Lo fundamental es un compromiso programático y político inequívoco con la independencia y con el final de la austeridad. En este sentido, cualquier propuesta de marca común deberá ser debatida en el marco de las asambleas abiertas.
  2. Declaración Unilateral de Independencia. Lograr el compromiso de todas las listas electorales a favor de la independencia así como de desarrollar y tomar las decisiones necesarias para avanzar hacia la ruptura con España. Una ruptura que debería materializarse en una Declaración Unilateral de Independencia (DUI) al día siguiente de las elecciones si la suma de las formaciones políticas que sean favorables obtienen la mayoría parlamentaria.
  3. Independencia Una Oportunidad y Un Instrumento Para Las Clases Populares. Es imprescindible ligar el proceso de autodeterminación con la mejora de las condiciones de vida de las clases populares. Por ello, es imprescindible, al día siguiente de las elecciones, por un lado, aprobar y aplicar un programa de emergencia social que revierta las consecuencias de un lustro de despidos, paro, desahucios y de recortes sociales y, por otro, fijar las bases estructurales que permitan en el futuro construir un sistema de servicios públicos que garanticen el derecho de las personas al trabajo, la vivienda, la educación, la sanidad y la atención a la dependencia. Asimismo, la lucha firme contra la corrupción y el fraude debe estar presente desde el primer día y en todo el proceso para garantizar que la futura república catalana independiente se constituya desde una política y gestión económica limpias y transparentes.

Después de las elecciones

Acciones para desarrollar:

  1. Impulsar Un Gobierno De Rotura Nacional, Social y Democrática. La ruptura con España sólo será posible sobre la base de un programa que asegure el apoyo de amplios sectores de la clase trabajadora y las clases populares. Esto sólo será posible con un gobierno de ruptura nacional, social y democrática basado en los siguientes puntos: (1) llevar a cabo la Declaración Unilateral de Independencia (DUI); (2) impulsar un programa de emergencia social que priorice el paro de los desahucios, los despidos y de los recortes y las privatizaciones por encima del pago de la deuda; así como la gestión pública de toda la enseñanza, la sanidad, justicia, obra pública y que instaure la Renta Garantizada Ciudadana; (3) impulsar un proceso de desconexión nacional y popular con España y la Unión Europea sobre la base de la suspensión de la aplicación de toda la legislación estatal y de la Unión Europea lesiva para las clases populares; (4) y articular un programa para garantizar que el proceso tenga un carácter auto-organizado y popular. (5) y buscar el reconocimiento internacional. Si el nuevo Gobierno asumiera estas medidas de desobediencia, actuaría como un contrapoder en España y ante los mercados, y por tanto, se configuraría un escenario de dualidad de poderes. En esta tesitura, la candidatura resultante del proceso «Por la Ruptura» debería tener un papel protagonista. Estos 5 puntos serán irrenunciables a la hora de negociar cualquier pacto de gobernabilidad.
  2. Forma e impulsa las Mayorías Parlamentarias Necesarias Para El Impulso Del Proceso Independentista y El Proceso De Cambio Socio-Económico. Con independencia de cualquier otra circunstancia, y siempre que sea necesario, la candidatura resultante del proceso «Para la ruptura «garantizará las mayorías necesarias en el Parlamento para ejecutar los puntos del presente hoja de ruta: DUI; procesos de desconexión, proceso constituyente, programa de emergencia social, etc.
  3. Proclamación de Independencia. La primera acción inmediata del nuevo Parlamento será la proclamación de una Declaración Unilateral de Independencia.
  4. Aplicación De Medidas De Emergencia Social Todo Impulsando La Lucha y Organización En La Calle Para Apoyarlas. Con la misma urgencia que impulsaremos la independencia, impulsaremos la aplicación de medidas de urgencia social. Igualmente, llevaremos a cabo una campaña en la calle, que movilice y articule un amplio apoyo social a medidas de urgencia social sólo realizables en base a actos de soberanía. Esta iniciativa deberá concretarse a fin que permita fortalecer la dinámica de movilización en la calle, y hacer emerger liderazgos colectivos que permitan reforzar la indisociabilidad entre lucha social y lucha nacional. Se podría impulsar a la vez y coordinadamente en Valencia, en las Islas Baleares y las Islas Pitiusas, en la Franja de Poniente y en la Cataluña Norte, basándose en 7 puntos o reivindicaciones comunes:
  5. moratoria de desahucios
  6. Renta Básica
  7. prohibición de despidos y reparto del trabajo
  8. apoyo a las personas con dependencia
  9. combatir la pobreza energética y apoyo al desarrollo de energías alternativas
  10. Detener la destrucción del territorio, el medio está estrictamente ligado al bienestar de las personas.
  11. combatir las violencias machistas
  12. Con el mismo objetivo se debería también Impulsar Consultas Populares Sobre Cuestiones Claves En La Próxima Legislatura, como la priorización de la cobertura de necesidades sociales para encima del pago de la deuda, o para revertir las privatizaciones.
  13. Desconexión Nacional y Popular. Este proceso se articula, como mínimo, a partir de estas premisas:
  14. Empezar la desconexión institucional con el Estado español, que implica, por ejemplo, desobedecer (1) el tope de déficit; (2) la ley Wert; (3) la ley de reforma de las administraciones públicas; (4) la reforma laboral (5) la reforma de las pensiones; (6) la congelación del impuesto sobre las cuentas bancarios; o (7) la invalidación de la ley catalana de comercio; (8) la ley mordaza y todo el arsenal legislativo contra las libertades.
  15. Crear las estructuras de la hacienda pública catalana e iniciar una campaña institucional y popular para concienciar a la población que los tributos deben pagar a la hacienda de Cataluña;
  16. Constituir una caja de resistencia alimentada con las aportaciones de todos los agentes políticos, económicos, sociales y particulares que lo deseen;
  17. Desarrollar y Llenar de Contenido la Soberanía: para garantizar el trabajo consciente hacia la independencia nuestro programa, el programa popular, debe desarrollar Todos los ámbitos de soberanía tanto individual como colectiva y al mismo tiempo garantizar el control popular de los mismos. Así, en momentos de destrucción de empleo es necesario plantear una alternativa de soberanía productiva para cambiar la economía especulativa actual trabajando por un nuevo modelo de relaciones sociales y económicas que permitan superar las formas de organización capitalistas apostando por el no pago de la deuda mientras no hayan cubierto las necesidades básicas de la población y el control público y democrático de los sectores estratégicos, incluyendo la nacionalización y socialización y procesos de apropiación colectiva de las fuentes de energía hacia una sociedad ecológica. Y también hay que expandir los espacios de soberanía alimentaria y energética.
  18. Acción Internacional. Adoptar acciones para lograr el reconocimiento internacional. Esto implica abrir este objetivo más allá de los países del ámbito de alianzas de la UE y la OTAN. Aparte del reconocimiento del proceso de autodeterminación, la acción internacional debe perseguir también poder alcanzar la financiación necesaria para garantizar «el funcionamiento del país» entre las elecciones plebiscitarias-constituyentes y la proclamación de la independencia. Sin olvidar que nuestra principal arma es el reconocimiento de nuestra lucha no por los gobiernos, sino por los pueblos de todo el mundo.
  19. Negociación Con España. Superados todos estos pasos, se abrirá un proceso de negociación de la secesión con España para acordar cuestiones relativas, por ejemplo a funcionarios de la administración española; reparto de los recursos de la Seguridad Social: reparto del patrimonio de acuerdo con lo aportado por la clase trabajadora catalana; delimitación de fronteras; el respeto a la unidad de la lengua (denominación, educación, espacio comunicativo) o el derecho a decidir de los. Si no hay acuerdo y el Estado español no reconoce la República catalana, los mecanismos de unilateralidad seguirán funcionando para forzar al Estado a negociar.

Hoja de ruta para un proceso constituyente

El proceso constituyente se iniciará antes de las elecciones municipales del 24 de mayo de 2015 y se reforzará en estas elecciones para redefinir la hegemonía que debe bascular hacia la izquierda y hacia el independentismo.

Los cargos electos municipales son los representantes políticos más cercanos a la gente. Una de las claves del proceso constituyente que defendemos es el arraigo en el territorio, exactamente lo contrario de cómo se controló el proceso constituyente español del final del franquismo.

Desde esta perspectiva, se ha de articular una nueva legalidad y legitimidad popular a partir del poder local y los representantes electos locales, junto con representantes de los movimientos sociales, sindical y vecinal, abriendo un auténtico debate masivo y de base, con el objetivo de situar las coordenadas políticas de la futura nueva República Catalana en favor del reconocimiento efectivo de los derechos de la mayoría social y, al mismo tiempo, de no permitir situaciones de privilegio de ninguna minoría.

Desde la base local, el proceso constituyente se articulará de la siguiente manera:

  1. La Asamblea Constituyente. A raíz de las elecciones locales, se creará un nuevo «institucionalidad» articulada a sufrir del poder local municipal junto con representantes de los organismos de base populares. Su objetivo, es redactar la Constitución de la República Catalana.
  2. Tarea De La Nueva Institución. La nueva institución organizará el proceso constituyente a partir de Asambleas Comarcales formadas por representantes de los organismos de base populares que incluyan todos los cargos electos de todas las comarcas.
  3. Papel de los Cargos Electos. Los cargos electos y representantes de los organismo de base, según el mandato de sus respectivas asambleas, escogerán los representantes a la Asamblea Constituyente y serán los responsables de los debates constituyentes pertinentes de acuerdo con el calendario y los temas que se establezcan en el hoja de ruta compartida con las otras organizaciones.
  4. Participación de la Población. Desde el municipio, la población participará activamente en los debates de la ponencia constitucional y el movimiento popular operará como garantía para que ni las estructuras de partido ni tampoco los intereses oligárquicos frenen la potencialidad de ruptura del proceso constituyente.
  5. Países Catalanes. El proceso constituyente integrará representantes de otros territorios de los Países Catalanes
  6. Dinamización del Proceso Constituyente. Articular una red de apoyo a la ruptura que también desarrollará funciones de dinamización del proceso.

Hacia la construcción de los Países Catalanes

La construcción y la articulación de los Países Catalanes pasa por impulsar y consolidar dinámicas políticas, socioeconómicas, culturales a nivel nacional. También pasa por deshacer los obstáculos que la Constitución Española de 1978 definió en contra de los Países Catalanes, y para evitar que se puedan generar nuevos con los procesos políticos e institucionales de los próximos tiempos. Hay que impulsar las siguientes líneas de trabajo:

  1. Generar instituciones de ámbito nacional: hay que impulsar la vertebración de los Países Catalanes a partir del impulso y la articulación de todo tipo de instituciones, desde el ámbito socio-económico, laboral y profesional, hasta el ámbito cultural y científico, pasando por movimientos sociales y populares y por las instituciones de tipo político, en los ámbitos municipal, territorial y nacional.
  2. Impulsar un despliegue de candidaturas municipalitas a nivel de España y Latinoamérica que recojan los planteamientos de la unidad popular y que estén de acuerdo con la articulación de una Asamblea Municipalista los Países Catalanes que impulse dinámicas nacionales en los ámbitos socioeconómico, cultural y político.
  3. Impulsar un movimiento de ámbito nacional que responda a las principales urgencias sociales (ver más arriba)
  4. Incluir a la proclamación de independencia de Cataluña el objetivo de articular el conjunto de los Países Catalanes. El proceso constituyente también la debe incluir, por ejemplo, como lo preveía el Estatuto de Nuria de 1931, que operaba en el territorio del Principado, pero que quedaba abierto a aquellos territorios que lo pidieran siempre que lo aprobara una parte significativa de los sus representantes políticos.

Del mismo modo, tal y como dice el punto 4 de los acuerdos políticos, entendemos también la ruptura con el régimen monárquico español y la proclamación de la República Catalana como nuestra contribución a la lucha por la liberación de los otros pueblos del estado y, además, como la única base posible de relaciones solidarias entre pueblos libres e iguales.

Anexo. Estudios a desarrollar

  1. Estudio sobre las vías hacia la ruptura y las respectivas posibilidades de reconocimiento internacional.
  2. Estudio sobre las medidas sociales de emergencia que deberían aplicarse tras las elecciones.
  3. Estudio y propuesta sobre el proceso de redacción participativa de la nueva constitución.
  4. Estudio sobre la viabilidad económica del nuevo país.
  5. Estudio sobre las nuevas relaciones con los pueblos del resto del Estado Español

Documento de bases para un amplio acuerdo político y social por la independencia, el proceso constituyente y un paquete de medidas de urgencia

Este que presentamos no es el programa político de la CUP, que asume el «Hoja de ruta hacia la independencia» debatido en asambleas abiertas todo el territorio y aprobado por las organizaciones que participan en el proceso «Por la ruptura». Lo que presentamos aquí es una propuesta política al conjunto de agentes políticos y sociales de al menos una parte de los Países Catalanes, esto es, una Cataluña plural que en nuestro entender tiene las condiciones objetivas y subjetivas para impulsar coordinadamente dos grandes cambios políticos: la soberanía formal a través de la independencia, y el inicio del camino hacia la soberanía plena y real a través de un proceso constituyente democrático. Esta propuesta incluye dos partes. Una primera que es un esquema de cómo poner coordinadamente a trabajar todas las voluntades de cambio existentes en esta parte de los Países Catalanes. La segunda explica cómo, a juicio de la CUP, hay que combinar estas voluntades para llegar al mejor puerto posible: -una Cataluña libre, justa e igualitaria-.

La mayoría social en Cataluña comparte la vez un anhelo soberanista con otro anhelo aún más amplio, no necesariamente independentista, que trata de provocar un cambio democrático en la sociedad. Lo que hemos dado en llamar una mayoría constituyente, que quiere poner fin al régimen político e institucional surgido de la Transición y heredero del franquismo y plantearse uno nuevo para la siguiente generación: más democrático, más transparente, más soberano, más justo socialmente, con nuevas instituciones.

El proceso soberanista se debe llenar de contenido social y democrático. Seguir intentando preservar la hoja de ruta hacia la independencia, y la idea misma de la independencia, los problemas sociales y de las voluntades de cambio democrático a nuestro entender mayoritarias en nuestra sociedad, es asociar el proceso al partido actualmente mayoritario en el esquema soberanista. Y la independencia no puede ir asociada a un programa político concreto y determinado. No puede ir asociada a un partido. Ni en la unión de dos partidos. Sino en el país, que es su gente.

Asimismo, todas las fuerzas sociales y políticas que apuestan por el inicio de un proceso constituyente que sumar reflexiones y esfuerzos para convertir primero la idea en hegemónica y, segundo, dotarla de una hoja de ruta concreta, que pasa invariablemente por planteamientos de radicalidad democrática. Al fin y al cabo, si somos independientes lo decidirá una mayoría de votos independentistas. Pero el proceso de definición de la nueva República no puede estar en manos exclusivamente de los independentistas, sino en manos de todo el que quiera contribuir a hacer de la sociedad catalana una sociedad mejor: más justa, más igualitaria, más soberana, más democrática.

El 27-S deben ser elecciones plebiscitarias y constituyentes, o dicho de otro modo, plebiscitarias en dos sentidos: si quiere Cataluña ser un Estado independiente o no, y si quiere la sociedad catalana iniciar un proceso constituyente, haya o no haya independencia. Es decir, un proceso constituyente catalán unilateral.

Hay que ligar de forma real la independencia a la convocatoria de un proceso constituyente democrático donde el derecho a decidir ya no sea un recurso táctico para reivindicar un referéndum de independencia, sino la base del nuevo país. Independencia para decidir todo.

Asimismo, al igual que queremos que la independencia sea reconocida (en casa y fuera de casa) si gana en sufragios, hay que aceptar que si la voluntad mayoritaria es la de abrir un proceso constituyente deberá abrirlo. De forma unilateral, en Cataluña. Con todas las de la ley. Al fin y al cabo, no hay expresión de soberanía nacional y popular más explícita que convocarse como país a decidir cómo debe ser el país.

Gane o no gane la independencia, y si gana, sea reconocida antes o después, la mayoría social y política de este país debe convocarse a un proceso constituyente soberano sobre las principales cuestiones sociales, económicas, institucionales, ecológicas y democráticas que afectan a nuestra sociedad. Un país que camina soberanamente es un país libre. Y imparable.

¿Cómo materializarlo?

Para hacer explícitas las dos grandes voluntades de cambio político necesario visibilizar su apoyo, traducirlas en hojas de ruta concretos y coordinarlas en la medida del posible.

El proceso soberanista, que ha protagonizado el mayor ciclo de movilizaciones y apoyos de los últimos años, ha combinado el apoyo y la movilización popular, con el apoyo institucional y de partidos, y la visualización de ambos en el Pacto Nacional por el Derecho a Decidir. Equilibrio no siempre fácil que ha llevado en los últimos meses a ceder un protagonismo y liderazgo excesivo a los partidos políticos, sometidos siempre a una lógica diferente, la de la de competición electoral. El movimiento social es quien debe liderar la hoja de ruta, no correr a remolque de los partidos políticos y las instituciones, por otra parte indispensables para materializar la hoja de ruta. En el momento de la crisis entre partidos previa al 9N, las principales entidades soberanistas (ANC y Òmnium) convocaron una Mesa por el Estado Propio que, mientras ha permanecido al margen del foco mediático, sirvió y ha servido para el trabajo puertas adentro entre fuerzas políticas y estas entidades. Permitió reconstruir el 9N, pero no ha sabido evitar volver a situar el movimiento soberanista detrás de los partidos políticos (dos, en concreto CiU y ERC) de cara a pactar un retraso de las elecciones plebiscitarias para el 27 de septiembre. Papel impropio del movimiento soberanista.

El proceso soberanista ha pasado por varias fases argumentativas y de movilización de recursos. La primera fase fue marcada por el tratamiento injusto de Cataluña dentro de España. El recorte del Estatuto, las sentencias contra la inmersión lingüística y el déficit fiscal marcaron los principales argumentos y acciones políticas. La segunda fase, inaugurada con las elecciones de 2012, ha estado marcada por la reclamación concreta del derecho a decidir el futuro de Cataluña en un referéndum. La negativa permanente del Estado a permitir un ejercicio netamente democrático como el planteado le ha permitido al movimiento soberanista sumar legitimidad, adhesiones y simpatías. Finalmente, la celebración del 9-N, el acuerdo CiU-ERC -entidades soberanistas para retrasar las elecciones plebiscitarias y la aparición de cierta expectativa de cambio electoral en España han forzado un nuevo escenario. Y consecuentemente, una nueva fase del proceso está a punto de nacer. Esta es la fase en la que ya no vale contar con el España-muro como único motor de construcción de legitimidades y mayorías sociales. Ahora hay que llenar de contenido democrático y social la independencia. Es decir, pasar de la retórica de la independencia como mejora social abstracta, la concreción de una hoja de ruta, apoyado por un compromiso amplio y transparente, que la independencia convertirá el derecho a decidir en el motor y fundamento de la nueva República catalana. Que la independencia es y será fundamentalmente la entrega del poder político a la gente para hacer de Cataluña un pueblo soberano. Propuestas:

– Habilitar un espacio de trabajo operativo más amplio que la Mesa por el Estado Propio pero más operativo que el Pacto Nacional por el Derecho a Decidir que incluya fuerzas sociales, civiles, políticas y sindicales para coordinar el establecimiento y cumplimiento de un hoja de ruta hacia la independencia.

– Redactar y acordar una hoja de ruta basado en el carácter plebiscitario de las elecciones del 27S, elecciones que deben sustituir a un referéndum sobre la independencia imposible de celebrar con el permiso del Estado Español, gobierne quien gobierne.

– Comprometer las fuerzas soberanistas y las que estén por el ejercicio del derecho a decidir en el marco de las elecciones del 27S a proclamar oficialmente el resultado de las elecciones-plebiscito, base de toda eventual negociación posterior con el gobierno que surja de las elecciones españolas a celebrarse en los meses siguientes previsiblemente.

– Convocar las fuerzas soberanistas del Parlamento en la mesa de diálogo con el Estado en caso de negativa del Estado a reconocer la independencia de que tenga como objetivos la ruptura con España, la defensa del proceso a nivel internacional, el organización y convocatoria del proceso constituyente y la progresiva sustitución de las estructuras de estado españolas por las propias.

– Activar, de común acuerdo con todo el conjunto de fuerzas políticas, sindicales y sociales, espacios de movilización y de organización popular en todo el territorio que faciliten la concienciación y la movilización de la sociedad catalana en favor del resultado de las elecciones-plebiscito

En este sentido, el proceso constituyente también debe constituir una alianza política, un espacio de trabajo sobre la hoja de ruta para materializarse y un acuerdo social amplio para visibilizar como mayoritario. De aquí al 27 de septiembre son dos las fechas electorales que se han de sumar a un calendario de materialización de la fuerza social de la idea de un proceso constituyente unilateral: las elecciones municipales y las elecciones plebiscitarias y constituyentes.

Propuestas:

– Todas las fuerzas políticas y sociales que defiendan la convocatoria de un proceso constituyente de base democrática para Cataluña deben constituir un «pacto social para el Proceso Constituyente» que muestre el apoyo amplio y plural a la idea.

– En este sentido, las elecciones municipales deben suponer una primera demostración de fuerza democrática del proceso constituyente. Los y las concejalas y Alcaldes surgidos de las elecciones municipales y favorables a la convocatoria de un proceso constituyente catalán se convocarán a una asamblea fundadora del Pacto Social para el Proceso Constituyente.

– Las fuerzas políticas con o sin representación parlamentaria que defiendan la convocatoria de un proceso constituyente de base democrática para Cataluña deben constituir un espacio de trabajo y acuerdo político. Sería ideal que fuera antes de las elecciones del 27S, pero también puede posponer para después. Lo que sí debe ser previo a las elecciones es el mínimo acuerdo político para situar en los respectivos programas la voluntad compartida de abrir un proceso constituyente de forma unilateral en Cataluña independientemente de la consecución de la independencia.

– La comisión parlamentaria de estudio del derecho a decidir, a día de hoy todavía no disuelta, debe reconvertirse en un espacio de estudio del proceso constituyente (que es el derecho a decidir también). En los 5 meses que quedan de Parlamento, esta comisión citará expertos locales e internacionales que expliquen cómo creen que podría llevarse a cabo un proceso constituyente en el Sur de Europa.

– Fuerzas políticas y sociales y expertos a título consultivo deben redactar las bases, el calendario, el procedimiento de redacción, corrección y votación de un proceso constituyente que debería empezar, de forma unilateral, tras las elecciones del 27S

– De acuerdo con la sociedad civil y las instituciones locales y supralocales favorables, se constituirán asambleas constituyentes a nivel comarcal, de ciudad o de barrio, según la población, a fin de impulsar el debate, hacer la difusión y movilizar los recursos necesarios

Finalmente, las necesidades básicas hoy y aquí de una parte importante y creciente de la población de Cataluña exigen evitar cualquier excusa, cualquier demora en el diseño e implementación inmediata de un «Plan de emergencia social» que, de acuerdo con la excepcionalidad política del proceso catalán, actúe de forma excepcional para con los más débiles. No hay recorrido creíble posible ni para el proceso soberanista, ni en el camino de la independencia ni en la apertura de un proceso constituyente, si la administración propia de los catalanes no se hace cargo, con o sin el permiso de la ley española, de aplicar un conjunto de medidas de emergencia y excepción social. Y éstas, a nuestro entender, deberían ser menos:

– Detener todos los procesos de privatización de servicios y no iniciar otros nuevos

– Establecimiento de la Renta Mínima Garantizada como derecho subjetivo

– Facilitar el transporte público gratuito para los parados de larga duración y para las personas que tienen ingresos inferiores al SMI

– Fin de la pobreza energética: el acceso mínimo a los suministros básicos del hogar debe ser garantizado como derecho.

– Garantizar el derecho a la alimentación de todas las familias que no pueden hacer frente a esta necesidad

– Garantizar las prestaciones económicas vinculadas al servicio para todas las personas en situación de dependencia severa con menos recursos económicos

– Garantizar la asistencia sanitaria con independencia de si se tiene la tarjeta o no

– Garantizar unos ingresos mínimos mensuales a aquellas familias que no tienen ingresos de ningún tipo

– Moratoria de desahucios sobre el hogar habitual

– Recuperar la Renta Mínima de Inserción mientras no se apruebe un nuevo sistema de «renta garantizada de ciudadanía»

Consejo Político Nacional de la Candidatura de Unidad Popular, Manresa, 21 de marzo de 2015