La Generalidad prepara un Plan de «acogida de marroquíes» y resto de «magrebíes a Cataluña»

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La comunidad musulmana se manifiesta para condenar la barbarie del terrorismo. Momento d ela manifestación en Ramblas de Barcelona contra los atentados de Cataluña. Efe

Redacción – Pese a que de los 12 terroristas islamistas de los atentados de Cataluña de este verano hasta 11 eran marroquíes, el Gobierno catalán, a tan solo dos semanas de la masacre islamista en Las ramblas de Barcelona, en Cambrils (Tarragona) y chalet de Alcanar (Tarragona) ha decido continuar con su proyecto de integración de los llamados «Nuevos Catalanes» (Els Nous Catalans). En este sentido, el Departamento de Trabajo, Asuntos Sociales y Familias del Gobierno de la Generalidad de Cataluña del presidente Carles Puigdemont (PDECAT) y vicepresidente y Consejero de Economía y Hacienda, Oriol Junqueras Vies (ERC)prepara un plan de acogida e integración de los jóvenes y menores marroquíes, resto de países de cultura musulmana del norte de África, los llamados «árabes magrebíes«: Algeria, Libia, Tunisia, Mauritania; y finalmente el resto de jóvenes de países árabes que llegan a Cataluña. Barcelona (España), domingo 3 de agosto de 2017. Fotografía: La comunidad musulmana se manifiesta para condenar la barbarie del terrorismo. Momento d ela manifestación en Ramblas de Barcelona contra los atentados de Cataluña. Efe

Tal como recoge este domingo, 3 de septiembre de 2017 el diario separatista ‘El Punto Hoy’ (Punt Avui) La diferencia es sólo de sesenta. Durante todo el año pasado (2017) llegaron a Cataluña 684 menores inmigrantes de mayoría islamistas no acompañados (MENA), y hasta el mes de julio han llegado 624.

Crece la llegada de jóvenes marroquíes y musulmanes del resto de países árabes a Cataluña

Las cifras evidencian que el repunte del número de llegadas constatado el año pasado (los años anteriores se habían movido entre 442 en 2007 y 317 en 2013) no sólo se mantiene, sino que se acentúa.

Y esto significa que se pone aún más en tensión un sistema de acogida de la Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia del Gobierno de la Generalidad de Cataluña (DGAIA) que hace tiempo que se ha quedado sin recursos por una alta demanda de los jóvenes musulmanes en Cataluña.

Para descongestionar la red tradicional de la (DGAIA) de la Generalidad de Cataluña y a la vez cubrir mejor las necesidades de estos menores inmigrantes musulmanes en Cataluña —que llegan solos—, el Departamento de Trabajo, Asuntos Sociales y Familias del Gobierno de la Generalidad de Cataluña prepara un modelo propio de atención y acogida para los originarios del Magreb que han iniciado un proyecto migratorio para trabajar en Europa.

Tal como recoge el diario secesionista  ‘El Punto Hoy’ (Punt Avui), «Se trata de los chicos de Marruecos y Argelia que tienen entre 16 y casi 18 años». Más o menos la edad que tenían algunos de los terroristas de la masacre islamista de Cataluña

Gobierno de la Generalidad asegura: «Lo entendemos como una ola migratoria de adolescentes y jóvenes que vienen con la idea de trabajar. No porque los protegemos«, explica el secretario de Asuntos Sociales y Familias, Francisco Iglesias.

A partir de aquí, se está empezando a poner en marcha un modelo propio de acogida para atender una situación que se considera de «emergencia», con el objetivo de conseguir la inserción social y laboral de estos chicos.

«La red tradicional de la DGAIA está pensada para niños que puedan volver con sus padres o que vayan con una familia de acogida. Estos jóvenes no entran en este perfil y es evidente que necesitan unos recursos diferentes «, argumenta Iglesias.

De los 624 expedientes de MENA que se han abierto este año, 380 son de Marruecos y 27 son de Argelia. Muy lejos de estas cifras, están los otros orígenes: Gambia (13), Ghana (11), Guinea (16) y Senegal (6), por ejemplo. El año pasado, de un total de 684, la mayoría también fueron marroquíes (454) y argelinos (57).

Imagen de un Plan de choque del Gobierno de la Generalidad de Cataluña para los jóvenes marroquíes y resto de magrebíes en Cataluña. Imagen archivo (Punt Avui). 

Imagen de un Plan de choque del Gobierno de la Generalidad de Cataluña para los jóvenes marroquíes y resto de magrebíes en Cataluña. Imagen archivo (Punt Avui). Lasvocesdelpueblo

La consejera de Trabajo, Asuntos Sociales y Familias, Dolors Bassa, ya reconoció a mediados de junio que los centros están saturados por la llegada de menores extranjeros. Algunos profesionales de estos centros se han quejado de que deben atender urgencias sin tener espacio libre, hasta el punto de que hay momentos en que se ven obligados a poner colchones en el suelo.

El plan para atender esta situación de emergencia incluye, por un lado, el recurso para dormir -pisos compartidos, por ejemplo, o pequeños centros-, donde tendrán el apoyo y el acompañamiento necesario, y, por otro, el atención diurna, también con acompañamiento más o menos intensivo, según la necesidad.

La previsión es que el flujo migratorio de estos adolescentes y jóvenes extranjeros sólo no se detenga pronto. Asuntos Sociales ha hecho estimaciones que el año podría cerrar con unos 1.100.

Una de las razones del aumento es que los países del Magreb hubo un baby boom entre 1995 y 2005. Son chicos que en el país de origen ya tienen edad de trabajar y, una vez aquí, se encuentran que no tienen ni papeles ni condiciones para hacerlo. Se calcula que la mitad de los que llegan a Cataluña están en tránsito, porque tienen un proyecto migratorio con destino a Alemania o en Gran Bretaña.

«No es una cuestión sólo de la DGAIA de la Generalidad de Cataluña -defiende Iglesias-, sino que es de país, y tenemos que encontrar soluciones conjuntas entre todos los implicados».

Reconoce que actualmente hay problemas para que estos jóvenes no encajan ni encuentran respuesta en los CRAE (centros residenciales de acción educativa), donde hay residentes de edades diferentes, sino que requieren un acompañamiento, un itinerario y un espacio de acogida más personalizados.

Unos itinerarios adecuados a potenciar su voluntad de establecerse y llegar a ser adultos autónomos. «Tienen muy claro que vienen por tener un trabajo y un sueldo», asegura Iglesias.

Por ello, la idea es orientar la atención y el acompañamiento en las necesidades formativas, de inserción laboral y de emancipación. Significa, por tanto, que además de cubrir las necesidades básicas, se debe favorecer el proyecto de emancipación personal y laboral de los chicos con aprendizaje de idiomas, formación profesional, promoción de estudios postobligatorios, participación en la vida asociativa y búsqueda de vivienda, entre otras cuestiones.

«Tenemos que conseguir que se integren en la red normalizada de formación, educación y salud, y los recursos de juventud y de participación», señala.

Uno de los casos de éxito en el que se refleja la Generalidad de Cataluña para hacer esta atención más especializada es el de los países nórdicos.

Suecia ha acogido en los últimos años decenas de miles de jóvenes que huyen de Siria y Jordania, y lo ha hecho con un sistema muy similar al que ahora se intenta aplicar en Cataluña con los jóvenes magrebíes.

En este plan de emergencia, se verán implicados, además de la DGAIA de la Generalidad de Cataluña y de las entidades que asuman la guarda y el acompañamiento del joven marroquíes y resto de de magrebíes y árabes en Cataluña, las áreas básicas de servicios sociales -según donde viva el menor-, la secretaría de Inmigración y los departamentos de Interior, Justicia, Salud, Educación, Trabajo y Juventud de la Generalidad de Cataluña.

Otra cuestión son los menores inmigrantes a Cataluña no acompañados que no llegan a Europa con un proyecto claro de trabajar y, además, rechazan el sistema de guarda y tutela de la administración y cualquier medida de protección. Se calcula que son alrededor de un 18%. Son los que se fugan de los centros. La mayoría son adictos a sustancias como el pegamento.

Desde hace un año y medio, algunos de estos chicos se mueven sobre todo por Ciudad Vieja de Barcelona.

Viven temporadas en la calle. Lo hacen cuando acaban de llegar y buscan el apoyo del grupo organizado antes de entrar al sistema de protección de la DGAIA.

O bien cada vez que se escapan del centro, porque, según reconocen las administraciones implicadas, no encuentran un referente suficientemente fuerte para dejar las adicciones y adaptarse al sistema de protección clásico de menores. Se calcula que el consumo de disolventes afecta a uno de cada veinte jóvenes, de los cuales, la mayoría, sobre todo en los procedentes de Marruecos, ya consumían cola en su país de origen.

La DGAIA tiene detectado un aumento del número de llegadas de MENA a partir de octubre de 2015.

Entre las razones que los llevan a venir, está el reclamo de Barcelona y el fútbol, ​​pero también las noticias sobre el crecimiento económico.

Los números según la Generalidad de Cataluña

624 expedientes de desamparo de menores extranjeros no acompañados ha abierto Infancia hasta julio. 147 menores extranjeros sólo llegaron a Cataluña sólo durante julio, 105 de los cuales eran originarios de Marruecos. 684 menores
extranjeros sólo llegaron a lo largo de todo el 2016, mientras que en 2015 en llegaron 377.

El centro sociosanitario donde podrán ser atendidos los llamados «niños de la cola» que desde hace más de un año se ven por las calles y plazas de Ciutat Vella, en Barcelona, ​​debería estar en funcionamiento antes de finales de año. Esta es la previsión del Ayuntamiento de Barcelona y de la Generalitat.

Podrán recibir tratamiento para dejar la adicción y cubrir otras necesidades como alimentación, ducha, ropa, actividades y talleres. La creación del centro está en manos del Consorcio de Servicios Sociales de Barcelona.

El 80% del presupuesto lo asume el gobierno y el resto, el Ayuntamiento. El objetivo es construir un espacio de referencia para acoger y acompañar aquellos menores que no se consigue que se vinculen a ningún centro por su adicción y también para ex tutelados que tienen problemas con las drogas. Tendrá una veintena de plazas.

Pendientes del futuro centro sociosanitario, lo que sí que ya se ha puesto en marcha es un refuerzo de los educadores de calle desplegados en las zonas por donde se suelen mover estos jóvenes, sobre todo alrededor del Pou de la Figuera, en el barrio de San Pedro, Santa Caterina y la Ribera.