La lengua española es una de las más ricas del mundo, y cada día escupimos sobre ella

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FOTOGRAFÍA. LONDRES (REINO UNIDO), 11.07.2017. Londres engalanada durante la visita de los Reyes de España. Hechos, 12.12.2018. El British Council hiciera público estos días un estudio en el que se recomienda la enseñanza de la lengua de Cervantes como primera opción ante la necesidad de mejorar las competencias lingüísticas de los británicos en el contexto de la nueva situación política tras el abandono de la Unión Europea. Efe

Si hablamos de lingüismo: Se llama lengua española. Así se designa en todo el planeta, excepto en su lugar de origen. Curioso. Cosas de España. Tampoco es común denominar una zona de un país «país», o escuchar la palabra española para nombrar una lengua regional de España, como el vascuence.

Con pavor se presencia la plaga de profesionales con titulación superior, conferenciantes, presentadores de televisión y locutores de radio que no saben comunicarse con propiedad. Periodistillas que tienen uniforme único (como su pensamiento) de camiseta-trapo, vaquero y deportiva, que se dirigen a un político, un banquero o un escritor con las mismas formas con las que tratan al vecino de la esquina. Porque todos somos iguales. Con descaro y desvergüenza, estilo español. Lo hacen sin pudor ni punibilidad, porque en España puedes hacer lo que quieras, incluso cometer delitos culturales, como es destrozar la lengua nacional. Dada la exposición con que cuentan esas personas, causan que millones de hispanohablantes en todo el planeta deterioren el uso de la lengua, lo cual genera consecuencias catastróficas: con palabras pensamos, con palabras aprendemos, escribimos cartas de amor y declaramos la guerra. Por nuestro bien y el de nuestro país, debemos dominar la lengua nacional.

La lengua española es una de las más ricas del mundo, y cada día escupimos sobre ella. Por supuesto, somos los primeros en defender Plataforma por el Quechua. Nos herimos de muerte desde las aulas y los puestos de trabajo, donde cada vez con mayor frecuencia se maneja un léxico extranjero: al parecer la ideología de una empresa, su argumentario, se llama speech y script (espacio para risas). Porque usar español en España es de paletos. Lo verdaderamente pueblerino es creer que aumenta tu modernidad cuando disminuye el uso de tu lengua materna.

La tendencia a lo americano también se refleja en la moda, llevamos escrito en la espalda de la chaqueta «California» en lugar de «Teruel». Para rematar el absurdo, algunos comunistas lucen ropa con esas señas colonialistas. También gusta el sur de Canadá cuando se trata de comer basura, ver pornografía, o cultivar el consumismo. Se abraza ciegamente todo lo extranjero, más aún si proviene de la tierra de Abraham Lincoln, y se rechaza por aldeano lo nacional. Así, la cultura propia se disuelve y con ello nuestra identidad, que acaba débilmente representada por una miríada heterogénea de usos extranjeros; España convertida en la torre de Babel.

En la comunidad autónoma de Cataluña sólo el 8% de los centros escolares ofrecen materias en español aparte de la asignatura de Lengua castellana. En junio de 2019, una niña de diez años del colegio Fuente del Alba en Tarrasa fue agredida verbal y físicamente y expulsada de clase por su «profesora» por dibujar una bandera española. Como consecuencia, la niña y sus hermanas abandonaron el colegio. ¿Cuál es el siguiente paso, ser denunciado a la KGB? Cataluña, democrática, siempre a la vanguardia en España.

El centro-este de la nación íbera no se queda atrás: en Tavernes de la Valldigna (Valencia), en enero de 2020, una plataforma progre ha pedido que dos agentes de la guardia civil sean expedientados por exigir a dos españoles a los que se estaba realizando un control de alcoholemia, que hablaran en español. Los recién destetados también se quejaron de que hacía frío y no les dejaron ponerse la chaqueta. Ay mis niños.

La Real Academia Española de la Lengua, que debería ser un órgano de espíritu militar que defendiese el correcto uso del español de todos sus enemigos, también agacha la cabeza ante el mal: desde hace dos décadas la opinión de los académicos (ellos sí cuentan con opinión) no parece tener autoridad, quien toma las decisiones sobre la norma son los millones de ignorantes, porque «la lengua les pertenece». La lengua no es una propiedad, y los hablantes tienen el deber y el derecho de utilizarla con corrección. Las palabras no parecen poseer valor, puedes dedicar un epíteto hiriente e injurioso a otra persona, de manera privada o pública, y no pasa nada. En España nunca pasa nada. Mañana borrón y cuenta nueva, porque hoy todos somos amigos. Para las palabras y la dignidad no existe memoria histórica. Una vez más, la balanza se inclina hacia la cantidad en lugar de la calidad.

Escribimos más que nunca, lo hacemos peor que nunca, y leemos menos que nunca. Hablamos más que nunca, lo hacemos peor que nunca, y escuchamos menos que nunca.

¿Qué tiene que ocurrir para que se produzca un giro radical, cuándo despertaremos del buenismo, del borreguismo, dejaremos de tener miedo de la inquisición progre y empezaremos a defendernos con uñas y dientes, con orgullosa mano dura, sin paños calientes, de los ataques extranjeros, de todo aquello que obstaculice la unión, fortaleza y crecimiento de la patria?

Éste es mi pensamiento y corazón hechos tinta. Los progres censurarán mis palabras y me condenarán al infierno en el que no creen, porque no se puede consentir que alguien se aleje de la dictadura moderna.

España, 02 de julio de 2020

Amaya Guerra