Redacción.- Barcelona (España), domingo 11 de septiembre de 2022. Los catalanes, movilizados por la Asociación Cultural Somatemps y Fundación DENAES por la Defensa de la Nación Española, han recuperado este domingo el Día de Cataluña (Diada de Catalunya); un Once de Septiembre secuestrado por el enemigo amarillo que ocupa las instituciones catalanes, desde donde fomenta el odio hacia los catalanes y resto de españoles, así como hacia España. «Estamos aquí para combatir una gran mentira», ha asegurado el responsable de la juventud de Somatemps en la lectura del manifiesto.
VÍDEO. Barcelona, 11.09.2022.
El joven catalán ha concretado que «el separatismo es inseparable de las mentiras y de la manipulación de la historia, de nuestra historia».
«La guerra de 1714 no fue una guerra de ‘España contra Cataluña’, ni una guerra de Secesión, sino una guerra civil entre españoles, con participación internacional», puntualizó en ante los asistentes durante la lectura del manifiesto que reproducimos íntegramente más abajo.
«SECTA SEPARATISTA»
Por su parte, el director de Fundación Denaes por la defensa de la Nación española, Iván Vélez Cipriano, ha asegurado que su entidad participa en el acto alternativo de la Diada 2022 para denunciar las manifestaciones de una «secta separatista» que manipula la historia.
Vélez ha querido, en su breve intervención, trasladar a la juventud catalana la verdadera historia del 11 de septiembre de 1714 en Barcelona.
VOX PROPONE EL 23 DE ABRIL COMO DIADA DE CATALUNYA
Por su parte el portavoz del Grupo Parlamentario de VOX en el Parlamento de Cataluña, Joan Garriga Doménech, ha valorado la guerra interna del separatismo y ha asegurado que el partido presidido por Santiago Abascal Conde va a propone el 23 de abril como Día de Cataluña porque es la fiesta que une a todos los catalanes.
Garriga consideración «celebración bélica» los actos son de la Diada de Cataluña.
Los catalanes se movilizarán bajo lema «¡11 de Septiembre 2022: Nuestra Fiesta!» («11 Setembre: Festa Nostra»), de acuerdo con la convocatoria en cuyo cartel desprende: «La libertad de todo el Principado y de toda España está expuesta a una completa esclavitud».
Ha sido con una histórica ofrenda floral —en la calle Hospital, número 56 Barcelona; concretamente, en el antiguo Hospital de la Santa Cruz de Barcelona— a los «caídos de los dos bandos» de la «batalla del 11 de septiembre de 1714» entre las tropas borbónicas de su majestad el Rey Felipe V de España y las milicias republicanas y anarquistas que invadieron las «Tres Comunes de Cataluña» (el Brazo militar de Cataluña, la Diputación General de Cataluña y el Consejo de Ciento) hasta la capitulación de Barcelona el 12 de septiembre y la entrada en la ciudad de las tropas borbónicas en día siguiente, poniendo así fin al llamado «Principado de Cataluña».
En una última difusión de su convocatoria, que el diario digital Lasvocesdelpueblo (Ñ Pueblo) tuvo acceso, la Resistencia catalana al régimen totalitario amarillo, que preside el coordinador general de la ultraizquierda secesionista ERC, Pere Aragonés García, confirmó la adhesión de Fundación DENAES Para la Defensa de la Nación Española.
Además, la disidencia catalana aportó más motivos de la ofrenda floral de este domingo. Los catalanes, de acuerdo con dicha última difusión con el cartel definitivo de la su reconquista de la ‘Diada de Catalunya’, han salido hoy a la calle para rendir una homenaje a los caídos de «los dos bandos» en la guerra de sucesión española de 1714, abundan.
«Por su interés de cara a los catalanes hartos de separatismo, damos difusión a este evento organizado por la asociación patriótica Catalanidad Hispanidad SOMATEMPS, que cuenta con la adhesión de la Fundación DENAES Por la Defensa de la Nación Española, para el próximo 11 de septiembre. ℹ OFRENDA FLORAL a los caídos de ambos bandos – 11 de septiembre por la Hispanidad de Cataluña 🇪🇸. Frente a la jornada separatista del odio, nuestro recuerdo al patriota español Rafael de Casanova y a todos los caídos en la guerra de sucesión. 🗓️ Domingo 11 septiembre. 📍 C/ Hospital 56, en el Antiguo Hospital de la Santa Cruz, en BARCELONA. 🕛 12:00 de la mañana. 📢 Acude con tu bandera patriota ❌🇪🇸🏴. CONVOCAN: SOMATEMPS y Fundación DENAES». Así desprende en totales del texto difundido por la disidencia catalana ayer sábado.
MANIFIESTO DE LA DIADA 2022 EN BARCELONA, ASOCIACIÓN CULTURAL SOMATEMPS
«Barcelona, 11 de septiembre de 2022
Somatemps
Estamos aquí para combatir una gran mentira. El separatismo es inseparable de las mentiras y de la manipulación de la historia, de nuestra historia. La guerra de 1714 no fue una guerra de «España contra Cataluña», ni una guerra de Secesión, sino una guerra civil entre españoles, con participación internacional.
Cada bando tenia un pretendiente a la corona de España: el archiduque Carlos de Austria y Felipe de Borbón, nieto de Luis XIV de Francia. Una parte de los catalanes (entre ellos los barceloneses) tomaron partido por el Archiduque Carlos, de aquí que se les denominara «austracistas». Los austracistas eran tan hispánicos (o más) que los borbónicos. Al final fueron abandonados por sus aliados ingleses y holandeses.
Barcelona fue sitiada y al final cayó, después de una heroica resistencia. La defensa de la ciudad fue dirigida por el general Villaroel, que, aunque nacido en Barcelona, tenía orígenes gallegos. Entre los defensores de Barcelona había gentes de toda España, e incluso de Europa, especialmente austriacos.
Rafael de Casanova, «Conseller en Cap» (Consejero Jefe), dirigió un bando a los defensores de la ciudad, instándoles a luchar «pel rei legitim i per la llibertat de tota Espanya» (Por el rey y por la libertad de toda España). En ningún momento hace alusión a Cataluña. Los defensores de la ciudad Condal usaban la bandera con la cruz de Santa Eulalia, que representaba a la ciudad. En ningún momento usaron las cuatro barras del Reino de Aragón.
Tras esta introducción histórica, tenemos que afirmar con rotundidad: la Historia es la que es, y la manipulación es el arma de los enemigos de España y, por tanto, de la región que llamamos Cataluña. Porque ni Cataluña era una nación antes de esta guerra civil de sucesión, ni lo fue luego. Tanto es así, que en fechas más recientes los voluntarios catalanes han demostrado qué es defender a España, tanto en la guerra de independencia contra el francés, como en la defensa de nuestros territorios de ultramar.
Vivimos tiempos de zozobra y de podredumbre moral y vital. El barco de lo que llaman Occidente se dirige sin freno hacia el abismo, en el que nos espera el infierno progre, de decadencia total, de esclavitud mental, de convertir a los hombres y a las mujeres en números al servicio de la oligarquía mundialista.
1.- Quieren que comamos insectos, mientras ellos disfrutan de buenos banquetes. Quieren que no tengamos nunca una vivienda en propiedad, mientras ellos pueden especular.
2-. Quieren que empalmemos trabajos de horario reducido para no llegar ni a mil euros, mientras ellos amasan propiedades, fortunas y sobretodo, impuestos.
3.- Quieren que abandonemos a nuestra familia, a nuestras tradiciones, a nuestros valores españoles, mientras nos ofrecen un mundo de Netflix, manifestaciones Trans- LGTBI y el apocalipsis climático como nueva religión.
Desde aquí, hoy «Diada de l’Onze de Setembre», el día en que unos pocos resistieron ante el que consideraban su adversario, reclamamos nuestro derecho a seguir siendo españoles a toda vena, de sentirnos llenos bde orgullo por nuestra Historia, nuestro pueblo y nuestra sangre derramada por defenderlo.
Reclamamos el derecho de vivir en libertad cuando, como catalanes y por tanto españoles, no hemos nacido para ser esclavos de nadie, ni de una `potencia extranjera, ni de las multinacionales ni, por supuesto, de una casta política separatista que nos quiere someter a su República multicultural y progre imaginaria.
I per acabar, us diré en català el que sentim ben a dins, per a desafiar als enemics de la nostra pàtria: estem aquí, per proclamar la hispanitat de Catalunya, per denunciar les mentides en torn de la guerra de 1714, per proclamar el nostre amor a les nostres arrels cristianes que donen sentit als nostres valors, per donar testimoni de la Veritat, del Bé i de la Bellesa, front al globalisme, a l’usura i a la injustícia.
Avui, els patriotes hispans Rafel de Casanova, Villarroel, el timbaler del Bruc, els defensors de Girona contra el francès, i tots els hereus d’aquesta nissaga d’herois, es senten orgullosos d’aquest brillant jovent que està cridat a liderar Espanya per a donar-li noves glòries.
Espanyols! Catalans d’Espanya! Cuiden ben fort: Visca Catalunya Hispana! Visca la Hispánica! ¡Y Viva siempre España!
ANTECEDENTES: SOBRE GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA (DE JULIO DE 1701 AL 2 DE JULIO DE 1715)
La guerra de sucesión española, de acuerdo de Wikipedia, fue un «conflicto internacional» que duró desde 1701 hasta la firma del Tratado de Utrecht en 1713, que tuvo como causa fundamental la muerte sin descendencia de Carlos II de España, último representante de la Casa de Habsburgo, y que dejó como principal consecuencia la instauración de la Casa de Borbón en el trono de España.
En el interior de España, la guerra de sucesión evolucionó hasta convertirse en una guerra civil entre borbónicos, cuyo principal apoyo lo encontraron en la Corona de Castilla, y austracistas, mayoritarios en la Corona de Aragón, cuyos últimos rescoldos no se extinguieron hasta 1714 con la capitulación de Barcelona y 1715 con la capitulación de Mallorca ante las fuerzas del rey Felipe V de España.
Para la monarquía hispánica, las principales consecuencias de la guerra fueron la pérdida de sus posesiones europeas y la desaparición de la Corona de Aragón, lo que puso fin al modelo «federal» de monarquía, o «monarquía compuesta», de los Habsburgo españoles.
SOBRE EL TRATADO DE UTRECHT
El 11 de abril de 1713 se firmó el primer Tratado de Utrecht entre la monarquía de Gran Bretaña y otros estados aliados y la monarquía de Francia, que tuvo como consecuencia la partición de los estados de la Monarquía Hispánica que Carlos II y sus consejeros tanto habían querido evitar.
Los Países Bajos católicos (correspondientes aproximadamente a las actuales Bélgica y Luxemburgo), el Reino de Nápoles, Cerdeña y el Ducado de Milán quedaron en manos del ahora ya emperador Carlos VI del Sacro Imperio Romano Germánico, mientras que el Reino de Sicilia pasó al duque de Saboya (aunque en 1718 lo intercambiaría con Carlos VI por la isla de Cerdeña).
El 10 de julio se firmó un segundo Tratado de Utrecht entre las monarquías de Gran Bretaña y de España según el cual Menorca y Gibraltar pasaban a la Corona británica —la monarquía de Francia ya le había cedido en América la isla de Terranova, la Acadia, la isla de San Cristóbal, en las Antillas, y los territorios de la bahía de Hudson—.
A eso hay que sumar los privilegios que obtuvo Gran Bretaña en el mercado de esclavos, mediante el derecho de asiento, y el navío de permiso, en las Indias españolas.
El Imperio austríaco se había quedado fuera de esta paz, ya que Carlos VI no renunciaba al trono español, y la emperatriz austríaca seguía en Barcelona. Las cesiones españolas al Sacro Imperio Romano Germánico no se harían efectivas hasta que Carlos VI renunciase a sus pretensiones.
Esto sucedió en dos fases, primero con la paz entre el Imperio y la Monarquía de Francia en el Tratado de Rastatt el 6 de mayo de 1714, confirmado en el Tratado de Baden de septiembre, y, definitivamente, por el Tratado de Viena, firmado por los plenipotenciarios de Felipe V y Carlos VI en 1725.
Como consecuencia de este último tratado pudieron regresar a España y recuperar sus bienes la nobleza austracista que se había exiliado en Viena, entre los que destacaban el duque de Uceda y los condes de Galve, Cifuentes, Oropesa y Haro.
Al intentar hacer un balance de vencedores y vencidos en el momento del Tratado de Utrecht es un poco difícil hablar en términos absolutos.
Gran Bretaña puede considerarse vencedora, ya que se hizo con estratégicas posesiones coloniales y puertos marítimos que fueron la base de su supremacía futura y del Imperio británico.
El Ducado de Saboya recibió ampliaciones que lo transformaron en el Reino de Cerdeña. El Electorado de Brandeburgo se extendería transformándose en el Reino de Prusia.
El lote italiano del Imperio español pasó a manos del emperador austríaco Carlos VI, aunque España recuperaría de facto el Reino de Nápoles con los Presidios de Toscana en 1734 tras la batalla de Bitonto y un años después el Reino de Sicilia, durante la guerra de sucesión polaca.
Es de reseñar también la pérdida para España de Orán y Mazalquivir en 1708 a manos del Imperio otomano, consecuencia indirecta de la guerra al no poder trasladarse tropas de refuerzo a esta ciudad por estar combatiendo en Europa. Estas dos plazas serían recuperadas por España en 1732.
SOBRE LA BATALLA DEL 11 DE SEPTIEMBRE DE 1714 (11-S, DIADA DE CATALUNYA)
Felipe V de España, tras superar la muerte de su mujer, volvió a exigir la rendición de Barcelona que fue rechazada por los resistentes encabezados por el general Antonio de Villarroel y por el consejero primero del Consejo de Ciento de Barcelona (V), Rafael Casanova.
La ciudad había sido asediada por un Ejército de 40 000 hombres y 140 cañones, y Felipe V de España respondió iniciando el bombardeo.
El asedio continuó durante dos meses (previamente había sufrido nueve meses de dudoso bloqueo marítimo).
El 11 de septiembre de 1714 el mariscal Berwick ordenó el asalto; la defensa de los republicanos y anarquistas fue «obstinada y feroz», tal como recordaba el marqués de San Felipe, y en la lucha cayeron heridos gravemente tanto Villarroel como Casanova.
En los momentos finales de la batalla, los Tres Comunes de Cataluña ordenaron publicar un bando llamando a la población barcelonesa a «derramar gloriosamente su sangre y vida por su rey, por su honor, por la Patria y por la libertad de toda España».
Finalmente, el 12 de septiembre de 1714 se firmó la capitulación de Barcelona y el 13 de septiembre las tropas borbónicas entraron en la ciudad de Barcelona.
FIN DEL PRINCIPADO DE CATALUÑA
El duque de Berwick llevaba unas instrucciones precisas de Felipe V sobre el trato que debía dar a los resistentes cuando la ciudad cayera, en las que se decía que «se merecen ser sometidos al máximo rigor según las leyes de la guerra para que sirva de ejemplo para todos mis otros súbditos que, a semejanza suya, persisten en la rebelión».
A pesar de que pensaba, según lo que dejó escrito en sus memorias, que aquella orden era desmesurada y «poco cristiana» —y que se explicaba porque Felipe V y sus ministros consideraban que «todos los rebeldes debían ser pasados a cuchillo» y «quienes no habían manifestado su repulsa contra el archiduque debían ser tenidos por enemigos»—, el duque de Berwick la cumplió nada más entrar en la ciudad de Barcelona el 13 de septiembre.
Al día siguiente creó con carácter transitorio la Real Junta Superior de Justicia y Gobierno, de la que formaron parte destacados felipistas, y que sustituyó a las instituciones catalanas ya que su cometido era gobernar «aquel principado como si no tuviera gobierno alguno».
VÍDEO. 11.09.2022
Así el 16 de septiembre, solo cuatro días después de la capitulación de Barcelona, el duque de Berwick comunicaba a sus representantes la disolución de las Cortes catalanas y de las tres instituciones que formaban los Tres Comunes de Cataluña, el Brazo militar de Cataluña, la Diputación General de Cataluña y el Consejo de Ciento.
Asimismo suprimía el cargo de virrey de Cataluña y de gobernador, la Audiencia de Barcelona, los veguers y el resto de organismos del poder real.
En cuanto a los municipios los cargos de consejeros, jurados y concejales o regidores (paers, en dialecto catalán) fueron ocupados por personas de probada fidelidad a la causa felipista y a finales de 1715 se impuso definitivamente la organización borbónica.
¿QUIÉN GANÓ LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA?
A la pregunta ¿quién ganó la guerra de sucesión española?, la respuesta suele ser unánime: la Monarquía de Gran Bretaña —que consiguió el dominio del Atlántico y del Mediterráneo, con las bases de Gibraltar y de Menorca, y que puso los cimientos del Imperio británico, con las concesiones territoriales y comerciales que consiguió en América—.
Pero también salieron beneficiados, aunque en menor proporción, los otros dos firmantes de la Gran Alianza de 1701: las Provincias Unidas y el Imperio austríaco. Este último se quedó con las posesiones de la Monarquía Hispánica en Italia y en los Países Bajos, aunque Carlos VI no consiguió la Corona española.
La Monarquía de Francia, por su parte, alcanzó el objetivo de situar en el trono español a un borbón, aunque no solo no obtuvo ningún rédito de ello sino que pagó un alto precio pues Francia salió de la guerra con una grave crisis financiera que arrastraría a lo largo de todo el siglo xviii. «Fue la fortuna de su familia la que guió la actuación de Luis XIV antes que los dictados de la razón de Estado», afirma Joaquim Albareda.
En cuanto a la monarquía de España el desenlace de la guerra supuso la entronización de la nueva dinastía borbónica, a costa de la pérdida de sus posesiones en Italia y los Países Bajos, más Gibraltar y Menorca, y de la pérdida del control del comercio con el Imperio de las Indias, a causa de la concesión a los británicos del asiento de negros y del navío de permiso.
Con todo ello se produjo, según Joaquim Albareda, «la conclusión política de la decadencia española».
Así pues, Felipe V fracasó en la misión por la que fue elegido como sucesor de Carlos II: conservar íntegros los territorios de la monarquía.
A nivel interno Felipe V puso fin a la Corona de Aragón por la vía militar y abolió las instituciones y leyes propias que regían los estados que la componían, instaurando en su lugar un Estado absolutista, centralista y uniformista, inspirado en la monarquía absoluta de su abuelo Luis XIV y en algunas instituciones de la Corona de Castilla.
Así pues, se puede afirmar que los grandes derrotados de la guerra fueron los austracistas defensores no solo de los derechos de la dinastía de los Austrias sino del mantenimiento del carácter «federal» de la monarquía Hispánica.
Por lo tanto, lo que afirma el régimen amarillo en la actualidad en Cataluña es una clara manipulación de acontecimientos históricos.
GALERÍA. Barcelona, 11.09.2022.
