Los merengues chinos siguieron el clásico FC Barsa-Real Madrid en un cine de Shanghái

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El exjugador de fútbol del Real Madrid Fernando Morientes (frente) celebra un gol junto a fanáticos del Real Madrid hoy, durante el visionado del partido entre Real Madrid y Barcelona, en Shangai (China). Morientes está de embajador en este evento para fanáticos organizado por La Liga en China. EFE

Lasvocesdelpueblo y Agencias – Más de un centenar de aficionados chinos, principalmente del equipo merengue de la capital de la Nación, siguieron hoy en directo el partido entre FC Barcelona y el Real Madrid, hasta altas horas de la madrugada, por la diferencia horaria, con humor, colorido y mucha deportividad, en un cine de Shanghái, donde les acompañó el ex madridista Fernando Morientes. Shanghái (China), 3 abril 2016. Fotografía: El exjugador de fútbol del Real Madrid Fernando Morientes (frente) celebra un gol junto a fanáticos del Real Madrid hoy, durante el visionado del partido entre Real Madrid y Barcelona, en Shanghái (China). Morientes está de embajador en este evento para fanáticos organizado por La Liga en China. Efe.

El acto, organizado por la Liga y por la cadena china de televisión por internet PPTV Diyu (el canal de deportes de la compañía), reunió con carácter festivo a seguidores chinos de ambos equipos, a pesar de la llovizna, hasta llenar toda una sala de cine de un centro comercial de Baoshan, en la periferia shanghainesa.

El partido se vivió como una celebración, con juegos de pelota entre Morientes y varios aficionados antes del encuentro, una acalorada firma de camisetas en el entretiempo (elásticas madridistas y de la selección española, a menudo con su nombre), y animados sorteos de despedida tras concluir el partido.

El acontecimiento se vivió, desde el primer momento, de manera muy china, ya que «aquí la gente vive el fútbol con mucha pasión pero también al mismo tiempo con mucha tranquilidad», comentó Morientes a la agencia Efe, que ya había tenido sensaciones parecidas desde el terreno de juego cuando había competido en China o Japón.

«Además aquí veo que también siguen sus colores sin ningún tipo de problema con el otro equipo, y eso es fantástico, yo creo que el juego limpio y el respeto en el fútbol son muy importantes, y uno de los ejemplos más interesantes que hay se vive aquí en China», señaló.

En efecto, los jóvenes aficionados chinos se comportaron hoy durante el encuentro con una simpática mezcla de efusividad comedida, momentáneos estallidos de emoción o de protesta, y un respetuoso silencio ante el espectáculo la mayor parte del tiempo, aunque muchos ni pestañeaban, sobre todo en el segundo tiempo. La mitad izquierda de la sala parecía tomada por aficionados madridistas, y la derecha mayoritariamente por barcelonistas, pero el ambiente no podía ser más sano.

«Sí, sabemos que en España la relación entre los dos equipos no es muy buena, pero aquí lo llevamos muy bien, sin ningún problema, a todos nosotros lo que nos gusta es el fútbol desde hace mucho, y eso es lo que importa, nos da igual la rivalidad», dijo a la agencia Efe Qiu Ming, un joven madridista parapetado tras una bandera con cinco amigos.

«Yo ahora soy del Barcelona, porque me gusta Messi, y también Neymar, me gusta su juego de equipo, se pasan mucho la pelota, es muy bonito de ver… pero la verdad es que hace años el que más me gustaba era el Real Madrid, porque tenían a Ronaldo», explicó por su parte, con toda naturalidad, otro aficionado.

Para este joven shanghainés, Jiang Tiansheng, «el Barsa y el Madrid son tan grandes porque se hacen grandes el uno al otro, igual que Cristiano Ronaldo es tan bueno porque Messi lo es». Como le pasó a Jiang, muchos de los jóvenes seguidores chinos de un deporte se enganchan a menudo por los héroes absolutos de un momento determinado, y después, mientras algunos cambian de ídolo según varíen los campeones, otros permanecen fieles a sus primeros colores, como hizo la joven Liu Yingcha con el Real Madrid de 2006.

Hoy su amiga Wei Xin, con las mejillas pintadas con una mezcla de los logotipos del equipo merengue y del de Superman, suspiraba al borde del llanto con su camiseta con el nombre de Morientes firmada por él: «¡es que era él en persona, y es muy guapo!», exclamaba. Las emociones de la noche, transformadas en educado silencio durante la mayor parte del partido, se traducían también en la deportividad que admira el ex jugador cuando dos seguidores madridistas exclamaban «piaoliang!» («¡qué bonito!») ante alguna jugada del Barsa, o los culés aplaudían un buen intento de Benzema.

Los goles los celebraban también con inocente efusividad: el 1-0 de Piqué puso a los barcelonistas gritando con los brazos en alto, mientras muchas manos elevaban caracteres luminosos con diodos LED azules que decían «Basha Shanghai Honglanhun Zuqiu Dui» («Peña de Fútbol Barcelonista Azulgranas de Shanghái»). Poco después, los tantos madridistas despertaban entusiastas manos en alto y haciendo la victoria con los dedos justo en las filas detrás de Morientes, en dos estallidos de alegría.

«Justo ahora nuestra peña cumple nueve años, así que es muy emocionante celebrarlos aquí con tantos seguidores del Madrid», declaró un miembro de la agrupación culé, un uigur del noroeste musulmán del país, Ai Haidi. «Aquí se vive el fútbol de manera diferente pero muy apasionada también», corroboró Morientes, «a lo mejor en España se grita más y ellos sólo lo hacen en momentos puntuales, pero siempre dan la sensación de estar disfrutando lo que están viendo, y eso el jugador también lo percibe en el campo».

«Es increíble cómo se vive aquí la Liga de nuestro país, creo que es para sentirnos, sobre todo, orgullosos de que, en un país como China, con tanta población, venga tanta gente de madrugada, con las caras pintadas, las camisetas de sus equipos, y siempre animados con cada jugada».