Efe – En el acto, Rajoy ha vuelto a insistir en que votar a Ciudadanos sigue conllevando el apoyo a los socialistas. «Si quieres votar al PSOE tienes dos posibilidades, o Sánchez o Rivera», ha afirmado. Ourense, 6 mayo 2016. Fotografía: El presidente del Gobierno en funciones y líder del PP, Mariano Rajoy (c); el presidente de la Xunta y líder del PP de Galicia, Alberto Núñez Feijóo (2d); el alcalde de Ourense, Jesús Vázquez (d); y la ministra de fomento en funciones, Ana Pastor (i), a su llegada a la reunión mantenida hoy con jóvenes de Nuevas Generaciones esta tarde en el recinto ferial de Expourense. Efe.
El líder del PP, Mariano Rajoy, ha vuelto a apelar hoy a su experiencia al frente del Ejecutivo para contraponerla a la «pandilla» que conforman sus rivales políticos, que no pueden ir al Gobierno, ha advertido, a «aprender». Rajoy ha dicho que es lo mismo apoyar a Pedro Sánchez que a Albert Rivera y se ha mostrado convencido de que el 26 de junio ganará el PP las elecciones porque los ciudadanos optarán por la «seriedad y el rigor» frente al «show» de los demás.
El jefe del Ejecutivo en funciones ha hecho estas reflexiones en un acto organizado por Nuevas Generaciones del PP de Galicia, en la víspera del congreso regional del partido que reelegirá como líder a Alberto Núñez-Feijóo. Rajoy ha tenido numerosas alabanzas para Feijóo, quien por su parte ha confiado en la victoria en las generales porque los ciudadanos, ha dicho, están «cansados» de que el resto de los partidos se hayan tomado España «de coña».
Y ha advertido de que si «eso que llaman nueva política» es lo que se ha visto en los últimos cuatro meses «tenemos un problema muy grave». Por eso ha ofrecido, como contrapartida, su forma de gobernar. Así, ha apelado a la «seriedad» que da su Gobierno para generar confianza económica en el país, y ha dicho que «por eso es importante que haya un gobierno sensato y no una pandilla que venga a aprender», recurriendo de nuevo, como ya hizo en la campaña electoral de las elecciones de diciembre, a su experiencia frente a la inexperiencia de sus rivales.
En varias ocasiones se ha mostrado Rajoy convencido de su victoria electoral en junio, como de la victoria de Feijóo en las elecciones autonómicas -que se celebrarán en otoño-. Ha insistido además en que se debe continuar con la misma política que han llevado a cabo los ‘populares tanto en Galicia como en España» y no se puede «volver atrás», porque el planteamiento que hacen quienes proponen derogar todas las reformas que ha hecho su gobierno es «un error de colosales proporciones».
«Es terriblemente injusto decir que se va a terminar con lo que ha funcionado por sectarismo o por razones ininteligibles», ha señalado Rajoy. El jefe del Ejecutivo en funciones, que ha recordado que es militante del PP gallego y ha entregado a Feijóo un papel con su aval personal para la reelección, ha defendido las decisiones que el presidente de la Xunta ha tomado estos años para controlar las cuentas y la deuda de la comunidad, y que han «ayudado mucho al crecimiento de Galicia y del conjunto de España».
«En Galicia se ha contribuido y mucho a solucionar los gravísimos problemas de España», ha destacado Rajoy, quien ha contrapuesto esta gestión a la de otras comunidades que «añadían» problemas a los «ya existentes». Alberto Núñez Feijóo ha reclamado el esfuerzo de su partido para ganar las elecciones generales y abordar el reto de una tercera mayoría consecutiva en Galicia.
«El Congreso de este fin de semana no es principio de nada, sino parte de un amplio proceso de renovación en el que llevamos trabajando desde hace meses», ha indicado. Todo en un acto en el que Rajoy ha vuelto a hablar de corrupción -no lo ha hecho en los últimos eventos del PP- cuando le han preguntado los jóvenes de Nuevas Generaciones.
Ha subrayado que su partido tiene que asumir como una de sus «banderas» la búsqueda de la «ejemplaridad» contra la corrupción, un asunto que, ha admitido, ha hecho daño al partido y que muchos se hayan sentido «agredidos» por los casos aparecidos. Ha insistido en que se ha hecho un «esfuerzo importante» en los últimos tiempos tomando medidas contra la corrupción y ha reiterado que está dispuesto a hacer «todo aquello» que se le plantee y que sea «razonable y sensato» para atajar este problema.
El Gobierno en funciones se ratifica en que no puede ser sometido a control
El Gobierno se ha ratificado en su criterio de que no puede ser sometido a control parlamentario mientras esté en funciones en un escrito de
respuesta al requerimiento que el Congreso tramitó hace un mes para tratar de evitar la presentación de un recurso ante el Tribunal Constitucional. Esta respuesta es un trámite previo obligatorio establecido en la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional (LOTC) como último paso antes de la interposición de un conflicto de atribución de competencias para la que el presidente de la Cámara, Patxi López, fue autorizado por el pleno el pasado 6 de abril.
En su escrito, presentado esta tarde en el Registro del Congreso, el Ejecutivo reitera que al no existir una relación de confianza entre un Gobierno en funciones y el Parlamento, no cabe que sea sometido a control. La confianza se otorga, según recuerda el Ejecutivo, mediante la investidura por parte del Congreso de un presidente del Gobierno, algo que no ha ocurrido en la XI Legislatura, en la que el Gobierno ha permanecido en funciones.
«Como consecuencia del otorgamiento de dicha confianza y sólo cuando ésta existe, el Gobierno responde solidariamente ante el Congreso de los Diputados mediante los mecanismos de control establecidos en el propio texto constitucional y desarrollados por el Reglamento de la Cámara», remarca el escrito. Además, recuerda que el presidente del Gobierno y todos los ministros del Gabinete fueron cesados al día siguiente de las elecciones generales del 20 de diciembre y por tanto «a partir de ese momento» todos ellos pasaron a estar en funciones, lo que les impide «adoptar decisiones de orientación política».
También argumenta que en esta XI Legislatura, el Congreso «ha iniciado la actividad de control al Gobierno en funciones antes de otorgar la confianza a un nuevo Gobierno». «El Congreso de los Diputados ha planteado el establecimiento de un control ordinario en una situación extraordinaria», afirma el Ejecutivo, que añade que «no sólo ha tramitado iniciativas de control político al Gobierno cesado» sino que incluso llegó a incluir en el orden del día del pleno una sesión de preguntas orales dirigidas a los ministros cesados.
Recalca en esta línea que la Cámara actuó así «a pesar» de que el Ejecutivo en funciones no tenía su confianza ni tampoco «capacidad de orientación política en sus actuaciones y para adoptar medidas». En suma, el Gabinete dirigido por Mariano Rajoy rechaza el requerimiento del Congreso «por estimar que está actuando en el ejercicio constitucional de sus atribuciones y se ratifica en su criterio de que la Cámara no puede someter al Gobierno en funciones a iniciativas de control en la medida en que no existe una relación de confianza entre éste y el Congreso de los Diputados».
Cumplido este trámite, la Cámara Baja dispone ahora de un mes para interponer su recurso ante el TC, de acuerdo a la decisión que el 6 de abril adoptó el pleno por 218 votos a favor, 113 en contra y cuatro abstenciones, a partir de una iniciativa presentada de forma conjunta por todos los grupos salvo el popular.
