Parlamento de Cataluña: «¡Viva Cataluña, Viva España! y Viva el rey!» y la Monarquía Española

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FOTOGRAFÍA. PARLAMENTO DE CATALUÑA (BARCELONA) ESPAÑA, 07.08.2020. El diputado y portavoz del PP, Alejandro Fernández, durante su intervención esta tarde en el pleno extraordinario del Parlamento de Cataluña, solicitado por el delincuente inhabilitado por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, quien sigue ocupando la Generalidad de la Comunidad autónoma de Cataluña, Joaquim Torra Pla, alias Quim Torra, para abordar la decisión del rey emérito Juan Carlos de trasladarse fuera de España, sobre la que se posicionarán los diferentes grupos parlamentarios mediante sus propuestas de resolución. Efe

Redacción – Parlamento autonómico de Cataluña (Barcelona) Cataluña (España), 07.08.2020. Pleno monográfico de la cámara catalana sobre la Monarquía española, ante la crisis institucional estallada tras la decisión personal de su majestad el rey emérito Juan Carlos I de Borbón de España de irse de España después de sufrir una cadena de acoso y ataques de uno de las formaciones de la coalición gubernamental de ultraizquierda del presidente Pedro Sánchez y vicepresidente Pablo Iglesias junto a las formaciones socias del Ejecutivo comunista de Sánchez e Iglesias. Intervención de Alejandro Fernández, diputado del Partido Popular (PP) en la cámara regional y presidente de esta formación. «Hace poco más de un año celebrábamos ya aquí un debate sobre la monarquía. Aquel día yo recordaba que en el listado de mejores democracias del mundo que elabora cada año ‘The Economist’ había repúblicas, cierto, pero llamaba especialmente la atención el hecho de que los primeros puestos lo coparan monarquías parlamentarias: Suecia, Noruega, Dinamarca, Gran Bretaña y España. Sí, ya sé que no les hace gracia, pero España está en ese listado. 

Ese dato podría sorprender a algunos, pero no a los que ya sabemos hace muchísimo tiempo que la monarquía parlamentaria conecta a la perfección la continuidad histórica de esas naciones, su acervo político y cultural, con la modernidad democrática y eso acaba configurando democracias sólidas, potentes, sanas.

Hoy vuelve ese debate a esta cámara con unas circunstancias especialmente delicadas y complejas. Yo no voy bajar al lodazal ni al barro al que nos quieren conducir.

Voy a centrar, por lo tanto, mi intervención en otro aspecto que destaca especialmente en nuestra monarquía parlamentaria, que es su espíritu y vocación de convivencia y concordia entre todos los españoles, todos, piensen lo que piensen, porque la principal amenaza que se cierne sobre nuestro país, incluso superior a la crisis económica, que va a ser terrible, es la posibilidad de resucitar los viejos fantasmas del cainismo de la dos Españas. ¡Hay que evitarlo como sea!

Por difícil que sea, hoy más que nunca hay que reivindicar la concordia y la convivencia entre todos los españoles, no nos lo ponen ustedes fácil.

Traen hoy aquí este debate desde el oportunismo y una notable mezquindad, repitiendo constantemente términos como derrocar, tumbar, romper, destruir… cuando hoy deberíamos estar hablando todos de unir, reactivar, coser, compartir…

No nos lo ponen fácil, y a mí tampoco me resulta fácil hablar de concordia y convivencia delante de Quim Torra.

Sus escritos me siguen pareciendo deleznables, su manera de gobernar sectaria, pero vamos a tener que seguir conviviendo como españoles, en el seno de esta monarquía parlamentaria, eso sí, siempre bajo el imperio de la ley, que es la parte que no le hace a usted gracia, o a sus compañeros de ERC.

Vamos a tener que seguir conviviendo también con los representantes de los comunes (Cataluña En Común Podemos) y de Unidas Podemos, que hoy agitan las extremidades de manera compulsiva y un poco sobre actuada, quizás porque no tienen el coraje de realizar el ejercicio de honestidad intelectual que comporta reconocer el esfuerzo titánico de convivencia que realizaron sus antecesores ideológicos del Partido Comunista.

Unos antecesores ideológicos que hoy aparecen ante nuestros ojos como auténticos gigantes si los comparemos con el vuelo gallináceo de sus herederos. ¡Cuánto deberían aprender ustedes de ellos!

También vamos a tener que convivir con la gente del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), aunque no nos guste en absoluto Pedro Sánchez, un presidente que se refiere a sí mismo como «mi persona», tal vez por eso le resulta tan fácil mentir. No miente él, debe mentir su persona.

Pues bien, no nos gusta ni el gobierno de Sánchez, ni el propio Pedro Sánchez, pero conviviremos con los socialistas, pero más que con ellos o con las siglas de su partido, que es lo de menos, conviviremos con los millones de socialistas honestos que sintiéndose legítimamente republicanos, no están dispuestos a tirar por la borda lo que hemos sido capaces de construir los españoles en los últimos 40 años.

Porque esa es la clave, ese es el asunto fundamental, lo que hemos construido los españoles en los últimos 40 años es mucho y muy bueno, por mucho que intenten hoy aquí desacreditarlo. Juntos hemos logrado los mejores niveles de bienestar de toda nuestra historia.

Juntos hemos sido capaces de liderar en dos etapas distintas los niveles de empleo y crecimiento en toda Europa.

Juntos hemos celebrado los acontecimientos culturales, deportivos, científicos de mayor nivel mundial, inéditos hasta entonces en la historia de España. Y juntos, así fue, fuimos elegidos para celebrar las cumbres internacionales de paz más importantes del mundo, que es la manera en que la comunidad internacional reconocía en España, no solo su calidad democrática, sino una cosa muy importante, el abrazo que fuimos capaces de darnos todos los españoles en la transición para superar viejos rencores.

¡Eso es España! Y no lo vamos a echar a perder, no lo vamos a permitir. Por eso hoy, aquí, queremos lanzar un llamamiento, una vez más, a la concordia y a la convivencia entre todos.

Y hacerlo aquí precisamente, en Cataluña, en su Parlamento, donde nuestro partido es pequeño, pero nunca ha perdido su vocación de dirigirse a todos los catalanes y al conjunto de los españoles, piensen lo que piensen, voten lo que voten.

A todos ellos les decimos que sabremos estar a la altura del dificilísimo reto que tenemos por delante.

¡Viva Cataluña! ¡Viva España! ¡Viva el Rey!»