Uno de los 3 Mozos constitucionalistas sufrió lesiones en los genitales tras el ataque de los «9 de Lledoners»

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PRISIÓN ELS LLEDONERS (BARCELONA) ESPAÑA, 01.02.2019. Furgonetas de los Mozos de Escuadra salen de la cárcel de Lledoners transportando a los golpistas separatistas, exvicepresidente de la Generalitat Oriol Junqueras Vies, los exconsejeros Raúl Romeva Rueda, Josep Rull Andreu, Jordi Turull Negre y Joaquim Forn Chiariello y los 'Jordis' -Jordi Cuixart Navarro, presidente de asociación separatista Ómnium Cultural; y Jordi Sànchez Picanyol, presidente de Asociación Asamblea Nacional Catalana (ANC)-, al centro penitenciario de Brians, del que partirán hacia Madrid, en un furgón policial de la Guardia Civil. Efe

Lasvocesdelpueblo y Agencias.- Manresa (Barcelona) España, miércoles 3 de noviembre de 2021. Los tres agentes constitucionalistas de los Mozos de Escuadra que denunciaron haber sido agredidos en las protestas separatistas a la entrada de la cárcel de Lledoners (Manresa) Barcelona, el pasado 1 de febrero del 2019 durante el traslado de los golpistas políticos presos Procés a Madrid, reconocieron ayer ante la jueza del penal número 1 de Manresa que no vieron a sus agresores.

Tampoco los vieran montando las barricadas que cortaron la C-55. Sólo uno de los agentes detalló que identificó a tres de los ultraseparatistas acusados, antes de los hechos, por «faltar al respeto» a los agentes.

En el juicio iniciado ayer, martes 2 de noviembre de 2021, los acusados, conocidos como «9 de Lledoners», se enfrentan a penas de entre tres y siete años de cárcel, y declararán este miércoles.

El Gobierno separatista de Pere Aragonés García (ERC) pide 15 meses de cárcel para tres de los más violentos de los acusados, que podría modificar hoy, según anunció ayer la portavoz del gobierno de coalición separatista de ultraizquierda separatista ERC y la derecha separatista JxCat, apoyado en la izquierda radical separatista CUP.

El juicio comenzó con la declaración de los tres agentes de los Mozos de Escuadra que denunciaron haber sufrido lesiones y que reclaman una compensación económica. 

Los Mozos explicaron que estuvieron en las dos barricadas que se colocaron en la C-55, pero que no vieron quién las había montado, según informa el Agencia Catalana de Noticias.

En la segunda, relataron, se habrían identificado a tres ultraseparatistas por increparlos, pero no fue hasta el tercer escenario, el puente que enlaza Sant Joan de Vilatorrada con la carretera, que se habrían producido las agresiones. Explicaron que un «grupo de unas 200 independentistas intentó romper el cordón policial y fue cuando habrían recibido los puñetazos y puñetazos«. Aunque ninguno de los tres reconoció haber visto quién habría sido su autor, evidentemente porque los ultraseparatistas y sus bandas actúan como cobardes, encapuchados.

Según los informes médicos, uno de los agentes sufrió lesiones en los genitales; otro, en la mano, y un tercero, en la mano y en las cervicales. 

Según el relato de los agentes constitucionalistas, se identificaron «algunos conductores que, levantadas las barricadas, no querían mover los coches, y entre ellos también algunos de los encausados».

Durante el juicio también declaró un cuarto agente, que habría participado en el dispositivo realizando las identificaciones, pero que tampoco vio quiénes eran los autores de los disturbios ni de las lesiones.

En la vista, también declararon peritos forenses, que ratificaron que el líquido que se halló en las barricadas era gasóleo.

Antes de entrar en el juicio, los nueve ultraseparatistas recibieron el apoyo de cientos de ultras concentrados a las puertas de los juzgados, donde la abogada de la banda de extrema izquierda separatista «Alerta Solidaria», Eva Pous, denunció «el montaje» que significa ese juicio y otros por detener la «disidencia política».

Los otros abogados defensores, David Aranda, Teresa Rosell y Jordi Rosell, fueron críticos con el papel del Gobierno separatista de coalición de la ultraizquierda ERC y la derecha separatista JxCat, apoyado en la extrema izquierda más rancia CUP, en este caso, mientras desde el Ejecutivo secesionista de Pere Aragonés García (ERC) se promovía la movilización civil a favor de los golpistas políticos presos del procés.