Valencia| La Cumbre comunista de la «Semana Laboral de 4 Días» evidencia reducir el tiempo de trabajo, bolsas de horas o permisos formativos

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FOTOGRAFÍA. VALENCIA (ESPAÑA), Analizar desde múltiples puntos de vista la posibilidad de implantar la semana laboral de cuatro días (32 horas) sin perder productividad es el objetivo de la Cumbre de las organizaciones sindicales comunistas y formaciones políticas de ultraizquierda e Izquierda sobre la Semana Laboral de 4 Días, titulada «Alianza Política Internacional para la Jornada Laboral» que se celebra en València, que reúne a políticos comunistas, sindicalistas comunistas y economistas de izquierda, profesionales del derecho del trabajo, profesionales las políticas de género (feministas) y la tecnología. Efe

Lasvocesdelpueblo y Agencias.- Valencia (España), viernes 27 de mayo de 2022. La Cumbre de las organizaciones sindicales comunistas, formaciones políticas de ultraizquierda e Izquierda, economistas de izquierda, profesionales del derecho del trabajo, profesionales las políticas de género (feministas) y la tecnología sobre la Semana Laboral de 4 Días, titulada «Alianza Política Internacional para la Jornada Laboral«, ha evidenciado este viernes la necesidad de reducir el tiempo de trabajo, aunque se ha visto que, además de la jornada de 32 horas semanales, hay otras vías a explorar como las «bolsas de horas» o los permisos formativos.

La cumbre, organizada por el Gobierno de coalición tripartito socialseparatista del PSOE, Podemos y los separatistas de Compromís —cuya líder, Mónica Oltra Jarque ha sido imputada por encubrimiento de delito de violación sexual por parte de su marido a menores tutelados por su consejería—, que preside Joaquín Francisco Puig Ferrer (Ximo Puig)—, ha puesto de manifiesto en las primeras intervenciones que es el momento de aprovechar el cambio en los sistemas que ha propiciado la pandemia para reorganizar la vida, con el fin de ganar en salud y bienestar y combatir la desigualdad, mediante una fórmula que funcione para todos.

La vicepresidente segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz Pérez, ha asegurado que la semana de 32 horas laborales es una formulación «rígida» y ha defendido la necesidad de ir hacia «la flexibilidad en el tiempo de trabajo», más que hablar de la jornada de cuatro días semanales.

Se ha mostrado partidaria de explorar medidas en vigor en otros países, como los permisos para personas con dependientes a cargo, los paréntesis para formarse o para viajar con la garantía del puesto de trabajo, las bolsas de horas o un menor tiempo de trabajo «en cómputo semanal y sin reducción salarial».

Para Díaz hay que fiscalizar las horas extraordinarias, ya que en España se hacen más de 27 millones de horas al mes» y «la mitad de ellas están sin retribuir», por lo que ha anunciado que, en breve, se creará un algoritmo en la Inspección de Trabajo para perseguir las que no se pagan.

También ha reivindicado que el tiempo de trabajo no se puede separar del «tiempo de la vida», por lo que el Gobierno va a desarrollar una ley de usos del tiempo que tendrá una «mirada ambiciosa, compleja y lo va a poner patas arriba todo».

Previamente han intervenido el secretario general de CCOO, Unai Sordo, y el de UGT, Pepe Álvarez, quienes han defendido la necesidad de reducir la jornada y han opinado que la posición de la CEOE de considerar electoralista la semana laboral de cuatro días es «retrógrada» y debería mirar más «al siglo XXI».

Sordo ha afirmado que la reducción del tiempo de trabajo es una reivindicación «plenamente vigente» y una forma de «disputarle la productividad de las empresas», y en ese marco la semana de 4 días «es una opción viable en muchos sectores y muchas empresas».

Para Sordo la reducción «deseable» del tiempo de trabajo debe servir para generar más empleos y no para precarizarlos más, y se ha confesado «perplejo» por la postura del presidente de CEOE, Antonio Garamendi, de que estos debates se hacen para ganar elecciones, pues no sabe dónde ve «el electoralismo» de estas reflexiones.

«No hay por qué descalificar este tipo de medidas, que nadie está planteando taxativamente» para todos los sectores, ni en términos «homogéneos a toda la economía española», ha dicho Sordo.

Pepe Álvarez ha afirmado que no analizar la reducción de la jornada de trabajo es «negar el progreso», pues existe una «necesidad imperiosa» de abordar la «hiperproductividad», y ha advertido de que la jornada de 32 horas se implantará más rápido de lo que se piensa.

De Garamendi ha dicho que su visión es «muy retrógrada, pensada exclusivamente para aquellos empresarios que en lugar de estar pensando en la economía del mañana y en la economía de todos, piensan en la cuenta de resultados a corto plazo sin hacer ningún tipo de cambio de sus empresas».

Según la vicepresidenta y consellera de Igualdad y Políticas Inclusivas, Mónica Oltra, reducir la jornada a 32 horas manteniendo el salario es una medida «profundamente feminista», que permite «corregir desigualdades forjadas por la división sexual del trabajo, base de la sociedad patriarcal».

A su juicio «debe formar parte de la respuesta justa para afrontar la realidad del trabajo en la actualidad, la lucha contra el cambio climático, la igualdad entre mujeres y hombres, la desafección política y el aislamiento social en una sociedad hiperconectada».

Requiere, en su opinión, «un debate serio, honesto y sin apriorismos», en el que se tengan en cuenta los datos, pero también «la empatía y los vínculos sociales, porque «no hay economía sin econovida».

El líder del partido de extrema izquierda Más País y cofundador de la ultraizquierda Podemos, Íñigo Errejón Galván, ha avanzado que muy pronto el Gobierno de coalición socialcomunista del PSOE, Podemos y comunistas de Izquierda Unida, apoyado en las extremas izquierdas regionales separatistas y bilduetarras que preside Pedro Sánchez Pérez Castejón «va a sacar las bases para que las empresas opten a los 50 millones de euros en ayudas que el Ministerio de Industria dispondrá para reducir la semana laboral a cuatro días o 32 horas», explicó el ultra Errejón como si fuera él miembro del Ejecutivo de Sánchez o del Gabinet de Sánchez.