VOX se dispara y se consolida como tercera fuerza en España y Cs ya es partido residual

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Redacción – El discurso directo, claro, sin complejos y miedo del partido liderado por Santiago Abascal se dibuja con nitidez frente a las cesiones de Sánchez a los separatistas enemigos de España. Y gana terreno sin pausa arañando votos que antes eran de PP y Ciudadanos. Ciudadanos de Arrimadas, tras el descalabro del 28-A y la dimisión de su líder Albert Rivera, ha perdido todo su empuje, camino de convertirse en un partido residual. VOX gana posiciones con claridad y Podemos también. VOX siguiendo su progresión al alza, que llegarían ya al 16% del electorado, y Podemos, con dos puntos y medio más de intención de voto que el pasado 10-N y uno más que en los comicios del 28-A, serían los beneficiarios evidentes de una nueva llamada a las urnas, llamada que no se producirá porque el PSOE, liderado por Pedro Sánchez, ha sellado ya un acuerdo con el abanico multicolor de fuerzas que respaldó la moción de censura, incluidos los secesionistas -atrás quedó el «nunca es nunca» del debate previo a las elecciones-, para mantenerse en La Moncloa. El pésimo resultado del 10-N se vería ahora compensado con un subidón de dos puntos y medio, hasta el 15,4%. No obstante este ascenso no bastaría para tomarle la delantera a VOX se consolidaría sólidamente como tercera opción con un 16% de los sufragios, a sólo cuatro puntos del PP. Los retrocesos de las fuerzas históricas del bipartidismo juegan en favor de VOX y Podemos. Unidas Podemos registra una auténtica inyección de adrenalina propiciada por la perspectiva, ya confirmada, de tocar poder. Madrid (España), jueves 2 de enero de 2019. 

Los españoles abandonan el centro. PSOE y PP pierden fuelle. La moderación es cosa del pasado, se diluye en un torbellino de incredulidad, opacidad, compromisos incumplidos, egoísmos y falta de coraje. Esta es la conclusión que se desprende de la encuesta de Sigma Dos para EL MUNDO, realizada en paralelo a las negociaciones secretas de los socialistas con los independentistas catalanes para conseguir, contraviniendo todas las promesas de Pedro Sánchez, que estos faciliten con la abstención de sus 13 escaños en el Congreso, su investidura.

Socialistas y populares caen. Ninguno de los dos partidos es lo que fue. Han perdido identidad, principios y valores y los ciudadanos lo perciben. Juntas, las dos grandes fuerzas de la democracia están cada vez más lejos de aglutinar siquiera a la mitad del electorado.

Por el contrario, VOX gana posiciones con claridad  y Podemos también. VOX siguiendo su progresión al alza, que llegarían ya al 16% del electorado, y Podemos, con dos puntos y medio más de intención de voto que el pasado 10-N y uno más que en los comicios del 28-A, serían los beneficiarios evidentes de una nueva llamada a las urnas, llamada que no se producirá porque el PSOE, liderado por Pedro Sánchez, ha sellado ya un acuerdo con el abanico multicolor de fuerzas que respaldó la moción de censura, incluidos los secesionistas -atrás quedó el «nunca es nunca» del debate previo a las elecciones-, para mantenerse en La Moncloa.

El PSOE cae medio punto respecto a las elecciones del 10-N, buscadas por su líder para intentar superar el resultado logrado en las generales de abril. La mejora no llegó; bien al contrario, el plan de llevar nuevamente a los españoles a las urnas se saldó con un fracaso: 700.000 votos y tres escaños menos.

Pese a ello, el PSOE volvió a ser la fuerza más votada y Sánchez decidió maniobrar contra viento y marea para, esta vez sí, instalarse en plenitud de funciones en la Presidencia del Gobierno.

Justo antes de conocerse los términos del pacto con Unidas Podemos y las concesiones hechas a ERC y PNV, los socialistas, según la encuesta, conseguirían un 27,5% de los votos frente al 28% que lograron en noviembre y el 28,7% del 28-A.

En mes y medio, mientras Sánchez anudaba con Iglesias el Gobierno de coalición que antes denostaba y trenzaba un pacto con el partido que pretende desgajar Cataluña del Estado, ha perdido medio punto.

El PP de Pablo Casado, que había registrado un claro ascenso entre el 28-A y el 10-N, volvería hoy a retroceder. Los españoles parecen castigar su renuncia a cualquier acuerdo con el PSOE para evitar que Sánchez cayera en brazos del secesionismo.

El pésimo resultado del 10-N se vería ahora compensado con un subidón de dos puntos y medio, hasta el 15,4%. No obstante este ascenso no bastaría para tomarle la delantera a VOX se consolidaría sólidamente como tercera opción con un 16% de los sufragios, a sólo cuatro puntos del PP. Los retrocesos de las fuerzas históricas del bipartidismo juegan en favor de VOX y Podemos. Unidas Podemos registra una auténtica inyección de adrenalina propiciada por la perspectiva, ya confirmada, de tocar poder. 

El discurso directo, claro, sin complejos y miedo del partido liderado por Santiago Abascal se dibuja con nitidez frente a las cesiones de Sánchez a los separatistas enemigos de España. Y gana terreno sin pausa arañando votos que antes eran de PP y Ciudadanos.

Ciudadanos de arrimadas, tras el descalabro del 28-A y la dimisión de su líder Albert Rivera, ha perdido todo su empuje, camino de convertirse en un partido residual. Ahora, sólo obtendría un 4,8% de los votos, poco más de un punto por encima de los secesionistas de ERC.