Abogado Antonio Gorrita Torres denuncia la adhesión del colegio de abogos al independentismo

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GLORIA A ESPAÑA

Redacción – El abogado catalán en función, Antonio Gorrita denuncia la adhesión del Colegio de Abogados de Cataluña al ‘Pacto por el derecho a la autodeterminación de Cataluña y se pregunta: «¿Cómo hemos llegado a este punto de aberración? Por el victimismos y el engaño separatista desde hace más de 30 años». Barcelona (España), 1 de enero de 2018. Fotografía: El abogado catalán en función, Antonio Gorrita Torres, durante la entrevista con Ñ Pueblo Lasvocesdelpueblo.

Vídeo. Barcelona, 01.01.2014. 

Ahora veamos el vídeo conteniendo las declaraciones del señor Antonio Gorrita Torres, abogado en función, declaraciones que no dejan lugar a dudas en cuanto a la manipulación del Ilustre Colegio de Abogados de Cataluña, ente tremendamente importante que se supone sin ideología y sin embargo se ha significado de tal manera que pierde toda credibilidad como garante imparcial de aplicar justicia porque por muchos que sean sus argumentos sobre los derechos habidos y por haber, se ha posicionado a favor de una parte de la sociedad catalana y por tanto, ignora al todo, considerando que esgrime una razón incuestionable: la suya, obviamente partidista.

Según se desprende de la documentación, no hubo consenso en una primera votación y se decidió llevar a cabo una segunda con carácter definitivo, fuera cual fuera el resultado, la cual dio el fruto esperado por 10 votos a favor y 4 en contra. Flaco margen, pero que ya les ha servido por ser nada más catorce decanos en Cataluña y haber abandonado la idea de unanimidad en favor de sus aspiraciones políticas. Sí, políticas, olvidando que sus responsabilidades han de ser neutrales.

Se representa a la Justicia con una venda en los ojos, una balanza y una espada, y tras esta actuación del Ilustre Colegio de Abogados de Cataluña podemos constatar que la venda va destinada a nosotros, la balanza está trucada cual tendero de TBO y la espada es lo que esgrimen si osamos protestar en un intento de hacer valer nuestros derechos, derechos de los cuales se han arrogado ellos como si en vez de ser ciudadanos adultos fuésemos niños.

Ilustre Colegio de Abogados de Cataluña ha decidido ponerse los claveles en la peineta al gusto de cada región española. Eso sí, en su documento no se menciona ni por asomo a las Fuerzas de Seguridad ni a las Fuerzas Armadas. No existen para ellos. ¿Por qué no pueden decidir, tener ideología?

Ellos tampoco, pero parece que lo han olvidado en sus deseos de usar su profesión que se supone inmaculada, en beneficio de sus aspiraciones personales.

¿Cómo hemos llegado a este punto de aberración? Por la manipulación separatista desde hace más de 30 años. En realidad no supone algo nuevo, lleva siglos ocurriendo, pero va por épocas esta exaltación salvaje, usando métodos que pueden parecer legales pero no lo son por mucho que se llenen la boca con argumentos que nos arrancan una sonrisa o una lágrima, dependiendo del momento en que nos encuentre.

 El «Honorable» (ya no se usa el tratamiento) Jordi Pujol Soley fue quien empezó a finales del siglo pasado su cruzada catalanista. Hoy día su nombre, junto al de sus hijos, esposa, amigos y socios chirría dolorosamente, asociados todos a grandes fortunas creadas a costa del pueblo catalán, incluido, por supuesto, el señor Artur Mas, su «delfín» y actual presidente de la Generalidad de Cataluña. El derroche de las instituciones catalanas dedicando el dinero de nuestros impuestos a la consecución de sus aspiraciones nacionalistas es tan lamentable como doloroso e indignante.

 Y ahora pensemos, pensemos…  Los decanos que han votado son una cosa, pero, ¿y la legión de abogados que dependen de ellos? Al parecer, estos no tienen derecho a voto. Aplastante. Por esto la balanza está trucada, ¿verdad? Estos abogados no tienen la venda en los ojos, sino una mordaza en la boca.

El peligro es evidente cuando quien empuña la espada de la Justicia es parcial. Tengamos lo en cuenta y movilicemos-nos para impedirlo, para exigir unos derechos que nos están robando argumentando que es por «nuestro bien», cuando en realidad se debe a intereses espurios.

  Teresa Ferran