500 víctimas de ETA «preocupadas» por el apoyo del Defensor del Pueblo a presos terroristas

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VITORIA (ESPAÑA), AÑO 2018. El defensor del pueblo vasco, Manuel Lezertua. Efe.

Redacción – «Quisiera pedirle, por favor, Sr. Manuel Lezertua, que deje de asumir y difundir la propaganda de la izquierda abertzale. Un Ararteko siempre debe defender el Estado de derecho frente a quienes han tratado destruirlo por todos los medios». «De igual forma, quisiera rogarle que, en su condición de Defensor del Pueblo, exija a la izquierda abertzale que condene el terrorismo de ETA y otorgue libertad a sus presos para que puedan rechazar su pasado criminal». Éstas son las afirmaciones de Consuelo Ordóñez, la presidenta del Colectivo de Víctimas del Terrorismo (COVITE), asociación que representa a más de 500 familias víctimas del terrorismo, mayoritaria en la Comunidad Autónoma Vasca y con Estatus Consultivo Especial en ECOSOC/ONU, dirigidas al Defensor del Pueblo vasco, Manuel Lezertua, en un carta. Vitoria (España), lunes 14 de enero de 2019. Fotografía: VITORIA (ESPAÑA), AÑO 2018. El defensor del pueblo vasco, Manuel Lezertua. Efe.

En una carta abierta, a la que el medio digital español Lasvocesdelpueblo Ñ Pueblo ha tenido acceso esta tarde, la valiente española Consuelo Ordóñez asegura que: «He visto con preocupación cómo usted denuncia una supuesta «falta de sensibilidad» con los presos de ETA en comparación con otros presos, como el exministro Eduardo Zaplana, dando a entender que existe una situación de discriminación para los reclusos de la banda terrorista ETA».

Carta

«A la atención del Sr. D. Manuel Lezertua, Defensor del Pueblo Vasco

Estimado Sr. Lezertua:

Mi nombre es Consuelo Ordóñez y me dirijo a usted en calidad de presidenta del Colectivo de Víctimas del Terrorismo (COVITE), asociación que representa a más de 500 familias víctimas del terrorismo, mayoritaria en la Comunidad Autónoma Vasca y con Estatus Consultivo Especial en ECOSOC/ONU.

Le escribo con motivo de sus recientes declaraciones en Radio Euskadi en relación a la situación de los presos de ETA enfermos. He visto con preocupación cómo usted denuncia una supuesta «falta de sensibilidad» con los presos de ETA en comparación con otros presos, como el exministro Eduardo Zaplana, dando a entender que existe una situación de discriminación para los reclusos de la banda terrorista ETA.

Quisiera expresarle en esta carta mi más rotundo rechazo a tales afirmaciones, puesto que evidencian un preocupante desconocimiento de política penitenciaria y de cómo se ha procedido anteriormente con los presos de ETA enfermos.

Los reclusos enfermos de la banda terrorista siempre han gozado de un trato de favor con respecto al resto de reclusos, habiéndose beneficiado de forma sistemática de permisos para abandonar las prisiones y así tratar sus enfermedades.

Es más, todos los terroristas con enfermedades con pronóstico incurables que fueron excarcelados en el pasado superaron con creces el tiempo de esperanza de vida que se les dio al salir de prisión. Me temo que el resto de la población reclusa con enfermedades graves no ha recibido el mismo trato.

Con respecto al caso específico al que hizo referencia en su entrevista en Radio Euskadi, quisiera aclararle que, en la actualidad, ningún preso de ETA se encuentra en una situación de gravedad comparable a la de Eduardo Zaplana. Según la información que difunde públicamente la propia izquierda abertzale, ninguno de los reclusos de ETA se encuentra en riesgo de muerte inminente.

En su entrevista usted también abogó por «un giro en la política penitenciaria que implique el traslado a cárceles vascas de los presos de ETA enfermos».

Estar enfermo no es un motivo para el acercamiento de los presos de ETA al País Vasco, ya que todas las cárceles cuentan con servicios sanitarios.

La sanidad pública está presente en toda la geografía española. La situación de los presos de ETA no es ninguna excepción, ya que el 25% de los reclusos de nuestro país cumplen pena en comunidades autónomas que no son las suyas de origen.

Además, el Consejo de Europa avaló en 2015 la política de dispersión, por lo que no se comete ninguna ilegalidad al aplicarla.
Quienes tienen en sus manos acabar con la dispersión y cumplir pena en cárceles vascas son los propios presos de ETA.

Parece obviar que, desde hace muchos años, ya hay miembros de la banda terrorista que cumplen sus penas en el País Vasco. El camino para lograrlo es simple: deben arrepentirse de su pasado criminal, que es lo que exige la ley.

La puesta en marcha de la Vía Nanclares, diseñada por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, así como del plan de reinserción individualizada, del Gobierno de Mariano Rajoy, sirvieron precisamente para facilitar que los presos de ETA cumpliesen su pena en cárceles vascas. Ha habido aproximadamente una veintena de etarras que rechazaron la violencia terrorista que habían ejercido y se acogieron a estas dos vías de reinserción para poder cumplir pena en cárceles vascas.

Por tanto, no hay política penitenciaria ni requisito legal que impida a ningún preso de ETA cumplir condena en las cárceles vascas. Sin embargo, la mayoría de los presos decide no acceder a dichas vías porque su entorno político, la izquierda abertzale, les prohíbe expresamente el arrepentimiento y la colaboración. La izquierda abertzale pretende trasladar al Estado de derecho un problema que es exclusivamente suyo, y que no es ni de leyes ni de políticas penitenciarias, y usted parece obviarlo.

Asimismo, recientemente, este Gobierno ha puesto en marcha un protocolo para presos enfermos que distingue dos supuestos: enfermedad «muy grave con padecimientos incurables» y «peligro patente para la vida del penado».

En ambos supuestos los reclusos pueden ver suspendida la ejecución de su pena. En el primero, para los condenados por terrorismo, el protocolo exige el cumplimiento de los requisitos del artículo 90 del código penal, como el arrepentimiento de sus crímenes, entre otros. Con lo cual, cumpliendo con ese requisito, y en una situación como la descrita, no habría problema para que los reclusos abandonaran la cárcel en un breve plazo de tiempo.

En el segundo supuesto, el de «peligro patente para la vida del penado», como la situación que afronta Eduardo Zaplana, ni siquiera haría falta que el preso cumpliera ningún requisito para que se le concediera la libertad. Solo se exige el «dictamen del médico forense y de los servicios médicos del Establecimiento», según recoge el propio protocolo.

Por tanto, existen herramientas legales suficientes para que un miembro de ETA en situación de enfermedad grave pueda ser puesto en libertad, en contra de lo que suele manifestar siempre el entorno político de ETA.

Quisiera pedirle, por favor, Sr. Lezertua, que deje de asumir y difundir la propaganda de la izquierda abertzale. Un Ararteko siempre debe defender el Estado de derecho frente a quienes han tratado destruirlo por todos los medios. De igual forma, quisiera rogarle que, en su condición de Defensor del Pueblo, exija a la izquierda abertzale que condene el terrorismo de ETA y otorgue libertad a sus presos para que puedan rechazar su pasado criminal.

Como presidenta de COVITE le aseguro que este Colectivo nunca ha estado en contra de los acercamientos de presos de ETA a cárceles vascas, siempre que estos cumplan con los requisitos que marque la ley para poder hacerlo. De igual forma, tampoco hemos estado nunca en contra de que se excarcele por razones humanitarias a un preso de ETA en situación de enfermedad grave. Solo exigimos que se aplique el protocolo, que se cumpla la ley y que los presos de ETA no reciban un trato de favor con respecto al resto de la población reclusa.

Lo único que rechazamos tajantemente es la propaganda de la izquierda abertzale, la única culpable de que los presos de ETA estén cumpliendo sus penas en cárceles que no están en el País Vasco y que quiere seguir sacando rédito político a costa de los propios presos. Le pedimos, por favor, que usted también rechace esta propaganda.

Quedo a su disposición para cualquier aclaración complementaria.

Muchas gracias.

Atentamente,

Consuelo Ordóñez

Presidenta de COVITE »