Amante de la Policía Rosa Peral: Ella mató a su novio, la ayudé a deshacerse del cadáver

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FOTOGRAFÍA. AUDIENCIA DE BARCELONA (BARCERLONA) ESPAÑA, 05.03.2020. Presos que renuncian a permisos antes de traicionarse a sí mismo. La agente de la Guardia Urbana de Barcelona Rosa Peral quería
FOTOGRAFÍA. AUDIENCIA DE BARCELONA (BARCERLONA) ESPAÑA, 05.03.2020. Presos que renuncian a permisos antes de traicionarse a sí mismo. La agente de la Guardia Urbana de Barcelona Rosa Peral quería "recuperar" a su amante y compañero de patrulla Albert López y para ello negaba "a toda costa" mantener una relación con su pareja, el también policía Pedro Rodríguez, las semanas previas a que éste apareciera asesinado. Efe

Lasvocesdelpueblo y Agencias- Los médicos forenses que analizaron la personalidad del guardia urbano de Barcelona Albert López, amante la guardia urbana de Barcelona, Rosa Peral: cuyo informe, elaborado cuatro meses después de los hechos dicen que: Albert hizo un relato «aséptico» de los hechos a los peritos, a quienes aseguró que el día del crimen recibió una llamada telefónica de Rosa «histérica» pidiéndole que acudiera a su domicilio porque «había pasado algo» y acabó ayudándola a deshacerse del cadáver de Pedro, a quien supuestamente había matado sola porque «no podía más». «Sabía perfectamente lo que había hecho él, incluso con cierta actitud de asumir todo lo que derivase de la situación, siempre según su posicionamiento», han insistido los expertos, a quienes Albert reconoció que no encontraba una «explicación lógica» de por qué encubrió a Rosa y no alertó a la policía. Albert les contó que había mantenido en el pasado una relación con Rosa y que poco antes del crimen la había «retomado», nunca les precisó que fuera «sentimental», sino que únicamente habían «aproximado posturas» y tampoco les contó que le había regalado un anillo de compromiso. Barcelona (España), martes 10 de marzo de 2020.

El guardia urbano de Barcelona Albert López, acusado de asesinar junto a su amante Rosa Peral al novio de ésta, Pedro Rodríguez, en mayo de 2017 admitió a los psicólogos que «sabía perfectamente lo que había hecho» y que «asumiría» las consecuencias de haber encubierto el crimen.

Así lo han explicado los médicos forenses que analizaron su personalidad y cuyo informe, elaborado cuatro meses después de los hechos, apunta que Albert, «ni en el pasado ni en el momento presente, presenta ningún tipo de alteración psíquica que pueda afectar a la capacidad de saber lo que hace y querer hacer lo que hace».

«Es una persona totalmente normal», han aseverado los peritos que han declarado este martes ante el jurado popular de la Audiencia de Barcelona que juzga a los procesados por presuntamente matar a Pedro, meterlo en el maletero de su coche, prenderle fuego y abandonarlo en una pista forestal en el pantano de Foix.

De acuerdo con el informe confeccionado a partir de la exploración psíquica y un test de personalidad, Albert presenta un perfil «histriónico, compulsivo y narcisista», con «habilidades para minimizar problemas, negar dificultades y presentarse de manera muy favorable con una imagen muy positiva de sí mismo».

Su personalidad destaca, además, por la «deseabilidad social» y una «marcada tendencia» a «informar positivamente sobre sí mismo de forma adaptada» pero en ningún caso observaron alguna psicopatía, trastorno o disfunción.

«La conclusión es que estamos frente a un sujeto que no tiene ningún trastorno de personalidad», han subrayado.

Por otro lado, Albert hizo un relato «aséptico» de los hechos a los peritos, a quienes aseguró que el día del crimen recibió una llamada telefónica de Rosa «histérica» pidiéndole que acudiera a su domicilio porque «había pasado algo» y acabó ayudándola a deshacerse del cadáver de Pedro, a quien supuestamente había matado sola porque «no podía más».

«Sabía perfectamente lo que había hecho él, incluso con cierta actitud de asumir todo lo que derivase de la situación, siempre según su posicionamiento», han insistido los expertos, a quienes Albert reconoció que no encontraba una «explicación lógica» de por qué encubrió a Rosa y no alertó a la policía.

Con todo, los estudios de salud mental de los acusados solo tienen como objetivo determinar si estos sabían lo que hacían y eran libres para hacerlo, por lo que no tienen en cuenta si la narración de los procesados contiene mentiras deliberadas.

«Queremos que la persona cuente cómo fueron los hechos desde su punto de vista con comentarios, connotaciones, que se exprese libremente. No entramos en si la información es cierta», han alertado.

Así por ejemplo, aunque Albert les contó que había mantenido en el pasado una relación con Rosa y que poco antes del crimen la había «retomado», nunca les precisó que fuera «sentimental», sino que únicamente habían «aproximado posturas» y tampoco les contó que le había regalado un anillo de compromiso.