Aquarius busca de nuevo un país para acoger a otros inmigrantes

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MALTA, 15.08.2018. El barco Aquarius, de la ONG SOS Méditerranée, llega al puerto maltés de La Valeta (Malta) hoy, 15 de agosto del 2018. Efe.

Efe – Los migrantes proceden de Pakistán y Costa de Marfil y ya han recibido comida, mantas y primeros auxilios. En los últimos meses, los barcos independientes gestionados por ONG internacionales se han visto obligados a retirarse de esa ruta, la más mortífera del mundo, acosados por los servicios de guardacostas libios y la presión de la Unión Europea y el gobierno italiano. Tripoli (Libia), viernes 21 de septiembre de 2018. Fotografía: MALTA, 15.08.2018. El barco Aquarius, de la ONG SOS Méditerranée, llega al puerto maltés de La Valeta (Malta) hoy, 15 de agosto del 2018. Efe.

El buque de rescate «Aquarius» busca puerto para desembarcar a 11 personas procedentes de Libia que rescató cuando viajaban a la deriva en aguas del Mediterráneo, informaron hoy SOS Mediterráne y Médicos sin Fronteras, las dos ONG que gestionan el barco.

En un comunicado ambas organizaciones aseguran que se hicieron cargo de esas personas, diez adultos y un menor, tras detectar que viajaban en un bote precario que amenazaba con hundirse y avisar a la guardia costera libia, que no llegó a tiempo.

Según su relato, el jefe de rescates contactó con las autoridades de Túnez, Italia y Malta en busca de ayuda y el centro de coordinación de Roma le pidió que los depositara en Libia, algo a lo que ambas ONG se niegan al considerar que ese país no ofrece seguridad.

Los migrantes proceden de Pakistán y Costa de Marfil y ya han recibido comida, mantas y primeros auxilios.

Las costas que se extienden entre Trípoli y la frontera con Túnez se han convertido en los últimos dos años en el principal bastión de las mafias que trafican con seres humanos, pese a la presencia de patrulleras europeas.

Según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), vinculada a la ONU, más de 171.635 inmigrantes irregulares lograron cruzar a Europa en 2017, mientras que 3.116 desaparecieron en el mar.

Desde el inicio de 2018, cerca de 22.000 han logrado cruzar a través de la llamada «ruta central del Mediterráneo», que parte de las costas de Libia y Túnez rumbo a Italia y Malta, y más de 1.200 han muerto en el intento.

En los últimos meses, los barcos independientes gestionados por ONG internacionales se han visto obligados a retirarse de esa ruta, la más mortífera del mundo, acosados por los servicios de guardacostas libios y la presión de la Unión Europea y el gobierno italiano.

El pasado lunes, servicios de guardacostas libios admitieron que al menos 20 personas desaparecieron en el Mediterráneo antes de que sus patrulleras pudieran auxiliar a tiempo a un bote neumático con unas 80 personas a bordo.

El portavoz del citado cuerpo, Ayub Qasem, admitió que cuando llegaron a la zona, en aguas internacionales, se toparon con otra pequeña embarcación con seis hombres armados que trataban de abordar el bote y que huyeron ante los disparos.

Ayub no aclaró, sin embargo, si los presuntos desaparecidos cayeron al mar o fueron atrapados por los citados hombres.