Discurso de Pablo Casado sobre indultos del Procés: «Sr. Sánchez, dimita y convoque elecciones, solo así podrá indultarle la historia»

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FOTOGRAFÍA. MADRID (ESPAÑA), 30.06.2021. El líder del Partido Popular, Pablo Casado durante su intervención este miércoles en el pleno del Congreso. Efe

Redacción.- Madrid (España), 30 de junio de 2021. Discurso de Pablo Casado Pleno del Congreso de los Diputados Madrid. 30 de junio de 2021. Gracias Sra. Presidente (Meritxell Batet), Sr. (presidente de Gobierno Pedro) Sánchez, me duele España, como a millones de ciudadanos indignados por su deriva destructiva para seguir en el poder a costa de la unidad nacional y la igualdad de todos los españoles.

Este debería ser el Debate del Estado de la Nación que lleva bloqueando tres años, aunque ya sabemos que no le interesa que haya resoluciones en las que tiene que retratar sus socios. Por eso, además de su homilía buenista, le pido que explique por qué prometió no dar nunca indultos políticos, diciendo que sentía vergüenza y pedía perdón por otros del PSOE que le cabreaban.

Díganos por qué solemnizó delante de millones de espectadores en el debate electoral que nunca pactaría con independentistas, y se indignaba diciéndonos eso de «falso es falso, nunca es nunca y no es no».

¿Por qué decía que acatar la sentencia del 1 de octubre suponía su cumplimiento íntegro, que sentaría en el banquillo a Puigdemont y penaría con cárcel el referéndum ilegal? O es usted un mentiroso o nos toma a los españoles por tontos. O las dos cosas. Por cualquiera de ellas dimitiría un político decente, siguiendo su mismo baremo de exigencia.

¿Y pretende que le creamos ahora cuando dice que no va a haber referéndum ilegal? No Señoría, ahora para usted la ley es castigo, el Estado de derecho venganza, y la Constitución es revancha.

Para usted dar un golpe de Estado es concordia, liquidar la igualdad es convivencia y romper la unidad nacional es reencuentro… con los delincuentes imagino. Para usted traicionar a la Justicia es «un nuevo camino»… será a la perdición. Dice que hay que «pasar página» pero lo que hace es arrancarla del artículo 2 de la Constitución.

Habla de una «segunda Transición», pero arremete contra la mitad de España, y actúa de caballo de Troya de los que quieren destruirla. Habla de amplio consenso, pero solo tiene 120 escaños, el resultado más mediocre de un presidente del Gobierno en la historia, completado por toda la alineación radical del parlamento.

Habla de forjar «un nuevo país», que es lo que dijo Azaña en 1932 para aprobar el estatuto de Esquerra, pero en el 37 se dio cuenta de su error y denunció su deslealtad cuando ya era demasiado tarde. Señorías, hablando de memoria histórica, la Guerra Civil fue el enfrentamiento entre quienes querían la democracia sin ley y quienes querían la ley sin democracia.

Y nuestra Constitución es el pacto por el cual no puede haber democracia sin ley, ni ley sin democracia.

Exactamente lo mismo que aprendieron los países europeos frente al fascismo y el comunismo cuando fundaron la Unión Europea. Los españoles ya dialogamos, ya nos reencontramos, ya hicimos posible la convivencia y la concordia. No hay que volver a hacerlo, sólo hay que conservarlo. No se le pide demasiado.

Sr. Sánchez, díganos. ¿Qué es eso de que antes tocaba castigo y ahora perdón? ¿Es que Su Persona también es ahora juez? ¿No ha leído el informe del Tribunal Supremo?

Pues dice que «los indultos son inaceptables ante una actitud democrática y que pulverizan la convivencia, que no hay la más mínima prueba de arrepentimiento, ni motivos de Justicia, de equidad ni de utilidad pública, pero sí una clara intención de reincidir». Parece ser que su partido ha pasado de manchar las togas con el polvo del camino a rebozarlas en barro.

Mientras, sus muy honorables socios salieron de la cárcel amenazando a España. Cuixart la daba por derrotada, Junqueras la ve débil gracias a usted y Aragonés se plantó ayer en Moncloa diciendo que está empecinado en la independencia, en la amnistía y en el fin de la represión.

Será la que ejercen ellos contra los constitucionalistas. Debería saber usted, ahora que se ha convertido, que el perdón exige examen de conciencia, arrepentimiento y propósito de enmienda.

O si prefiere quedarse en los dogmas laicos, recuerde a Tomas y Valiente que tasó los indultos para cuando se piden, se arrepienten y se acata la Constitución. Nada de eso han hecho sus colegas del lazo amarillo.

Salga del síndrome de Estocolmo que le hace aplaudir cuando los independentistas dan plantón al Jefe del Estado, porque aceptan sentarse con él, los muy magnánimos. O sea que, igual que del secuestrador depende la supervivencia del secuestrado, usted a los separatistas los necesita para seguir en el Falcon. Nos ha quedado muy claro.

Lo malo es que ya han anunciado cuál es el rescate que le exigen: impunidad para seguir delinquiendo en el ataque a la Nación. Pero abandone toda esperanza, no se lo vamos a permitir. Sr. Sánchez. Decía Julián Marías que no hay que intentar contentar a los que no se quieren contentar.

Sus autoindultos legitiman un delito continuado, un error histórico que no resuelve nada más que su supervivencia en el poder unos meses más. Es decir, que salva un problema personal a costa de convertirlo en un problema de Estado. Qué valiente, que audaz. Con los indultos no acaba nada, sino que empieza todo.

Ha regalado el primer indulto de la historia no por arrepentimiento sino con amenaza de reincidencia. Menuda agenda del reencuentro. Ha convertido el derecho de gracia en un golpe de gracia al Estado de Derecho, y todo por un plato de lentejas.

Ha subastado España en una mesa de despiece para poder veranear un año más en Doñana. Nos sale usted demasiado caro. Pero se ha metido en un campo de minas del que no saldrá indemne.

El pago de estos indultos será su finiquito como presidente y el epitafio del PSOE constitucional.

Señorías, Pedro Sánchez negocia la soberanía y la hacienda con defensores de terroristas, delincuentes y golpistas que nos siguen llamando bestias taradas a los españoles.

Además de darles indultos pretende que paguemos su malversación y corrupción asaltando el Tribunal de Cuentas, como ya ha hecho con la Fiscalía, el Consejo de Estado, la Comisión Nacional del Mercado de Valores  (CNMV), la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia de España (CNMC) y pretendió hacer con el Consejo General del Poder Judicial. No tiene límites.

Y además amenaza ostensiblemente para que se sepa que están dispuestos a romper todas las reglas, incluso el procedimiento constitucional de elección, como registraron ayer sus socios.

Eso es mandar una cabeza de caballo a la cama de cada consejero. Vaya concordia, Sr. Sánchez. ¡A dónde estará yendo usted para que el Estado de derecho sea una piedra en su camino!

Las piedras de las que habla forman el muro de la libertad frente a los delincuentes, forman el camino de la concordia que los españoles llevamos cuarenta años recorriendo juntos y del que usted quiere apartarnos a empujones.

Usted se ha convertido en un rey Midas averiado que degenera todo lo que toca.

No hay institución que esté a su alcance que no corrompa. Y las que le quedan lejos, como el Consejo de Europa, las contamina por letón interpuesto.

Ha desertado de la promesa que le dio acceso al cargo. Y hay algo peor que desertar por convicción: que es desertar por interés.

Sr. Sánchez. No estamos «ante la suma de cálculos errados de todos», ni ante una realidad «que no queremos ninguno, pero que hemos hecho entre todos», como dijo usted en el Gran Teatro El Liceo.

Humíllese cuanto su dignidad le permita, pero no trate de humillar a los demás convirtiéndonos en culpables de nada.

Ni los catalanes ni el resto de los españoles somos responsables de actos que han merecido una pena de cárcel.

La responsabilidad y los cálculos errados eran solo de ellos. Y desde ahora gozan de la complicidad de usted, que ha decidido ponerse de su parte y privar a los españoles de su Justicia y de su ley.

Puede usted verter una catarata de almíbar en cada frase, pero eso no va a ocultar que la culpa tiene nombres propios.

Ser nacionalista no da derecho a incumplir la ley, ni siquiera cuando le interesa a usted.

Si estos indultos (al Procés) son legales, ¿por qué se esfuerza en afirmar que la ley no puede ser un obstáculo a la política? ¿Y qué clase de política piensa hacer usted si encuentra un obstáculo en la ley?

No olvide que cuando se han enfrentado la democracia a la ley han surgido los regímenes más terribles de la historia.

El acto de votar, igual que los medicamentos, sana la convivencia cuando se produce conforme a lo prescrito, pero puede causar daños severos cuando se prescinde de ese requisito.

Señor Sánchez, usted no ha decidido ni afrontar el problema ni buscar la concordia como también ha dicho hoy aquí.

No arregla el problema que el secesionismo supone para España, sino que arregla los problemas de los secesionistas.

Y lo hace con la esperanza de que ellos le arreglen a usted el problema que más le urge: dar continuidad a la legislatura más estéril que se recuerda.

La radicalidad que sufrimos la han creado ustedes para lograr en el extremo los apoyos que no logran en el centro.

De los polvos del Tinell llegan los lodos de la cárcel de Els Lladoners. Usted ha otorgado un indulto, pero ha razonado una amnistía, cumpliendo ya con la infame declaración de Pedralbes.

Está impulsando un cambio de régimen con una mutación constitucional por la puerta de atrás, destruyendo las bases de nuestro sistema de convivencia y desarmando al Estado.

Por eso quiere recuperar el Estatuto ilegal: para invalidar al Tribunal Supremo en Cataluña y legalizar los referéndums, además de rebajar el delito de sedición (que por cierto aprobó el PSOE en 1995), amputar la efectividad de las sentencias del Tribunal Constitucional, y hasta hacernos pagar la malversación de Waterloo (Bélgica -los gasto del fugado de la Justicia Carles Puigdemont en Waterloo-).

Pretende borrar todo rastro del delito y sus consecuencias penales, económicas, políticas y sociales, y provoca el desprestigio internacional de España para lograr su propósito.

Prefiere cambiar el sistema para seguir gobernando, antes que ser oposición en el sistema que todos nos dime en 1978.

De su mano, el golpismo ha dejado de ser un delito para convertirse en un buen negocio.

Sr. Sánchez, el independentismo ha retomado su viaje a ninguna parte con usted de copiloto. No es cierto que la Constitución avale esta medida, sino todo lo contrario.

La nuestra no es una democracia militante: casi cualquier idea se puede defender a condición de que se haga con respeto a las leyes, los procedimientos y las instituciones.

Pero si no se respetan esos procedimientos y la idea que se defiende es que no hay que respetarlos, la democracia debe defenderse. Porque la nuestra no es una democracia suicida.

No hablamos de una idea. Hablamos de delitos consumados, juzgados y condenados, y de la voluntad de volver a cometerlos.

Privar de sus derechos fundamentales a los que discrepan no es algo que se pueda defender por la vía democrática, porque la vía democrática no llega hasta la estación del totalitarismo.

Dicho de otro modo, la democracia no admite la idea de su propia destrucción.

Pero usted ha ofrecido que en lugar de romper España ellos solos, la disuelvan con usted. Esto es lo que aporta como gran avance: disolución en lugar de fractura.

Pero nosotros decimos no a la fractura nacionalista y decimos no a la disolución socialista de España.

Señorías, la Constitución no es un recuerdo venerable, sino que es nuestra ley de leyes; y por tanto nuestra libertad, la de hoy, la de ahora. Y nuestra convivencia y nuestra concordia, la de hoy, la de ahora.

Sus socios pretenden la destrucción de la democracia en Cataluña. Ese es su verdadero objetivo. Romper España es solo instrumental para lograr eso, porque mientras Cataluña sea española no podrán.

Cataluña es libre porque es española, y ellos lo saben. Quieren que deje de ser española para que deje de ser libre.

Pero usted ha puesto en la calle a quienes han sido condenados por hacernos extranjeros en nuestro propio país. Los libera, los corteja, los defiende y hasta les pide perdón.

Alienta el insulto a nuestro Estado de Derecho dentro y fuera de España.

Y lo hace porque se lo han exigido como rito de humillación y para recordarle quién manda.

Es usted el hombre de paja de los nacionalistas, razona y se expresa como un nacionalista más. Pero les ha faltado tiempo para enseñarle el mechero en cuanto han salido a la calle.

Aprendan de una vez que Cataluña es de todos los españoles y España es de todos los catalanes.

Señorías, la concesión de los indultos trampa supone el abandono del gobierno a los catalanes constitucionalistas que el 8 de octubre del 2017 salieron a la calle a pedir ley y orden; y a los españoles que 5 días antes nos emocionamos con nuestro Rey; y a la España de los balcones que exigía respeto y convivencia.

El independentismo estaba derrotado desde la aplicación del artículo 155, pues sabían que el Estado estaba dispuesto a defenderse con todos sus medios, pero Sánchez lo ha revivido para pactar su supervivencia con ellos, como Zapatero revivió a los batasunos para pactar las suya con ellos.

Usted solo dialoga con los desleales, con los herederos de los asesinos de 850 inocentes (entre ellos 14 socialistas) con defensores de dictaduras bananeras, y con separatistas.

¿Usted se imagina (al presidente de Francia) Emmanuel Macron pactando con los defensores de los terroristas del Bataclan? ¿O a Kennedy dialogando con los segregacionistas en vez de mandar a las tropas federales a Mississippi en 1962?

La mesa que usted retomó ayer es un insulto a España: la amnistía solo cabe tras las dictaduras, y la autodeterminación solo se admite en territorios colonizados según Naciones Unidas. ¿Para usted España es una dictadura y Cataluña es una colonia?

Ha preferido dejar en la estacada a la mayoría silenciosa de catalanes para meter en su sala de máquinas a los chicos de la gasolina. Porque quiere que unos agiten el árbol para recoger usted las nueces, como siempre, otra vez.

Pero todos han visto ya que era usted como una matrioska que escondía a los independentistas y batasunos dentro. Y ya no está Pablo Iglesias para echarle la culpa. El radical es usted.

Por eso ahora defiende abiertamente la plurinacionalidad; Iceta, la confederación; su delegada del gobierno, la república catalana; y el PSC el derecho a decidir. ¿Pero a decidir qué y quién? ¿La separación de Cataluña de España, o de Barcelona de Cataluña, o de Badalona de Barcelona?

¿Y quién es tan catalán para decidir por todos los españoles? ¿El que nació en Cataluña, o también su padre, y su abuelo, y su hijo, o quien paga impuestos allí, o está empadronado allí?

El sanchismo ha devorado como Saturno al socialismo constitucional y del viejo PSOE ya no quedan ni las raspas.

Ha cruzado el Rubicón, ha echado la suerte en manos de los que quieren destruir España, y ha quemado las naves al llegar a la orilla del independentismo.

Y encima pretende desacreditar a los afectados. Sr. Sánchez, para usted que un enfermo mental mande por correo una navaja es el regreso del fascismo, pero que la Guardia Civil concluya que un Comités de Defensa de la República (CDR) con capacidad operativa busque información para atentar contra miembros del Partido Popular, entre ellos yo, es una exageración.

Y lo más grave es que cuando salió esta información en plena campaña electoral de noviembre de 2019 y pusieron escolta a los empresarios incluidos en ese informe, mi jefe de gabinete llamó al suyo para preguntar si había algún político del PP en la lista y lo negó rotundamente.

Se ve que estaban demasiado ocupados desenterrando dictadores muertos hace medio siglo como para ocuparse de terroristas que quieren atentar ahora.

Al parecer del admisible jarabe democrático pasamos al tolerable agente termita. Solo si es contra el PP claro.

Por todo ello, anuncio que hemos recurrido al Tribunal Supremo la concesión de estos indultos, como partido político que representa a millones de españoles afectados en su soberanía con este atropello democrático, y a miles de catalanes que han visto atacado su patrimonio, su libertad, su seguridad y su convivencia en la escuela, el trabajo o los servicios públicos. ¡Basta ya! Sr. Sánchez. ¿Tan elevado concepto tiene de su persona para dinamitar 4 décadas de concordia y de progreso?

Se cree más importante que España, pero no lo es, no pasará de un pie de página en la historia democrática, un desafortunado paréntesis que durará poco.

Ha preferido vivir de rodillas al independentismo antes de que defender de pie la Constitución.

Y con esta decisión se convierte usted en parte del problema y en una de las cabezas de la agenda soberanista.

Hoy, ha dicho aquí una verdad, para variar: «No se puede empezar de cero, pero sí de nuevo». Por su culpa volverán a declarar la independencia, y el Estado tendrá que volver a aplicar la Ley, pero esta vez lo haremos sin sus cartas marcadas, garantizando el cierre de las estructuras ilegales y la neutralidad pública el tiempo que haga falta.

En ese galimatías que se han montado sobre la condicionalidad o revocación de los indultos ya le digo que cuando gobernemos se cumplirán todas las penas impuestas por nuestra Justicia independiente.

Por cierto, no sé qué pensarán los miles de encausados por su participación en el procés que no ha indulta. También para eso es elitista su izquierda caviar, lo hace con los jefes con votos para mantenerle en el poder.

Señorías,

El problema de España no es que falte libertad, sino que se negocia con aquellos que atentan contra las libertades.

Lo que necesitamos no es que España llegue a ser una democracia plena, pues ya lo es.

Necesitamos que algunos de sus socios lleguen a ser demócratas pues no lo son.

No se puede premiar a una minoría que violenta las normas y emplea a su antojo las instituciones públicas para privar de derechos al resto.

La respuesta no puede ser ofrecer una España a gusto de quienes la quieren deshacer.

Sr. Sánchez, usted sigue en oscuras maniobras de salón de alta sociedad, nosotros con la España real, con las clases medias y trabajadoras que quieren ser dueños de su destino, al margen del yugo clientelar del Boletín Oficial del Estado (BOE) y los fondos repartidos a dedo.

Usted está entregando España a los nacionalistas y nosotros queremos ponerla de nuevo en manos de los españoles.

Usted está con el privilegio, nosotros con la igualdad, usted va por lo suyo, nosotros con lo de todos, usted crea españoles de segunda, nosotros haremos posible una España de primera.

Sra. Presidente, acabo ya.

Este año se cumple un siglo de la España invertebrada de Ortega, que lamentaba la desarticulación nacional por la inacción del Gobierno ante los nacionalistas.

Para que la historia no se repita, España debe despertar y ya lo está haciendo.

Debemos reafirmar el proyecto constitucionalista en Cataluña, que es el de toda España y el de toda Europa: para que la sociedad catalana recupere la libertad y superen la opresión nacionalista.

Debemos defender todos los derechos de todos los españoles empezando por los que viven en Cataluña.

Derrotaremos a los golpistas cuando entiendan que jamás nos cansaremos de defender la ley.

Son ellos los que deben perder la esperanza, no nosotros.

Si lo vuelven a hacer, volveremos a derrotarlos. No hay plan más eficaz que este: fortalecer nuestra determinación y acabar con su delirio. Lo contrario de lo que hace usted.

Y en cuanto lleguemos al Gobierno pondremos en marcha un plan de fortalecimiento del Estado, tipificando el referéndum ilegal, la rebelión impropia sin violencia, prohibiendo los indultos a delitos contra la Constitución, y creando el delito específico de desobediencia a las resoluciones del Tribunal Constitucional.

Además, acabaremos con el adoctrinamiento educativo, la propaganda en medios de comunicación y la acción exterior separatista.

Y garantizaremos la libertad de elegir la lengua en la enseñanza, en la administración y el espacio público.

Y en paralelo, recuperaremos la prosperidad y la calidad de los servicios y las infraestructuras con las inversiones y la financiación que hagan falta, para la mejora de la vida de los ciudadanos no de las administraciones nacionalistas que ya han malgastado mil millones de euros en el procés con el resultado de 7.000 empresas trasladadas y medio millón de parados.

Sr. Sánchez. España es generosa, pero no ingenua; es tolerante, pero no débil; es magnánima, pero no cobarde. La magnanimidad la ofrece el vencedor, y usted ha concedido la derrota.

Le dieron a elegir entre el deshonor y el conflicto, eligió el deshonor y tendrá el conflicto. Ya lo vio a las puertas de la cárcel y en su despacho ayer.

Es usted presidente de España gracias a todos los que quieren destruirla, y eso es ya todo lo que es. No se puede caer más bajo.

Para nosotros ningún español vale más que otro. Nazca donde nazca, viva donde viva y tenga lo que tenga. Tenemos la misma dignidad todos, los mismos derechos y un voto cada uno.

Por eso, si quiere cambiar lo que es de todos los españoles, tendrá que dejar opinar a todos los españoles.

Dimita, disuelva el Parlamento y convoque elecciones, solo así podrá, quizás, indultarle la historia.

Muchas gracias.