El 25S no arroja luz sobre la gobernabilidad en España y pasa el testigo al Comité Federal del PSOE

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FOTOGRAFÍA. GALICIA AÑO 2016. El líder del PSOE Pedro Sánchez durante un mitin en Galicia. Afp.

lasvocesdelpueblo y rtve – La decisión de Pedro Sánchez es la clave para ir o no a las terceras elecciones. Mal resultado para Ciudadanos, que no entra ni en el Parlamento vasco ni gallego. Mariano Rajoy sale reforzado con la mayoría absoluta de Alberto Núñez Feijóo. Podemos ‘sorpassa’ al PSOE por partida doble: en Galicia y en el País Vasco. Descalabro del PSOE, que decidirá su estrategia en un Comité Federal decisivo. Madrid (España), domingo 25 de septiembre de 2016. Fotografía: El líder del PSOE Pedro Sánchez durante un mitin en Galicia. Archivo Afp.

Desde la investidura fallida del líder del PP, Mariano Rajoy, el pasado día 2, hasta este 25 de septiembre, fecha marcada en el calendario electoral del País Vasco y Galicia, los partidos se habían dado una tregua en relación a las negociaciones para formar Gobierno para volcarse en estas dos comunidades autónomas.

La ingobernabilidad en España y las diferentes visiones para superar la situación han estado presentes en los mensajes de los principales líderes políticos, que tienen que tomar posiciones definitivas a partir de este lunes para evitar o no las terceras elecciones generales.

Se inicia un periodo decisivo para la formación de Gobierno con una fecha tope: el 31 de octubre. Algo más de un mes para negociar, ir a una nueva ronda de consultas con el rey, proponer éste a un candidato y poner fecha a la investidura. Si no hay Ejecutivo formado para entonces, se convocarán elecciones generales en España para diciembre.

Y la primera fecha clave en este periodo que ahora se abre es el próximo sábado con la celebración del Comité Federal en el PSOE, que marcará un antes y un después.

Impulso para el PP y descalabro para el PSOE

La lectura nacional de los resultados de este domingo en Galicia y País Vasco, dado el bloqueo en la política nacional, es obligatoria. Ningún líder nacional ha comparecido en la noche electoral para valorar los datos. Ni los triunfadores en clave nacional: Mariano Rajoy y Pablo Iglesias; ni los perdedores: Pedro Sánchez y Albert Rivera.

El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, sale reforzado tras la mayoría absoluta de Alberto Núñez Feijóo en Galicia, que le da un empujón de cara a la recta final y legitima para seguir intentando formar gobierno.

Lo contrario le pasa al líder socialista, Pedro Sánchez, que ha visto desde Ferraz, en otra noche electoral aciaga, cómo su partido pasaba a la tercera posición en Galicia y en el País Vasco se desplomaba hasta la cuarta, igualando en País Vasco su peor resultado histórico.

Debacle electoral que no hará más que complicar la situación de Sánchez en el seno de su partido, en el que muchos cuestionan su estrategia y liderazgo. El secretario general del PSOE, con unas encuestas en la mano que finalmente se han confirmado, desvinculó estos resultados de las negociaciones para formar un Gobierno que no se resiste a presidir.

Podemos, por su parte, ha obtenido buenos resultados en ambas comunidades y se convierte en segunda fuerza y líder de la oposición en Galicia, con su marca En Marea; y en tercera en País Vasco, por detrás de PNV y EH Bildu. El ‘sorpasso’ al PSOE, que no pudo ser en las pasadas elecciones generales, se consuma en estos territorios y la formación de Pablo Iglesias recupera el pulso político que había perdido durante este verano y tratará de marcar el paso a los socialistas.

En pleno debate interno sobre la identidad de Podemos y sobre cómo gestionar su relación con el PSOE, habrá que ver, por tanto, cómo afecta este adelantamiento electoral en ambas comunidades a las más que posibles negociones de Gobierno entre Sánchez e Iglesias. En pleno recuento este domingo, el líder de Podemos ha reconocido tener «muchas dudas» sobre cómo negociar con el PSOE.

La peor parte de este 25S se la lleva Ciudadanos, que no se sentará ni en el Parlamento vasco ni en el gallego. La formación de Albert Rivera insistirá en su intento de hacer de nexo de unión entre PP y PSOE y tratará de evitar comicios generales, aunque su fuerza es poca para decantar la balanza y estas elecciones ponen de manifiesto su escasa fuerza en algunos territorios del país.

El apoyo al PNV podría ser moneda de cambio en el Congreso

Una de las opciones en las que confiaba el PP para que Rajoy salga victorioso en una nueva sesión de investidura es sumar el apoyo del PNV, claro vencedor en las elecciones vascas. La suma PP, Ciudadanos y Coalición Canaria- quienes ya dieron su apoyo al ‘popular’ en la investidura fallida- junto con el PNV sumarían 175 votos (a uno de la mayoría simple en una segunda votación).

En este sentido, Rajoy miraba a los comicios vascos como posible moneda de cambio, de tal manera que si el PNV necesitaba al PP para mantener el gobierno autonómico del País Vasco, éstos pudieran pedir, a cambio, apoyo en el Congreso de los Diputados. Esta opción se ha ido desdibujando durante la campaña con mensajes de los nacionalistas, que prefieren ir de la mano del PSE, antes que de la del PP, en las instituciones vascas.

Finalmente, el peneuvista Iñigo Urkullu necesitará apoyos para ser proclamado nuevo presidente autonómico vasco. En el caso de optar por el PSE, Sánchez podría jugar la baza del apoyo de los nacionalistas vascos al PSOE en una posible investidura.

¿Se moverán las posiciones de los partidos para formar Gobierno?

Los partidos no se han movido de sus posiciones iniciales de cara a la formación de Gobierno durante esta precampaña y campaña electoral y no parece que los resultados en estas elecciones autonómicas vayan a hacer mover sus fichas en el tablero nacional. PP y Ciudadanos abogan por la gran coalición junto con el PSOE para que Rajoy gobierne, mientras que Pedro Sánchez se mantiene firme en el ‘no’ al líder ‘popular’ y Podemos presiona a Sánchez para que elija compañero de viaje: PP o la formación morada.

En el PSOE no se ha respetado la tregua durante la campaña y ha estallado la guerra entre el aparato de Ferraz, que se mantiene en ese claro y rotundo ‘no’ a la abstención, y la mayoría de barones socialistas, que sí quieren facilitar el gobierno ‘popular’.

Podemos también se ha distraído algo del objetivo de captar votos en Galicia y el País Vasco y ha abierto una brecha entre las diferentes corrientes y las estrategias políticas a seguir, principalmente en lo que se refiere a su relación con el PSOE y en su estilo, precisamente de cara a captar el voto: dar miedo (que defiende Iglesias) o seducir ( que defiende el secretario político, Iñigo Errejón).

Mientras, el PP se mantiene en su idea de trasladar toda la presión a Pedro Sánchez para que le permita gobernar con su abstención. Su victoria en las elecciones generales de diciembre de 2015 y de junio de este año es su principal argumento para pedir al PSOE el apoyo. A buen seguro, unirán el impulso dado por Feijóo con la mayoría absoluta conseguida.

Rajoy, aupado por la mayoría absoluta de Feijóo

Mariano Rajoy anunció incluso antes de ir a su investidura fallida que volvería a intentarlo en caso de fracasar. Dijo que podía ser antes de las elecciones vascas y gallegas, pero ni de lejos se han dado las condiciones para intentarlo.

Esta misma semana el líder ‘popular’ afirmó que trataría de nuevo de llegar a un acuerdo con el PSOE pero reconoció que la interlocución con Pedro Sánchez es difícil y que las cartas ya están sobre la mesa: «El PSOE tiene que decidir si vamos a terceras elecciones» es el mensaje que repiten los ‘populares’ constantemente. Si hay que volver a las urnas, solo quieren apuntar a un culpable: Pedro Sánchez.

El PP dice que quiere evitar elecciones- y confía ese extremo en que los ‘barones’ frenen las pretensiones de su líder- pero Rajoy se ha venido arriba en los mítines gallegos y vascos y se ha mostrado convencido de que si finalmente hay elecciones, el PP volverá a ganar «sin duda alguna».

El triunfo electoral en Galicia servirá a los ‘populares’ para olvidar un mes difícil que arrancó en plena investidura fallida con la propuesta de José Manuel Soria como director ejecutivo del Banco Mundial, que finalmente tuvo que desechar tras el escándalo creado; y con la decisión del Tribunal Supremo de abrir causa contra la exalcaldesa de Valencia y senadora Rita Barberá, que se vio obligada a darse de baja en el PP.

No le espera un otoño fácil en el ámbito judicial con la celebración de algunos de los juicios que más daño podrían hacerle: el caso Gürtel, la presunta financiación ilegal en el PP o el caso de las ‘tarjetas black’.

Sánchez se prepara para la guerra interna tras el 25S

Pedro Sánchez se mantiene firme en el ‘no’ al PP y a Mariano Rajoy y no parece que vaya a cambiar de postura, a juzgar por los mensajes lanzados en los últimos mítines e intervenciones. Ha dado un paso más para postularse como opción de Gobierno con los «partidos del cambio», esto es, Podemos y Ciudadanos. Opción que ya exploró y que fracasó.

No ha cedido a las múltiples presiones desde diferentes ámbitos, ni siquiera a la de las voces en el seno de su partido que le piden que se abstenga y haga oposición porque «con 85 diputados no se puede gobernar», tal y como le espetó la presidenta de Andalucía, Susana Díaz, en plena campaña electoral. Mensajes muy parecidos le han hecho llegar, más en público que en privado, casi todos los ‘barones’ y presidentes autonómicos socialistas.

Tras la cita de este domingo con las urnas, el PSOE se enfrenta el próximo sábado a una cita más que crucial en el partido con la convocatoria del Comité Federal, que decidirá qué posición tomar de cara a la gobernabilidad de España y evitar las terceras elecciones con una hoja de ruta que no parece fácil de alcanzar dadas las discrepancias profundas que existen.

Sánchez no tira la toalla y ya ha anunciado que planteará en el cónclave socialista formar un Gobierno alternativo a Rajoy y, para ello, reclama a Podemos y Ciudadanos trabajar juntos. Son muchos los líderes territoriales- Guillermo Fernández Vara (Extremadura), Susana Díaz (Andalucía), Emiliano García Page (Castilla-La Mancha), Chimo Puig (Valencia), Javier Lamban (Aragón) y Javier Fernández (Asturias)- los que quieren frenar a Sánchez en sus intenciones. Solo cuenta con el apoyo, a nivel territorial, del PSC, el PSOE de Baleares y el PSE.

La opción del Gobierno transversal con la formación de Pablo Iglesias y Albert Rivera es prácticamente imposible por la incompatibilidad manifiesta de los partidos morado y naranja. Solo quedaría la opción de la suma PSOE, Podemos y partidos nacionalistas e independentistas, que fue precisamente la línea roja marcada en el anterior Comité Federal, y que desde el PP y Ciudadanos califican de «disparate».

Podemos logra el deseado ‘sorpasso’ al PSOE en plena crisis de identidad

No logró su sueño en las elecciones generales pero ha sido posible en estos comicios, y por partida doble. Podemos ha superado al PSOE en Galicia; y también en el País Vasco, donde ya ganó las elecciones generales.

¿Modificará esto las posiciones del partido morado a la hora de encarar con el PSOE una posible negociación de Gobierno? Lo cierto es que el debate ya estaba abierto incluso antes de conocer los resultados electorales y algunos- sector ‘pablista- abogan por tratar al PSOE de igual a igual y solo permitir que gobiernen si entran ellos en ese Ejecutivo y otros- sector errejonista– apuestan por impulsar un gobierno socialista, incluso sin entrar en él.

Podemos tendrá que centrarse ahora en negociar con el PSOE para hacer presidente a Pedro Sánchez y dejar de lado guerras de poder internas como la que gesta en Madrid con varias corrientes tratando de hacerse con el poder en la comunidad- clave para el poder en el partido a nivel nacional.

Iglesias ya no niega a Ciudadanos sentarse en la mesa de negociación con PSOE y Podemos y aceptaría esa abstención, pero no ve posible negociar con la formación de Rivera y prefiere mirar a partidos catalanes, algo por lo que difícilmente pasarán los ‘barones’ territoriales socialistas.

Ciudadanos, el comodín que usó tanto Mariano Rajoy como Pedro Sánchez, para firmar pactos de investidura convertidos en papel mojado, se ha llevado un jarro de agua fría y tendrá que reorientar su posición de cara a unas posibles terceras elecciones.