El Gobierno de Podemos (Ada Colau) y PSOE retira el escudo de Juan Carlos I del obelisco de Plaza del Cinco de Oros de Barcelona

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FOTOGRAFÍAS. PLAZA CINCO DE OROS DE BARCELONA (ESPAÑA), 17.04.2021. El Ayuntamiento de Barcelon, gobernado por el Podemos y PSOE continua con sus ataques ideológicos contra la Monarquía española,en su campaña llamada 'Primavera Republicana', con la retirada de una placa de homenaje al rey emérito Juan Carlos I en Plaza Cinco Oros de la ciudad. Lasvocesdelpueblo (Ñ Pueblo)

Redacción – «Este elemento se añadió a posteriori y queda descontextualizado en un emplazamiento diseñado inicialmente para poner en valor la República y homenajear el presidente de la Primera República española, Francisco Pi y Margall». Así defienden desde el Gobierno municipal socialcomunista pro separatismo del Ayuntamiento de Barcelona de la extrema izquierda ‘Barcelona En Común (Podemos) y Partido de los Socialistas Catalanes (PSC), que es la marca del PSOE en la Comunidad autónoma de Cataluña. Barcelona (España), sábado 17 de abril de 2021.

Esta actuación da continuidad a la política ultraisquierdista municipal de retirar los homenajes a la monarquía española y devolver la simbología original en la plaza del Cinco de Oros y su monumento.

«La retirada se enmarca en la celebración de la Primavera Republicana que este año conmemora el 90 aniversario de la Segunda República española», ha explica el consejal portavoz de la Comisión de Memória História de los grogres (progresistas).

El concejal de Memoria Democrática de la extra izquierda, Jordi Rabassa, ha atendido a los medios de comunicación este mediodía en la misma Plaza Cinco de Oros tras el ataque cultural de ultraizquierda, enalteciendo en sus afirmaciones el republicanismo de ultraizquierda y alegando «Primavera Republicana», campaña del régimen totalitario que gobierno la ciudad de Barcelona (Podemos -Barcelona en Común- y PSC -PSOE-).

El obelisco de la Plaza Cinco de Oros, en el distrito del Eixample, conserva un escudo del rey emérito, Juan Carlos I, en su base.

«Este elemento está descontextualizado en un espacio que actualmente tiene una denominación recuperada de la tradición popular como es la del Cinco de Oros y que, históricamente, fue ideado para poner en valor la República y recordar al presidente de la Primera República española, Francisco Pi y Margall», explican desde el Gobierno municipal socialcomunista de Podemos y PSOE.

Por este motivo, y coincidiendo con la conmemoración del 90 aniversario de la proclamación de la Segunda República, el Ayuntamiento de Barcelona ha decidido retirar este escudo del monumento para dar continuidad al proceso ya iniciado en esta plaza con el cambio de nombre que se dar el año 2017, cuando dejó de ser la plaza de Juan Carlos I para convertirse en la Plaza Cinco de Oros.

Una vez retirado, este elemento se trasladará a dependencias municipales para conservar la pieza.

Desde la concejalía de Memoria Democrática se considera que este elemento, además de estar «descontextualizado en este espacio, demuestra los privilegios con los que aún cuenta la monarquía y, en un momento como este, se quieren reivindicar los valores republicanos y recuperar origen popular del arte público y el nomenclátor de la ciudad».

Este escudo se colocó en 1981, cuando la plaza pasó de llamarse plaza de la Victoria a llevar el nombre del monarca del momento, Juan Carlos I, en agradecimiento a su papel en el golpe de Estado de 1981.

Durante la Segunda República, el Ayuntamiento quiso colocar un monumento en el cruce del Paseo de Gracia y la avenida Diagonal que debía homenajear la nueva República y Pi y Margall. Los arquitectos municipales Adolf Florensa y Joaquim Vilaseca presentaron el proyecto de un obelisco de 19 metros de altura que debía culminar una estatua de la República y, en la base, tendría un medallón de homenaje al presidente de la Primera República.

El concurso lo ganaron el escultor Josep Viladomat con su pieza «La Llama» y José Pié por su medallón de Pi y Margall. En 1934 se colocaron a su emplazamiento y 1939 tanto la escultura como el medallón fueron retirados por las fuerzas franquistas para dejar paso a la Victoria de Frederic Marès. Estos se escondieron en un almacén municipal en la calle Wellington, con otras esculturas, y desde el año 1990 ambas piezas vuelven a lucir el nuevo monumento a Pi y Margall y en la República de la plaza de la República de Nou Barris.

Una plaza con una «larga historia de recuperación de la memoria democrática», según la ultraizquierda

La plaza del Cinco de Oros «es un claro ejemplo de cómo se puede ir imponiendo un relato de la historia por encima de otras y también de cómo con voluntad política esta situación puede revertirse y se pueden recuperar los orígenes populares de determinados lugares», dicen fuentes municipales de ultraizquierda.

En 1934 se erigió en la rotonda central de esta plaza, ubicada en el Paseo de Gracia con la avenida Diagonal, una estatua dedicada a la República. Esta estaba encabezada por la estatua Llama, de Josep Viladomat, y contaba con un medallón en la base, obra de Joan Pié, que homenajeaba el presidente de la Primera República, Francisco Pi y Margall.

En 1939, el Ayuntamiento franquista eliminar los componentes republicanos del monumento, transformó la columna en un obelisco militar y encargó a Frederic Marès una escultura alusiva al triunfo militar, que perduró hasta 2011 cuando se retiró de este emplazamiento en cumplimiento con la Ley de Memoria Histórica.

En 1990, tanto la escultura republicana de Josep Viladomat como el medallón de Pi y Margall se trasladaron a la plaza de Llucmajor, ahora bautizada con el nombre de plaza de la República, y que queda enlazada con la nueva plaza del Cinco de Oros para una historia que expresa el conflicto memorial del espacio público.

El nombre de la plaza también ha sufrido cambios. En el año 1981 el espacio fue bautizado como plaza de Juan Carlos I. No fue hasta el año 2017 que el gobierno municipal optó por devolverle a este emplazamiento el nombre popular con el que los barceloneses llamaban este espacio a principios del siglo XX, el Cinco de Oros. Esta denominación tiene su origen en la instalación de una rotonda central y cuatro isletas alrededor que recordaban la figura del cinco de oros del juego de cartas.

En el momento del cambio de nombre, también se instaló un atril de memoria para recordar la historia de este emplazamiento.

Retirada de la «Medalla de Oro de la Ciudad» al rey emérito Juan Carlos I

El pasado mes de octubre de 2020 el Pleno de Consejo Municipal del Ayuntamiento de Barcelona, de mayoría nacionalsocialista-separatista, aprobó la retirada de la Medalla de Oro de la ciudad al rey emérito Juan Carlos I.

Esta revocación está regulada en el Reglamento de honores y distinciones del Ayuntamiento de Barcelona si «las personas que son titulares hacen actos o manifestaciones contrarios a los motivos que justificaron su concesión, o que si los hubieran hecho en el tiempo del otorgamiento no lo hubieran permitido».

En el informe justificativo para la retirada de la medalla, incluido en el expediente, se hacía referencia a la serie de polémicas acumuladas los últimos años en torno a la figura de Juan Carlos I como la participación de incógnito a una cacería de elefantes, especie amenazada, en Botswana en 2012; la renuncia de Felipe VI en marzo de 2020 a la herencia de su padre y la retirada de la asignación económica al rey emérito, como medida de distanciamiento a cualquier operación económica que pudiera cuestionar la legitimidad y la ética de la Corona; y su marcha de España este verano de forma opaca, y su establecimiento en los Emiratos Árabes Unidos, régimen totalitario donde está reportada la reclusión arbitraria, tortura, desaparición forzada de personas y con una legislación que discrimina a las mujeres,criminaliza la homosexualidad y políticas abusivas y de explotación laboral de las personas migradas.

Tal y como recogía el informe, estos hechos ponen en cuestión su integridad ética y moral como ciudadano y como servidor público, la integridad de sus acciones mientras disponía de los privilegios asociados a su cargo, la gestión de los presupuestos públicos que le eran asignados, la transparencia y la coherencia entre su discurso público y sus actividades.

Estos comportamientos no atienden al principio de ejemplaridad y «estímulo para la realización de acciones que conllevan un beneficio para la comunidad» que representan los Honores y Distinciones del Ayuntamiento de Barcelona.