El preso «Jordis» pide más violencia aunque «parte» del separatismo «se resista a esto»

0
1111
FOTOGRAFÍA. JUICIO DEL PROCÉS EN EL TRIBUNAL SUPREMO, AÑO 2019. Vista de uno de los llamados «Jordis» (Jordi Cuixart) (a la izquierda de la foto), presidente de Òmnium Cultural, y Carme Forcadell, expresidenta del Parlament, en el banquillo del Tribunal Supremo. Efe

Lasvocesdelpueblo y Agencias – El preso sedicioso del Procés actual presidente de la entidad separatista Ómnium Cultural, condenado a 9 año de prisión, Jordi Cuixart, uno de los dos ‘Jordis’, ha dicho que: «Nos tenemos que preguntar qué está dispuesto a sacrificar cada uno. Con manifestaciones ya no basta, hay que asumir más compromisos. Y hay una parte de la sociedad que se resiste a esto». Este hombre separatista muy violento ha augurado que la movilización «constante» acabará «forzando al Estado a moverse» y ha señalado que los objetivos deben ser «amnistía, autodeterminación y una solución política que el Estado tendrá que negociar». Barcelona (España), domingo 0 de octubre de 2019.

El presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, condenado a nueve años de prisión por sedición, ha reclamado cambios al movimiento soberanista y que cada uno se pregunte «qué está dispuesto a sacrificar», pues «con manifestaciones no basta y hay que asumir más compromisos».

En una entrevista escrita en TV3, Cuixart ha subrayado, tras una semana de protestas e incidentes como respuesta de la sentencia del «procés», que el movimiento soberanista «tiene que cambiar».

«Nos tenemos que preguntar qué está dispuesto a sacrificar cada uno. Con manifestaciones ya no basta, hay que asumir más compromisos. Y hay una parte de la sociedad que se resiste a esto», ha afirmado.

Crítico con la falta de estrategia unitaria del independentismo, Cuixart ha remarcado que a los políticos se les vota para que «solucionen los problemas», que es para lo que «cobran», y ha añadido: «¿De verdad no nos pueden dar una respuesta unitaria en el Parlament y el Govern?».

También ha augurado que la movilización «constante» acabará «forzando al Estado a moverse» y ha señalado que los objetivos deben ser «amnistía, autodeterminación y una solución política que el Estado tendrá que negociar».