Barcelona (España), lunes 18 de septiembre de 2023 (Luis Torres Piñar).- A propósito del repentino interés que el sátrapa Pedro Sánchez Pérez Castejón quiere demostrar por su compromiso con el nazi carles Puigdemont Casamajò y los filoetarras, al solicitar en el Parlamento Europeo relativo a que se permita utilizar las lenguas cooficiales: el catalán, el euskera y el gallego, es bueno recapacitar en algo…
El sátrapa Sánchez se ha ofrecido incluso a pagar él el coste de los traductores. Está tan convencido de ser el próximo presidente de la III República española que sus alteradas neuronas cerebrales le confunden. En todo caso seríamos los españoles, todos los españoles, los que pagaríamos, por duplicado, semejante malhadada presentada en España, ya lo hacemos; y en Europa está por ver.
Las lenguas son para entenderse y su diversidad enriquece a aquellas naciones que han sabido cuidarlas y mantenerlas e inteligentemente han preservado el idioma común para facilitar el entendimiento por ende la unidad. Ahora bien, recordemos a Moshe Rabbenu (Moisés) cuando describe en el libro del Génesis, que al quedar prácticamente extinguida la humanidad tras el diluvio universal, los únicos seres humanos que subsistieron hablaban en un solo idioma. Entonces, por mor del entendimiento, acordaron desplazarse hasta la llanura de Senar en Mesopotamia para alcanzar el cielo por medio de una gran edificación. Disgustado «Yahveh» (Dios), con esos insensatos, tomó la decisión de confundirlos con diferentes idiomas, así al no entenderse, desistieron de su intención. Precisamente esa némesis es la pretendida por el sátrapa Sánchez y sus deletéreos socios fascistas, intentando confundir con el uso de las diferentes lenguas en España e intenta reforzar su «cruzada» también en Europa.
Divide y vencerás
Reconociendo que el inglés es el idioma más hablado en el mundo por delante del chino y el indio; después es con más de 500 millones de hispanohablantes, los que nos comunicamos con este idioma común. Curiosamente resulta que en Europa los idiomas predominantes en el Parlamento Europeo, son el inglés, francés y alemán, amen que cada representante puede hacerlo en su idioma vernáculo.
No coge desprevenido, pero sí ahonda en la percepción del sentimiento español reinante en todos los presidentes habidos en España desde que entró en el Parlamento Europeo. Resulta curioso que ningún representante español haya propuesto tras el «brexit» británico, que dada su separación voluntaria de la comunidad europea, sea el español el idioma que deba suplirlo por su implantación en el mundo entero, con diferencia tanto del francés como del alemán.
No es de extrañar; los «Padres de la Constitución Española de 1978» ya se plegaron entonces al fascista Jordi Pujol Soley, al admitir y declarar que la lengua oficial del Estado español es el castellano y no el español… ¡Si no somos capaces de imponernos en nuestra propia Nación, qué vamos a pedir en Europa!
En fin, es de esperar que los socios europeos no se dejen embelesar por los cantos republicanos del sátrapa Sánchez y le diga que la sumisión que les debe prestar a sus socios fascistas en nada compromete al resto de los europeos. No quiero que se me entienda mal y dar que pensar en el sentido que niego la mayor, al estar del lado de neutralizar las ansias idiomáticas de los catalanes, vascos, gallegos y otros muchos más idiomas que tenemos y disfrutamos de su riqueza en España, pero debemos atender y guiarnos por «Yahveh», que en su infinita inteligencia dividió a los que se afamaban unidos en su interés de alcanzar el «reino» de los cielos.
Metáfora a parte, el intento fascista ha tenido el éxito esperado en el Parlamento español y esperan alcanzar su zenit con el reconocimiento de su independencia que cada día la sienten más alcanzable.
A todo ello, constatar que no conocemos la opinión del rey Felipe VI; ya echo de menos que no se haya anunciado su presencia en ninguna de las manifestaciones convocadas contra la amnistía y otras futuras prebendas. Lo cual, a pesar de todo, los españoles ya lo consideramos normal. Prefiero pensar que al no acudir los fascistas a su llamada para posibles nuevas consultas, no encargará la tarea al sátrapa Sánchez de buscar los apoyos para formar gobierno… De hecho, ese sería su deber ante los españoles conociendo los planes de futuro de los que nos hacen partícipes los propios fascistas.
Ahí lo dejo…
Luis Torres Píñar
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