Un cuarto de siglo de traslados de imágenes, previa de la «Semana Santa» 2019

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FOTOGRAFÍA. MÁLAGA (ESPAÑA), SEMANA SANTA 2018. Vista de varios caballeros legionarios desfilando con el santísimo «Cristo de la Buena Muerte» en las calles de Málaga con el motivo de «Semana Santa» 2018. Efe

Efe – Entre los primeros y más sonados traslados que se dieron en la ciudad, ha situado el del Cristo de la Buena Muerte, perteneciente a la Congregación de Mena, que más que traslado -precisa- que se trata de una ceremonia que cada año congrega a una multitud de personas, aunque en este caso es el mismo Jueves Santo. Málaga (España), jueves 11 de abril de 2019.

Los traslados de imágenes de Semana Santa a modo de procesiones más reducidas llevan asentados en Málaga no más de un cuarto de siglo y supone para la ciudad una «previa» -que cada año congrega a más personas- de lo que vendrá a partir del Domingo de Ramos.

El responsable de Comunicación de la Agrupación de Cofradías de Semana Santa malagueña, Francisco García, ha señalado a Efe que este fenómeno, que se da en Málaga por sus tronos procesionales de gran tamaño y dotados de varales para ser portados, ha evolucionado mucho en los años y ya son «auténticas procesiones».

El volumen de los tronos -que va en aumento- originó en los años de posguerra que las cofradías no pudieran montarlos en las iglesias, por lo que se comenzaron a hacer bajo estructuras metálicas recubiertas de toldos que se colocaban en mitad de las calles conocidas como «tinglaos», según ha explicado García.

Ha añadido que una vez montados los tronos, las cofradías trasladaban las imágenes «liadas en mantas» hasta los tinglaos en furgonetas o a pie, hasta que llegó el momento en que algunas de las hermandades pensaron en hacer una pequeña procesión para «dignificar» este momento.

Así nacieron lo que hoy conocemos como traslados, que no son más que procesiones de corta duración en las que suele participar una banda de música de acompañamiento al trono o a las «andas» -pequeños soportes que facilitan el transporte de las imágenes, aunque en lugar de tinglaos, se dirigen a sus casas de hermandad.

A estos traslados les acompañan fieles tanto en la comitiva de la procesión como fuera de ella a modo de espectadores, cuyo número crece en estas especie de «previas».

En el cortejo participan algunos de los enseres de la hermandad, y se utiliza incienso para perfumar las calles, tal y como se hace en Semana Santa.

«Se puede entender como una manera de calentar motores de cara a la procesión, la cofradía se va haciendo notar en la calle y manifiesta que están de preparativos. Es un anticipo de lo que luego será el día de la procesión, una prueba, un llamar la atención, un culto más», ha manifestado García.

Entre los primeros y más sonados traslados que se dieron en la ciudad, ha situado el del Cristo de la Buena Muerte, perteneciente a la Congregación de Mena, que más que traslado -precisa- que se trata de una ceremonia que cada año congrega a una multitud de personas, aunque en este caso es el mismo Jueves Santo.

Otros de los más concurridos es el del Cautivo, según ha afirmado García, que actualmente se realiza en la mañana del Sábado de Pasión, pero que durante muchos años supuso el comienzo de la jornada de Lunes Santo.

Además de los traslados, García ha apuntado que hay una nueva modalidad de éstos que está en auge, las entronizaciones, un acto en el que se coloca a las imágenes en el trono, lo que se solía hacer en intimidad y ahora hay una tendencia a abrirlos al público.

La magnitud de estos traslados ha llegado a tal punto que las televisiones locales hacen transmisiones en directo.

Estas «mini procesiones» comenzaron el pasado 5 de abril, nueve días antes del comienzo oficial de la Semana Santa, que tendrá lugar el próximo 14 de abril, Domingo de Ramos.

Hay días en los que se concentran un buen número de traslados, caso del denominado Domingo de Pasión (el pasado día 7 de abril) que hubo ocho o este Viernes de Dolores que habrá doce. Por Paula Olmo