Carta de la mujer de un cabo del Ejército español

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CAPITANÍA DEL EJÉRCITO EN BARCELONA (ESPAÑA), 5.1.2018. Pascua Militar de 2018. Soldados del Ejército listos para la parada milita ante la sede de la Inspección General del Ejército Capitanía de Barcelona, Paseo de Colón número 14 (Barcelona), momentos antes la llegada del Teniente General con el motivo d ela Pascua Militar de 2018. Lasvocesdelpueblo (13).

Redacción – La esposa del héroe nacional se llama Erika Velasco y ante la injusticia de los despidos masivos al cumplir 45 años en el Ejército, denuncia: «No es justo que tras toda una vida al servicio de su país ahora este le corresponda de esta manera, se irá sin cotizar los años mínimos para la pensión, sin garantías de obtener trabajo en otra cosa y con un margen de 20 años para cotizar lo que le queda (…) Quiero añadir mi granito de arena para que se conozca la situación que viven muchos militares que como mi marido, firmaron el contrato de larga duración». Barcelona (España), martes 4 de septiembre de 2018. fotografía: CAPITANÍA DEL EJÉRCITO EN BARCELONA (ESPAÑA), 5.1.2018. Pascua Militar de 2018. Soldados del Ejército listos para la parada milita ante la sede de la Inspección General del Ejército Capitanía de Barcelona, Paseo de Colón número 14 (Barcelona), momentos antes la llegada del Teniente General con el motivo d ela Pascua Militar de 2018. Lasvocesdelpueblo (13).

Así apunta Velasco en su carta abierta a la sociedad española, a la que Ñ Pueblo Lasvocesdelpueblo ha tenido acceso este domingo, 2 de septiembre de 2018.

La carta

«España, domingo 2 de septiembre de 2018

Buenas tardes, quiero añadir mi granito de arena para que se conozca la situación que viven muchos militares que como mi marido, firmaron el contrato de larga duración.

Lleva 16 años de servicio y dentro de 11 le echarán a la calle… y efectivamente se irá con una mano delante y otra detrás…como un ciudadano de segunda.

Le gusta ser militar, es un buen militar y aunque le hemos insistido muchas veces para que haga los exámenes para otros cuerpos de seguridad del Estado, donde le tratarán a efectos laborales como debiera ser, él quiere ser militar.

No es justo que tras toda una vida al servicio de su país ahora este le corresponda de esta manera, se irá sin cotizar los años mínimos para la pensión, sin garantías de obtener trabajo en otra cosa y con un margen de 20 años para cotizar lo que le queda (y este es el mejor de los casos ya que el entró con 18 años)… después de aprovecharse de su juventud lo tirarán… está es la situación de muchos y aunque le quedan 11 años y aún no le vemos las orejas al lobo como otros que están a un paso de irse, creo que es el momento de tomar cartas en el asunto e intentar cambiar esta situación tan injusta.

En cualquier trabajo este «compromiso» sería impensable, sería tildado de discriminatorio, y si fuera una expulsión masiva tendría más repercusión pero como se van con cuenta gotas parece que no es un problema.

No entiendo la pasividad de muchos de los que están en esta situación, sin expectativas, serán lanzados a un mundo laboral civil agónico donde ni los jóvenes más preparados encuentran su sitio.

Más compañerismo y valor creo que solucionaría algo, deberíamos unirnos, somos muchas familias y podríamos cambiar este despropósito donde sólo cabe que se regularice su situación.

Nada de parches o exámenes de permanencia irrisorios.

Erika Velasco compañera de un cabo del ejército español.

#45 Sin Despidos»

La Plataforma militar ’45 sin despidos’ ha comentado la carta y ha dado las «gracias» a la esposa del cabo que sirve al pueblo español.

«Tras las declaraciones en Facebook de la mujer de un Soldado, y más tarde la publicación de un video de otra mujer más indignada por la situación sufrida por los militares, me llegó a nuestro al correo oficial de la presidencia de #45SinDespidos un testimonio que me gustaría plasmar, haciendo ver que no solo sufrimos los Soldados, que detrás de esos uniformes hay personas, familias, y muchas historias que contar», han dicho del la ejecutiva de ’45 Sin Despidos’.

«Solo puedo dar las gracias a Erika por lanzarse a escribir su experiencia personal y animo a todas esas mujeres y maridos de militares que por miedo a represalias no levantan la voz», sentenciaron.