El 78% de las presas en Cataluña son madres

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Unas 200 internas de la prisión de mujeres de Wad-Ras han pintado con colores vivos la zona infantil en la que juegan sus hijos y las áreas comunes de la cárcel. Efe

Efe – En la presentación del informe, el director general de servicios penitenciarios, Armand Calderó, ha manifestado que el Departamento de Justicia está abordando la «perspectiva de género en las prisiones» y ha explicado que han iniciado un proyecto, a largo plazo, para construir una prisión femenina en la Zona Franca de Barcelona que facilitaría la «centralización» de las reclusas y las visitas de los familiares. Barcelona (España), lunes 19 de marzo de 2018. Fotografía: Unas 200 internas de la prisión de mujeres de Wad-Ras han pintado con colores vivos la zona infantil en la que juegan sus hijos y las áreas comunes de la cárcel. Efe

El 78 % de las mujeres reclusas en prisiones catalanas son madres y de media tienen dos hijos, mientras que en la población no privada de libertad la tasa de natalidad se sitúa en un hijo, según un informe del Consejo de la Abogacía Catalana (CICAC) y la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB).

En la presentación del informe, que analiza las condiciones de las mujeres presas en Cataluña, su autora, Carmen Navarro, profesora de derecho procesal de la UAB, ha manifestado que el colectivo femenino se encuentra «invisibilizado» en el sistema penitenciario, ya que solo hay un 6,8 % de mujeres presas, que son 567 de un total de 7.791 reclusos.

Los hechos delictivos más habituales por los que han sido condenadas son delitos contra la salud pública y contra el patrimonio y la duración de las penas está polarizada entre las que son inferiores a un año y las que superen los 5 años.

El perfil general de una presa catalana es el de una mujer de 18 a 40 años (58 %), que se encuentra soltera o separada (77 %) y que es madre (78 %).

Además, 8 de cada 10 reclusas reconocen haber sufrido actos de violencia antes de la comisión del delito y también tienen una gran incidencia en la adicción a las drogas, como el colectivo masculino privado de libertad.

La mayoría de las reclusas son mujeres de nacionalidad española, aunque en el informe se destaca que un 37 % son extranjeras y que hay una sobrerrepresentación de mujeres de etnia gitana.

Tras hacer una radiografía del perfil de las mujeres que se encuentran en prisiones catalanas, el informe aborda la cuestión de la maternidad, ya que la gran mayoría de las reclusas tiene hijos y, según ha podido constatar Navarro, tan solo un 20 % de los padres se hacen cargo de ellos.

Las presas pueden tener a sus hijos en prisión, en módulos especiales, hasta que cumplen los tres años.

A partir de ese momento, los familiares se hacen cargo de ellos o son destinados a centros de acogida y, según los datos recopilados, la mayoría de los hijos son cuidados por los abuelos maternos.

El informe hace énfasis en la necesidad de conseguir entornos adecuados para la vista de los hijos a las prisiones, puesto que la mayoría de las mujeres considera que el ambiente de los locutorios o de las salas de vis a vis familiares no son el lugar más idóneo para un niño.

Además, el hecho de que la población femenina en las prisiones sea menor que la de los hombres implica que no haya tantos centros penitenciarios y que las mujeres se encuentren lejos de donde reside su entorno familiar.

La autora del informe ha explicado que los niños con madres reclusas se han calificado como los «huérfanos de la justicia», porque no han cometido ningún delito, pero se convierten en «víctimas invisibles» de la justicia que, además, tienen «hasta seis veces más posibilidades de delinquir».

En las conclusiones del informe, Navarro propone que el órgano judicial tenga en cuenta si una condenada tiene hijos a su cargo para decidir sobre la imposición de una pena de prisión o de una medida penal alternativa.

En la presentación del informe, el director general de servicios penitenciarios, Armand Calderó, ha manifestado que el Departamento de Justicia está abordando la «perspectiva de género en las prisiones» y ha explicado que han iniciado un proyecto, a largo plazo, para construir una prisión femenina en la Zona Franca de Barcelona que facilitaría la «centralización» de las reclusas y las visitas de los familiares.