El poeta que no sabía euskera

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FOTOGRAFÍA. PAÍS VASCO (ESPAÑA), AÑO 2019. El terrorista líder de la banda terrorista ETA durante la masacre terrorista de Hipercor (Barcelona), actual coordinador general de la formación proetarra EH Bildu, Arnaldo Otegui. Efe

Aprovechando que estamos confinados en casa, la plataforma Movistar estrena una serie sobre la creación de la banda terrorista ETA. Serie de 6 episodios que desde una perspectiva humanista en el tratamiento de los personajes, subyace la tentación sibilina de blanquear la trayectoria inicial de unos jóvenes liberadores de la opresión franquista. Pero el guión adolece de credibilidad con un casting deficiente, el nulo acento vasco al hablar y la escasa profundidad psicológica de los terroristas que actúen de forma chapucera y sin rigor, quedando todo en mero telefilm plano. 

Resulta paradójico que, el líder y cerebro de los primeros etarras, fuera un inmaduro y atolondrado idealista defensor de los supuestos derechos históricos del pueblo vasco. Pues no habla la lengua que dice reivindicar con soflamas comunistas, rancias como el propio Lenin. Un profesor universitario de nuevas tecnologías que desconoce la cultura vasca. Imagino que el personaje se ajusta a la historia real, pero es que además, el supuesto apoyo logístico y financiero lo ejerce en el exilio dorado francés un señorito adinerado que vive en un palacio renacentista. Un elegante y relamido burgués con los revolucionarios, increíble oiga.

Me parece una historia moralmente tan disparatada, como que ese líder necesite las anfetaminas para matar y escribe poesías. Destaca sobre todo el excelente trabajo de Antonio de la Torre (Melitón Manzanas), cuya trayectoria era censurable aunque nadie tenga derecho a quitar la vida a otro. En aquella dictadura se practicaba la tortura y la represión, nunca la justificaré aunque el Sr. Ortega Lara podría darnos una versión escalofriante de su cautiverio de más de 500 días por ETA. La Iglesia vasca, creo que está muy bien retratada, dando consejos y acogiendo u ocultando a terroristas que ejercían la violencia con fines políticos, tras sesenta años poco ha cambiado esa iglesia que sacaba los muertos, víctimas de ETA, por la puerta trasera de los templos, en aquellos «Años de Plomo». ¿Lo recuerdan?

Como bien apunta el epílogo de la serie televisiva, la llegada de la democracia indultó a los presos etarras, pero ellos siguieron asesinando posteriormente con más crueldad incluso, «unos agitaban el árbol, para que otros recogieran las nueces», como sostenía el ínclito Arzallus, presidente del PNV. Es cierto que ETA se disolvió hace unos años. El resultado es que los que apoyaron el terrorismo (Bildu), están gobernando en muchas instituciones. Cuando en una sociedad se homenajea a los asesinos y verdugos, confundiéndolos con (gudaris «soldados») por la libertad, mientras quedan por resolver más de 300 asesinatos impunes, es evidente que algo va mal.

Antonio Morales Sánchez

Tarragona (Cataluña) a 15 de abril de 2020