El separatismo arropa a sus golpistas a gritos: «Ni un paso atrás, No estáis solos, Independencia»

0
582
Paseo Luis Companys de Barcelona, lunes 6 de febrero de 2017. Juicio del golpe de estado separatista del 9N. El presidente de la Generalidad de Cataluña, Carles Puigdemont (c) , y la presidenta del Parlamento autonómico de Cataluña, Carme Forcadell (i) , junto al resto de los miembros del Gobierno catalán , junto al expresidente Artur Mas, a la exvicepresidenta Joana Ortega y la exconsejera Irene Rigau (d) , en el Arco del Triunfo en el Paseo de Lluis Companys, camino del Tribunal de Justicia de Catalunya (TSJC) donde se les juzga por los delitos de desobediencia grave y prevaricación al mantener la consulta separatista del 9N, pese a que el Tribunal Constitucional la había suspendido cinco días antes. Efe.

Lasvocesdelpueblo y Agencias – Y es que el separatismo se cree de verdad por encima de la Ley en Cataluña. Llegan tarde al Tribunal porque deben primero montar su teatrillo secesionista. Mas Ortega y Rigau andan muy lentamente para escuchar: «Ni un paso atrás», «No estáis solos» o «Independencia» de la galería separatistas hoy en el paseo Luis Companys de Barcelona. Los encausados golpistas separatistas catalanes, Artur Mas, Joana Ortega ye Irene Rigau llegan con retraso al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) para iniciar el juicio por el golpe de estado de 9N de 2014 que impulsó el propio gobierno del delincuente Artur Mas desoyendo a la democracia: sentencia del tribunal Constitucional. Barcelona (España), lunes 6 de febrero de 2017. Fotografía: Paseo Luis Companys de Barcelona, lunes 6 de febrero de 2017. Juicio del golpe de estado separatista del 9N. El presidente de la Generalidad de Cataluña, Carles Puigdemont (c) , y la presidenta del Parlamento autonómico de Cataluña, Carme Forcadell (i) , junto al resto de los miembros del Gobierno catalán , junto al expresidente Artur Mas, a la exvicepresidenta Joana Ortega y la exconsejera Irene Rigau (d) , en el Arco del Triunfo en el Paseo de Lluis Companys, camino del Tribunal de Justicia de Catalunya (TSJC) donde se les juzga por los delitos de desobediencia grave y prevaricación al mantener la consulta separatista del 9N, pese a que el Tribunal Constitucional la había suspendido cinco días antes. Efe.

La Fiscalía pide diez años de inhabilitación para Mas —y nueve para Ortega y Rigau—, una pena que la acusación popular ejercida por los sindicatos policiales SPP y UFP y Manos Limpias pide elevar a 12 años y que, en ambos casos, impediría a los procesados ejercer cualquier cargo público durante el tiempo de condena.

El expresidente catalán Artur Mas y las exconsejeras Joana Ortega e Irene Rigau han llegado a las 9.25, con casi media hora de retraso, a las puertas de la sede del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), acompañados de Carles Puigdemont y su Gobierno catalán, para iniciar el juicio por el 9N de 2014.

Sobre las 8.20 horas, los tres acusados han salido del Palacio de la Generalidad de Cataluña, arropados por el Gobierno catalán en pleno y cargos electos de las fuerzas separatistas, para dirigirse lentamente y a pie hasta el Palacio de Justicia de Barcelona, en cuyos alrededores les esperaban miles de personas para expresarles su apoyo con gritos de ánimo como «Ni un paso atrás», «No estáis solos» o «Independencia».

Mas, Ortega y Rigau encabezaban la comitiva, al lado de Puigdemont, el vicepresidente del Gobierno catalán, Oriol Junqueras, y la presidenta del Parlamento de Cataluña, Carme Forcadell, seguidos de cargos de Juntos Por el Sí, la CUP y la izquierda parásita morada separatista catalana denominada los ‘comunes’ de Ada Colau y Xavier Domenech y por supuesto Lluís Rabell.

Además, apoyados a lo largo del trayecto por personas que han acudido a mostrar su rechazo al juicio por la consulta del 9N, que hacían ondear trapos del odio separatista catalán contra el resto de catalanes y toda España conocidos como ‘Estrelladas’ y cantaban » «L’estaca» del cantante separatista y actual diputado autonómico de Juntos Por El Sí, Lluís Llach, o «Los Segadores», himno oficial de Cataluña convertido hoy en día en himno separatista.

A la altura del Fossar de les Moreres, en el barrio del Born de Barcelona, la comitiva se ha detenido para cantar el himno catalán, acompañados por miembros de La Coronela, agrupación que recrea una histórica milicia encargada de la defensa de la ciudad de Barcelona en 1714 frente a las tropas borbónicas.

El separatismo exhibe trapos secesionistas y carteles con lemas como «Las urnas no se juzgan» al paso de sus golpistas Artur Mas, Ortega y Rigau

Sobre las 9.05, la cabecera de la marcha ha pasado por debajo del Arco de Triunfo, en el Paseo de Lluís Companys, decorado con un gran cartel con el lema «Love democracy» (Ama la democracia) colgado por la Asamblea Nacional Catalana (ANC), Òmnium Cultural, la Asociación de Municipios por la Independencia (AMI) y la Asociación Catalana de Municipios, entidades convocantes de la movilización separatista.

Este último tramo hasta las escalinatas del Palacio de Justicia, en el mismo Paseo de Lluís Companys, lo han recorrido lentamente, entre los vítores y los gritos de odio y rencor contra el resto de catalanes y toda España «Independencia» de los miles de congregados que han respondido a la convocatoria de las entidades separatistas, muchos de los cuales exhibían los trapos secesionistas de JxSí y CUP, la estrellada, y carteles con lemas como «Las urnas no se juzgan» o «Votar es democracia».

Antes de entrar en la sede del TSJC, Mas, Ortega y Rigau han subido a una tarima para saludar a los asistentes a la concentración y expresarles su agradecimiento, aunque no han tomado la palabra.

Los tres encausados, que estaban citados a las 9.00 horas, han llegado pues con cerca de media hora de retraso al TSJC, donde entre hoy y el viernes serán juzgados por los delitos de desobediencia grave y prevaricación al mantener la consulta del 9N pese a que el Tribunal Constitucional la había suspendido cinco días antes.

La Fiscalía pide diez años de inhabilitación para Mas —y nueve para Ortega y Rigau—, una pena que la acusación popular ejercida por los sindicatos policiales SPP y UFP y Manos Limpias pide elevar a 12 años y que, en ambos casos, impediría a los procesados ejercer cualquier cargo público durante el tiempo de condena.