Agencias – La situación de los trabajadores y las trabajadoras en Cataluña ha empeorado de forma progresiva desde 2008 y tuvo su peor año en 2015, según el Índice de Calidad de Trabajo de Cataluña, que analiza el mercado laboral catalán desde 2006 hasta 2016 y que ha sido presentado este miércoles, 09 de agosto de 2017, por UGT. Cataluña (España), jueves 10 de agosto de 2017. Fotografía: Los antiespañoles, Puigdemont (CDC) y Junqueras (ERC), presidente y vicepresidente de la Generalidad de Cataluña respectivamente. Archivo Efe.
«Tenemos un mercado de trabajo absolutamente anémico que lo único que permite a los trabajadores catalanes es sobrevivir y malvivir», ha asegurado la vicesecretaria del área externa de UGT Cataluña, Laura Pelay.
El índice, que es la primera vez que se presenta, ha sido elaborado a partir de treinta indicadores, que miden la calidad del trabajo y están agrupados en cuatro dimensiones: acceso y mantenimiento al mercado laboral, condiciones laborales, protección social de la ocupación y brecha de género.
La suma de los indicadores da como resultado la nota de cada una de las dimensiones y determina el promedio por cada año, que sirve para comparar luego los once años analizados y posicionarlos en una escala de mejor a peor año.
En el índice, el año que tuvo mejor nota promedio y la primera posición en el ránking fue 2008, el mismo año del estallido de la crisis financiera, mientras que 2016 se sitúa en la 9º posición de calidad del mercado laboral en comparación con los otros años analizados.
En concreto, la dimensión peor valorada del 2016 es la referente a la protección social, situándose como el segundo peor año en este sentido.
«El gasto social por persona en paro ha bajado una media de 157 euros en estos años de crisis. La protección social por desempleo, que tendría que haber actuado como cojín en estos años de crisis y que tendría que haber salvado a las personas, no ha actuado como tal», ha destacado Pelay.
En cambio, 2016 se sitúa como el cuarto mejor año en cuanto a la brecha de género, que según Pelay se debe a «un efecto perverso», pues «aunque parezca que la brecha de género mejora», en realidad lo que ha ocurrido es que «mucha de la precariedad que antes afectaba solo a mujeres ahora afecta al conjunto de la población».
Pelay ha destacado, entre el resto de indicadores, que la tasa de ocupación de los menores de 25 años, «el colectivo que se ha visto más afectado por el paro», ha bajado alrededor de 22 puntos.
Además, según Pelay, en 2016 los hogares con todos sus miembros en paro han llegado hasta las 186.000 familias, un hecho que «aumenta el riesgo de pobreza de la población catalana».
«Existe una reducción general de la población activa por efecto desánimo. Hay muchísima gente que se ha resignado a no encontrar trabajo y que por sí mismos se han hecho fuera del mercado», ha asegurado Pelay.
La vicesecretaria del área externa de UGT Cataluña ha señalado como dato preocupante que en 2016 «no hay ningún indicador que apruebe», lo que evidencia que «la precariedad es algo estructural en nuestro mercado de trabajo».
Pelay ha destacado que Cataluña se encuentra «en una situación de emergencia y de alerta roja», pues aunque «es evidente que hay más ocupación» las reformas laborales «han hecho que se incremente la tasa de parcialidad» y que «el peso de los salarios en la riqueza nacional caiga desde el 2009».
«La crisis no es cosa del pasado, porque la gente malvive en sus hogares. EL PP tiene que decidir si seguir maquillando datos o hacer que la gente de este país viva mejor. Por eso esperamos que en septiembre se deroguen las regulaciones laborales que nos han llevado hasta aquí», ha concluido Pelay.
