La diplomacia logra un acuerdo para que Irán no se haga con armas atómicas

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Vista general de la rueda de prensa celebrada en el ámbito de la reunión sobre el programa nuclear iraní en Viena (Austria). EFE
EFE – Casi trece años después de revelarse que Irán desarrolló durante 18 años un programa nuclear secreto de intenciones sospechosas, la diplomacia se ha apuntado hoy un tanto al lograr un histórico acuerdo que pretende garantizar que Teherán no fabrique la bomba atómica. Irán abre un «nuevo camino» con el mundo tras el acuerdo nuclear con Occidente; Netanyahu dice que el mundo es ahora «un lugar mucho más peligroso»; Obama advierte de que vetará cualquier ley que torpedee el acuerdo con Irán; y la comunidad internacional celebra el acuerdo con Irán que abre una nueva era. <Fotografía: Vista general de la rueda de prensa celebrada en el ámbito de la reunión sobre el programa nuclear iraní en Viena (Austria), hoy, martes 14 de julio 2015. Foto/ Efe>. 

Un día histórico. Así coincidieron hoy en Viena al anunciar este acuerdo los ministros de Exteriores de Irán, Mohamad Yavad Zarif, y de Estados Unidos, John Kerry, los principales actores de unas conversaciones que se han prolongado durante casi dos años de tediosa, complicada y, por momentos tensa negociación. Un acuerdo que, en palabras de Zarif «no es perfecto para nadie» pero es lo que se han conseguido «y es un logro importante». Negociando frente a Irán han estado, además de EEUU, los otros países con derecho a veto en la ONU (China, Francia, Reino Unido y Rusia) y Alemania. Kerry y Zarif, representantes de dos países sin relaciones diplomáticas desde 1980 y que se siguen considerando mutuamente como «el gran satán» y un miembro del «eje del mal», destacaron que este acuerdo muestra lo que se puede lograr con la diplomacia y el diálogo y abre esperanzas a la solución de otros conflictos.

El acuerdo se ha concretado en un documento de más de 100 páginas cuya redacción ha costado miles de horas de discusión de cientos de expertos en siete capitales. Pese a su complejidad, el contenido puede resumirse en dos aspectos principales. Por el primero, Irán se compromete a reducir enormemente su programa atómico durante 10 años para que, en ese plazo, le sea imposible fabricar un arma atómica en menos de 12 meses. Para ello, recortará su programa de enriquecimiento de uranio, que no sólo fabricara mucho menos de ese combustible sino que lo hará a una pureza inferior al 3,67 por ciento, apta para aplicaciones civiles pero insuficiente para un arma nuclear.

También se deshará de la mayor parte del uranio que tiene almacenado, sólo usará su maquinaria de tecnología más antigua y destinará una de las instalaciones que usaba para enriquecer uranio sólo a la investigación. La otra vía hacia el arma nuclear, la del plutonio, quedará cortada con la remodelación de la planta de agua pesada de Arak, que quedará inutilizada para posibles usos militares. Además, todo el circuito del programa nuclear iraní, desde la extracción de uranio en la mina, a la compra de materiales en el extranjero a la maquinaria y las instalaciones, estará estrechamente vigilado por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).

«Si Irán no cumple, lo sabremos y lo sabremos rápido», tranquilizó Kerry.

Si cumple todos esos compromisos, Irán se verá recompensado de forma escalonada con el levantamiento de sanciones que ahogan su economía, especialmente las que vetan sus ventas de petróleo y la mantienen aislada de los circuitos financieros y comerciales internacionales. Se estima que el fin de las medidas de castigo liberarán unos 100.000 millones de dólares procedentes de la venta de crudo a los que Irán no tiene acceso ahora por estar congeladas en el extranjero. «Estimo que las sanciones se levantarán dentro de cuatro a seis meses, siempre dependiendo de la cooperación de Irán», advirtió el secretario de Estado norteamericano, que reconoció que esas medidas «han afectado a las vidas de los iraníes».

Además, el acuerdo contempla el levantamiento del embargo de armas convencionales dentro de ocho años o cuando el OIEA confirme con toda rotundidad la naturaleza exclusivamente pacífica de las actividades nucleares de Irán, lo que puede durar varios años. En caso de que Irán incumpla su parte, se aplicaría un mecanismo para que las sanciones vuelvan a estar en vigor. Kerry también quiso tranquilizar a sus aliados de Israel y el Golfo Pérsico y recordó que las sanciones que se refieren a la violación de los derechos humanos, la promoción del terrorismo o el programa de misiles balísticos, seguirán en vigor.

También respondió a las críticas por parte de los sectores más conservadores del Partido Republicano en Estados Unidos, que afirman que la Casa Blanca ha cedido ante Irán. Kerry aseguró que no habido concesiones estadounidenses a Irán y que se trata de un buen pacto, que será respetado también por futuras administraciones en la Casa Blanca. «Quién sea nuestro siguiente presidente, estoy seguro que va a ver la sabiduría de este acuerdo», señaló el secretario de Estado. El acuerdo entre Irán y las grandes potencias tendrá que ser ahora refrendado por los Parlamentos de Irán y de Estados Unidos, donde la mayoría republicana puede causar problemas.

Irán abrió hoy un «nuevo camino» en sus relaciones con la comunidad internacional, particularmente con Occidente, tras el anuncio del acuerdo alcanzado con las potencias del Grupo 5+1 sobre su programa nuclear, recibido como un triunfo en el país e interpretado como un trampolín para el cambio.

Irán abre un «nuevo camino» con el mundo tras el acuerdo nuclear con Occidente

Tras 13 años de desencuentros, el pacto de Viena entre los negociadores iraníes y sus pares de EEUU, Rusia, China, Reino Unido, Francia y Alemania despertó en la República Islámica una sensación de satisfacción, particularmente entre los sectores moderados y reformistas. Éstos habían puesto muchas esperanzas en el mismo y sobre todo en el Gobierno de Hasán Rohaní, el gran triunfador con la consecución del acuerdo a nivel interno. A falta aún de la aprobación del líder supremo Alí Jameneí, cuya palabra es siempre la última en cualquier asunto político y religioso del país, pero que se da por descontada dado su apoyo continuado a las negociaciones nucleares, el acuerdo promete cambiar sustancialmente la realidad política en el país.

Al menos así lo valoró el propio Rohaní, que en una larga comparecencia en directo en la televisión pública dijo que el histórico día de hoy no era el final de nada sino el comienzo «de un nuevo movimiento, un nuevo regocijo, una nueva esperanza, un futuro mejor para los jóvenes, un movimiento más acelerado para el crecimiento y desarrollo de nuestro país». Rohaní, un clérigo chiíta de tendencia moderada que asumió el poder en agosto de 2012 con la promesa explícita de lograr una solución a la cuestión nuclear de su país, reconducir las relaciones de Irán con el mundo y mejorar la situación económica se mostró muy satisfecho con este logro, que a su juicio se basó en la premisa de que «todos ganen».

En ese sentido, el presidente presentó el acuerdo como un triunfo de la diplomacia iraní que logró preservar todos los «objetivos y líneas rojas» que se trazó antes de sentarse en la mesa de negociaciones. Así, Irán logró «que las grandes potencias anunciaran que todas las sanciones serán eliminadas» y que cancelarán «todas las resoluciones crueles y empezará unas relaciones normales en los lazos con Irán». En ese sentido, Rohaní indicó que su país estará dispuesto a cumplir completamente su parte del pacto nuclear siempre que «la otra parte» también se atenga a sus promesas.

El entusiasmo de Rohaní por el pacto fue también seguido por la inmensa mayoría de los medios de comunicación y los analistas políticos del país asiático, que alabaron el pacto y ensalzaron la labor de los negociadores, particularmente la del ministro de Exteriores Mohamad Yavad Zarif. Una de las cosas que mas destacó durante la jornada fue precisamente la ausencia de críticas al acuerdo, que no pudieron verse ni siquiera entre los habitualmente locuaces representantes de los sectores más recalcitrantes ante cualquier acercamiento con Occidente del Parlamento iraní.

En la calle las opiniones fueron más diversas, aunque siempre en una escala que iba de la indiferencia a la más completa satisfacción, ya que muy pocas personas se mostraron contrarias al acuerdo. «Estoy muy contenta por el acuerdo, pero espero que sea algo verdadero, y que al pueblo iraní se le solucionen los problemas presentes. Que las dos partes realmente cumplan su parte, aunque yo misma sospecho que lo vayan a hacer», dijo a Efe Neguin, una joven iraní. Más entusiasta se mostró Maryam, una señora mayor que consideró que el pacto será «lo mejor para todos, para el país, para el futuro de los chicos». «Se abrirán los pasos, mejorarán los lazos entre los países o los ciudadanos de los países, así que yo creo que en general la comunicación es algo bueno», dijo a Efe.

Sin embargo, varias personas a las que consultó Efe y que no quisieron identificarse fueron más críticas y señalaron que si bien el acuerdo es correcto, éste solo beneficiará al Gobierno y a los ciudadanos que ya tienen lazos con Occidente, y que es difícil que pueda solucionar los problemas de la mayoría de los iraníes.

Netanyahu dice que el mundo es ahora «un lugar mucho más peligroso»

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, dijo hoy que Irán es «el patrocinador más importante del terrorismo internacional» y afirmó que «el mundo es ahora un lugar más peligroso» tras el acuerdo con las potencias sobre su programa nuclear. En una comparecencia ante la prensa, el primer ministro israelí criticó el pacto histórico alcanzado hoy entre Irán y el G5+1, que pone fin a más de una década de conflicto abierto en torno al programa nuclear iraní. Netanyahu encabezó hoy una reunión de urgencia de su Gabinete de Seguridad para analizar las ramificaciones del acuerdo, de la que no han trascendido detalles, y mantuvo una conversación telefónica con el presidente de EEUU, Barack Obama, sobre la misma cuestión, según informaron medios israelíes.

El mandatario israelí siempre ha mostrado su oposición a un compromiso en torno al desarrollo del programa nuclear iraní por considerarlo una amenaza a la existencia de su país. Tras conocerse la firma del acuerdo hoy, Israel lo rechazó de plano y lo calificó de «gran error de proporciones históricas», mientras la comunidad internacional celebra el fruto de dos años de negociaciones lideradas por Obama. «Las potencias internacionales líderes han apostado nuestro futuro colectivo en un pacto con el mayor patrocinador del terrorismo internacional. Han apostado el que en diez años el régimen terrorista de Irán cambiará mientras se elimina todo incentivo para que así lo haga», dijo.

A su juicio, en los próximos años -plazo que el acuerdo prevé para el levantamiento de sanciones al país persa- Irán tendrá tiempo para enriquecer la capacidad de producir muchas bombas nucleares, «todo un arsenal nuclear con los medios para entregarlo», lamentó Netanyahu al augurar que Teherán mantendrá su programa nuclear. «Siempre nos defenderemos», concluía el líder, que renovó su «compromiso» de evitar que Irán se haga con la capacidad militar para fabricar armas atómicas.

Otros líderes israelíes han tildado la jornada de «día negro para todo el mundo libre», en palabras del ex ministro de Exteriores, Avigdor Lieberman, o considerado que el pacto «es como darle una cerilla a un pirómano», en las del titular de Ciencia y Tecnología, Dani Danón.

Obama advierte de que vetará cualquier ley que torpedee el acuerdo con Irán

El presidente de EEUU, Barack Obama, advirtió hoy al Congreso de su país que vetará cualquier proyecto de ley que impida la aplicación del acuerdo entre las potencias mundiales e Irán sobre el programa nuclear iraní. «No tener un acuerdo significa una mayor probabilidad de que haya más guerras en Oriente Medio», alertó Obama a los legisladores.

La comunidad internacional celebra el acuerdo con Irán que abre una nueva era

 El mundo celebra hoy el acuerdo alcanzado entre las principales potencias e Irán, que limita su programa nuclear y normaliza las relaciones diplomáticas de Teherán, en lo que aparece como el inicio de una nueva era internacional. Con la excepción de Israel, algunas monarquías árabes como Arabia Saudí y la oposición republicana en EEUU, la comunidad internacional acogió con alegría y alivio un acuerdo que ha costado dos años de negociaciones tras más de una década de abierto conflicto. «Con valor, voluntad política, respeto mutuo y liderazgo, hemos entregado lo que el mundo estaba esperando, con el compromiso compartido para la paz y uniendo manos para hacer nuestro mundo más seguro», dijo la responsable de política exterior de la Unión Europea (UE), Federica Mogherini, al anunciar el acuerdo en Viena.

Mogherini y el ministro iraní de Exteriores, Mohamad Yavad Zarif, confirmaron un acuerdo «histórico» que es «bueno para todos». Poco después, en una comparecencia en la Casa Blanca, el presidente estadounidense, Barack Obama, alababa el pacto: «Después de dos décadas de negociaciones, Estados Unidos, junto con nuestros aliados internacionales, ha logrado algo que décadas de hostilidad no han conseguido: un acuerdo integral a largo plazo con Irán que evitará que consiga un arma nuclear».

Tras asegurar que el acuerdo «no está basado en la confianza, sino en la verificación», advirtió al Congreso de EEUU de que vetará cualquier proyecto de ley que impida la aplicación del pacto. Por su parte, el presidente de Irán, Hasán Rohaní, afirmó que este acuerdo está basado en la premisa de que «todos ganen» y abre «una nueva relación» de la República Islámica con el mundo.

«Hoy no es el día del final, hoy es el día del comienzo, de un comienzo para un nuevo movimiento, un nuevo regocijo, una nueva esperanza, un futuro mejor para los jóvenes, un movimiento más acelerado para el crecimiento y desarrollo de nuestro país», aseguró en una comparecencia en directo por la televisión pública iraní. El mandatario ruso, Vladimir Putin, fue uno de los primeros en mostrar su satisfacción ante un acuerdo que va a permitir al mundo «respirar con «gran alivio» porque ayudará a «fortalecer la seguridad internacional y regional».

«Rusia hará todo lo que de ella dependa para que los acuerdos de Viena se lleven a la práctica y ayuden a un régimen de no proliferación nuclear, la creación en Oriente de una zona libre de armas de exterminio masivo y de sus portadores, así como a movilizar una amplia coalición en la región para hacer frente a la amenaza terrorista», aseguró. Para el presidente francés, François Hollande, este pacto «es muy importante» porque, más allá de que Teherán se compromete a reducir sus capacidades, habrá verificaciones internacionales y si no cumple se restablecerán las sanciones y consideró que ese compromiso, tras 12 años de negociaciones, significa que «el mundo avanza».

En la misma línea, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ensalzó el «histórico acuerdo», que consideró «una prueba del valor del diálogo». También Alemania y Reino Unido manifestaron su satisfacción por un pacto que elimina la amenaza de que Irán se haga con armamento nuclear, además de promover una mejor relación en la comunidad internacional. «Después de una persistente diplomacia y duras sanciones, la comunidad internacional ha conseguido un acuerdo histórico con Irán, un acuerdo que garantiza nuestro objetivo fundamental de evitar que Irán desarrolle un arma nuclear y que contribuirá a hacer del mundo un lugar más seguro», afirmó el primer ministro británico, David Cameron.

Hoy es «un día histórico», un «momento extraordinario», porque el acuerdo «aporta más seguridad al mundo, a la región y especialmente a los vecinos de Irán», dijo el titular de Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier. Su colega italiano, Paolo Gentiloni, se mostró «convencido» de que el pacto, «esperado desde hace mucho tiempo», conllevará «efectos positivos a nivel global y en la región, ya sea para la evolución de los diferentes escenarios de crisis o para afrontar la amenaza representada por el extremismo violento y el terrorismo»

España también recibió con satisfacción el acuerdo, cuya aplicación necesitará «la buena fe y la confianza de las partes y de toda la comunidad internacional». «El acuerdo sienta las bases para garantizar los fines exclusivamente civiles del programa nuclear iraní», señaló el Gobierno español en un comunicado. También el presidente sirio, Bachar al Asad, celebró el pacto, que será «un gran punto de inflexión» en la historia de la República Islámica, la región y el mundo. Al Asad calificó el pacto de «gran victoria y logro histórico» de Teherán y opinó que supone «un reconocimiento inequívoco de los países del mundo al pacifismo del programa nuclear de Irán, que garantiza la conservación de sus derechos nacionales».

Asimismo, el Vaticano acogió con agrado el anuncio y su portavoz, Federico Lombardi, lo valoró «positivamente». En el otro extremo, Israel criticó el acuerdo, que, según su primer ministro, Benjamin Netanyahu, es «un error de proporciones históricas» y aseguró que hará todo lo que esté en su mano para impedir que ese país tenga armas atómicas. Irán verá el camino libre para desarrollar armas nucleares y muchas de las restricciones que se lo impedían van a ser levantadas, alertó, al considerar que «este es el resultado cuando se desea un acuerdo a cualquier coste».