Efe – El jurado popular que ha enjuiciado el homicidio de María del Carmen Martínez, viuda del expresidente de Caja Mediterráneo (CAM) Vicente Sala, considera «no culpable» al único procesado y yerno de la fallecida, Miguel López, en un veredicto que se ha hecho público esta tarde. Alicante (España), lunes 11 de noviembre de 2019.
La portavoz de las seis mujeres y tres hombres ha leído ‘in voce’ a las 17.26 horas el veredicto en la sala de vistas delante de López, los abogados de las partes, numerosos amigos, la parte de la familia que ha ejercido de acusación (su cuñado Vicente Sala Martínez y la esposa de ésta) y los periodistas, tras más de 72 horas de deliberaciones secretas y en condiciones de incomunicación.
En ese instante, la mitad de la sala ha estallado en aplausos y gritos de alegría y López no ha podido ocultar su emoción antes de abandonar el edificio judicial en pocos minutos y ser recibidos entre aplausos por sus amigos a pie de calle.
El veredicto de no culpable por el crimen ha contado con seis votos contra tres, el mismo resultado con el que López también ha quedado exonerado del otro delito por el que se le juzgaba, el de tenencia ilícita de armas.
A partir de ahora, la magistrada presidenta del tribunal del jurado, Francisca Bru, tiene un plazo de entre tres y diez días para emitir la sentencia absolutoria de López.
El secretario del tribunal ha tomado la palabra antes de que se desvelara el veredicto para aclarar que una de los miembros del jurado ha sufrido una crisis de ansiedad a las 9.30 horas y que fue atendida por una médico forense que constató su «nerviosismo» y que sufría valores altos de frecuencia cardiaca.
Esta jurado explicó que, debido a la «presión psicológica» por la atención de este mediático caso, se veía «incapacitada para valorar de forma objetiva» los hechos y formar parte del veredicto, por lo que fue sustituida por uno de los dos suplentes, concretamente otra mujer.
Preguntado por Efe sobre el veredicto y sus sensaciones en el momento de pisar la calle tras abandonar los juzgados, López ha contestado con un «nada» mientras caminaba llorando y abrazado por uno de sus mejores amigos, Ricardo Sáiz, que conoce al acusado desde el colegio.
Sáiz, que ha dicho hablar como «portavoz de los amigos», sí se ha parado un minuto con los periodistas para afirmar que López ha sufrido una «presión enorme» y ha asegurado que, aunque «el tiempo robado no se puede recuperar», «los amigos estaremos ahí para ayudar a volver a la normalidad».
Además, ha agradecido la «ejemplar» labor del tribunal para explicar a las seis mujeres y tres hombres miembros del jurado «cómo debían interpretar los hechos de un procedimiento tan complicado», donde las partes coincidieron en que no había pruebas directas sino indiciarias.
«Miguel no es capaz de hacer daño a una mosca», ha recalcado Ricardo antes de abandonar atropelladamente a las varias decenas de informadores, al igual que el abogado de la defensa, Javier Sánchez-Vera, quien se ha limitado a comentar a Efe que está «muy contento».
Por su parte, el letrado de la acusación particular que ejercía Vicente Martínez Sala (cuñado de López), Francisco Ruiz Marco, ha abandonado el Palacio de Justicia visiblemente contrariado y declinando hacer comentarios.
El veredicto llega después de que el pasado viernes por la noche en torno a las 21.30 horas se alcanzara un primer veredicto que, no obstante, fue devuelto por la presidenta del tribunal, la magistrada Francisca Bru, al considerar que había errores en la argumentación.
María del Carmen Martínez falleció poco antes de las 19 horas del 9 de diciembre de 2016 de dos disparos en la cabeza recibidos en el lavadero del concesionario de automóviles de Alicante de su propiedad y que regentaba su yerno y único acusado, Miguel López.
Durante el juicio se han puesto de manifiesto las diferencias irreconciliables entre la víctima y su hijo primogénito, el referido Vicente Sala Martínez, por un lado, y las otras tres hijas de la fallecida y sus cónyuges, por otro.
Estas desavenencias tienen su origen en la gestión de los negocios familiares, con un valor de unos 120 millones de euros sobre todo por la firma de plásticos Samar, y se ha puesto de manifiesto que la víctima tenía previsto traspasar la ‘acción de oro’ a su primogénito, lo que le habría dado el control de las empresas en perjuicio de sus tres hermanas.