Podemos: Estábamos en «estado de shock en Andalucía, VOX» nos quiere «humillar»

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SEVILLA (ESPAÑA), 03.12.2018. Teresa Rodríguez comparece tras los resultados de las elecciones andaluzas 03.12.2018 La candidata a la presidencia de la Junta de Andalucía por Adelante Andalucía, Teresa Rodríguez, acompañada por el candidato a la vicepresidencia de la Junta de Andalucía, Antonio Maíllo (i), comparecen tras el escrutinio de los votos de las elecciones andaluzas. Efe

Efe – El líder de Podemos, Pablo Iglesias, por su parte, ha asegurado hoy que espera que tras la irrupción de VOX en el Parlamento andaluz, el PDeCAT y ERC «tomen nota de lo que está pasando», que «afecta mucho a la vida de los catalanes», y que contribuyan a construir una «alianza» democrática «antifascista». Por su parte, el cabeza de lista de la alianza ultraizquierdista entre la extrema izquierda Podemos y los comunistas de Izquierda Unida (Adelante Andalucía), Antonio Maillo, sobre los militantes  vándalos de su alianza que ayer coreaban el grito antifascista del «No pasarán» señalando a VOX -pisoteando así claramente la democracia-, ha afirmado que se hizo como respuesta al «estado de shock emocional» de la sociedad andaluza ante el avance de la «extrema derecha (VOX)», que tiene «un mensaje agrio, de tradición autoritaria y reaccionaria». Sevilla (España), lunes 3 de diciembre de 2018. fotografía: SEVILLA (ESPAÑA), 03.12.2018. Teresa Rodríguez comparece tras los resultados de las elecciones andaluzas 03.12.2018 La candidata a la presidencia de la Junta de Andalucía por Adelante Andalucía, Teresa Rodríguez, acompañada por el candidato a la vicepresidencia de la Junta de Andalucía, Antonio Maíllo (i), comparecen tras el escrutinio de los votos de las elecciones andaluzas. Efe

Adelante Andalucía considera que en las elecciones andaluzas han «resistido pero no cumplido» los objetivos que se marcó la nueva coalición de Podemos e IU, que en los comicios del 2015 lograron entre ambas formaciones veinte escaños y ahora han descendido a 17.

Así lo ha dicho a Efe el coordinador andaluz de IU y número dos de la coalición, Antonio Maíllo, quien defiende la nueva confluencia porque asegura que en caso de haber concurrido por separado, hubieran tenido un «desastre sin paliativos».

Por ello, ha defendido la continuidad del pacto, al que se sumaron Izquierda Andalucista y Primavera Andaluza, para las elecciones municipales de mayo próximo.

En las elecciones del 2015, entre Podemos e IU sumaron 866.559 votos y ahora han logrado 584.040, un descenso de 282.519 votos que Maíllo ha atribuido a la incapacidad de la coalición para «atraer» el voto que finalmente se ha abstenido, por lo que ha pedido una «reflexión».

En las elecciones de ayer, con la coordinadora andaluza como candidata a la Presidencia, Teresa Rodríguez, el PSOE obtuvo 33 diputados, el peor resultado de su historia, el PP 26; Ciudadanos 21; Adelante Andalucía, 17, y Vox doce.

Maíllo ha subrayado que en las elecciones de ayer no se produjo la «situación de desborde» de 2015, por lo que ha señalado que no esperaban una «suma aritmética» de los votos obtenidos entonces por IU y Podemos.

Ha señalado que Vox, que ha calificado como fuerza «reaccionaria», ha logrado la mayoría de sus votos en «feudos» tradicionales del PP.

Ante la «ola reaccionaria mundial que ha entrado en Andalucía», Maíllo ha subrayado que «el espacio de unidad» entre Podemos e IU es el «mejor para construir» y les sitúa con la opción de trabajar juntos en favor de los afectados por la crisis, y ha añadido que por separados, estarían con «incapacidad para tejer».

«No estamos para mirarnos al ombligo las organizaciones, sino de ser un instrumento útil para la gente que no está dispuesta a resignarse y que quiere construir una Andalucía de justicia social», ha añadido antes de explicar que la izquierda, o se «articula socialmente, o el neoliberalismo va a arrasar con todo».

Maíllo ha atribuido también los resultados a «corrientes subterráneas» que no han detectado relativas a la política española y catalana, y ha reconocido que deben hacer un «análisis honesto» de lo ocurrido en las elecciones andaluzas, para lo que mañana se reunirá el «grupo motor» de Adelante tras reuniones por separado de las direcciones andaluzas de Podemos e IU.

También ha descartado cualquier tipo de pacto con otras fuerzas políticas porque ha dicho que el escenario actual es que Ciudadanos y el PP dirimen «quién gobierna con el apoyo de Vox».

Sobre los militantes de Adelante Andalucía que ayer coreaban el grito antifascista del «No pasarán», ha afirmado que se hizo como respuesta al «estado de shock emocional» de la sociedad andaluza ante el avance de la «extrema derecha», que tiene «un mensaje agrio, de tradición autoritaria y reaccionaria».

Con ese grito, expresaban que no están «dispuestos a asumir de manera resignada que se nos humille» así como la necesidad de hacer «trabajo de calle, desde abajo, y también institucional» contra la «extrema derecha».

El líder de Podemos, Pablo Iglesias, por su parte, ha asegurado hoy que espera que tras la irrupción de Vox en el Parlamento andaluz, el PDeCAT y ERC «tomen nota de lo que está pasando», que «afecta mucho a la vida de los catalanes», y que contribuyan a construir una «alianza» democrática «antifascista».

Por su parte, el líder de Izquierda Unida, Alberto Garzón, ha reconocido este lunes que en estas elecciones «la izquierda ha fallado» a la hora de movilizar.

Garzón, en rueda de prensa al término de la reunión de la dirección federal de IU en Madrid, ha llamado a la sociedad civil a movilizarse en una «alianza democrática» para superar la «ola reaccionaria» y hacer frente a la «hidra de tres cabezas», en alusión a PP, Ciudadanos y Vox.

Para ello ha apostado por trabajar «doscientos por cien» para que esa «amplia alianza», a la que están llamados sindicatos, organizaciones feministas, ecologistas y partidos de izquierda, pueda «revertir» la situación de cara a las próximas elecciones autonómicas y municipales.

Y ha reprochado a PP y a Ciudadanos que ayer celebrasen el apoyo de Vox para gobernar cuando en Europa, en países de larga tradición democrática, como Francia o Alemania, los acuerdos con la extrema derecha «están vetados».